Tribuna:TRIBUNA LIBRE

Preguntas a un programa económico

A escasamente tres meses de las anunciadas elecciones generales, y cuando el proceso de legalización de los partidos políticos solamente se ha iniciado -restando aún no pocas incertidumbres-, el Gobierno publica un extenso docuftiento sobre la situación económica que es difícil de calificar. No es un plan de estabilización con medidas concretas; ni se trata de un programa de recuperación para salir de la crisis económica; ni aspira a ser, aunque tenga algún vestigio-, un plan de desarrollo a la antigua usanza de los años sesenta. Y difícilmente cabe pensar que, sin decirlo explicitamente, el G...

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A escasamente tres meses de las anunciadas elecciones generales, y cuando el proceso de legalización de los partidos políticos solamente se ha iniciado -restando aún no pocas incertidumbres-, el Gobierno publica un extenso docuftiento sobre la situación económica que es difícil de calificar. No es un plan de estabilización con medidas concretas; ni se trata de un programa de recuperación para salir de la crisis económica; ni aspira a ser, aunque tenga algún vestigio-, un plan de desarrollo a la antigua usanza de los años sesenta. Y difícilmente cabe pensar que, sin decirlo explicitamente, el Gobierno Suárez esté planteando su reforma económica para un período mucho más largo del que terminará en junio del presente año.Por otra parte, en la larga declaración gubernamental, se combinan apreciaciones propias de un ensayo periodístico con observaciones que encajarían más en el «programa económico» de un partido político. Hay muy pocos visos de que nos hallemos ante un plan de acción frente a la dura emergencia de hoy. Entre otras cosas, porque el desarrollo legislativo de todas las rúbricas que contiene el documento en su última parte de «acciones inmediatas», no sería posible en tres meses, ni seguramente en un año. Por eso el mejor comentario que puede hacerse a este extraño documento es una serie de preguntas: ¿qué se propone realmente el Gobierno? ¿no estará preparando su propia perpetuación más allá de las elecciones? O por el contrario, -lo que parece más probable- ¿no estará simplemente «cubriendo el expediente» para llegar a las elecciones? De las pocas cosas que están claras en el documento es la promesa, que parece formulada para el corto plazo de ir a la liberalización progresiva de los tipos de interés. Lo cual, a no dudarlo, sería un magnífico negocio para la oligarquía financiera en general. Cuando se habla de luchar contra la inflación y de controlar los precios de los productos y servicios básicos, no deja de ser sorprendente que se vaya a dejar en plena libertad el precio del dinero.

RAMON TAMAMES

Director: Renato Fasano. Obras de Vivaldi, Geminiani, Corelli, Paisiello, AIbinoni, Pergolese y Scarlatti. Días 21, 22 y 23.

Como punto final habría que pedir también un poco de autocrítica, que explicara cuáles han sido los resultados del anterior «paquete de medidas» del 8 de octubre de 1976. Su eficacia, rnás que dudosa, es la mejor prueba de la ineficiente conducción económica del actual Gobierno, que con su lenta reforma política no hace sino agravar la situación económica y social.

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