Crítica:CINE

Cine en el Museo

Al igual que a la mayoría de los museos de hoy, el cine, arte de nuestro tiempo, por excelencia, ha llegado a nuestro Museo de Arte Contemporáneo de la mano de la Filmoteca Nacional y el Servicio de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia. Como preludio a las obras más significativas de su historia, se ha escogido una de las más polémicas de este año, por su contenido en sí y por los nombres de su realizador y su protagonista, pareja clásica también en el mundo del arte y del espectáculo.Ya exhibida en Cannes y en el Festival de San Sebastián, candidata firme a los oscars de...

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Al igual que a la mayoría de los museos de hoy, el cine, arte de nuestro tiempo, por excelencia, ha llegado a nuestro Museo de Arte Contemporáneo de la mano de la Filmoteca Nacional y el Servicio de Publicaciones del Ministerio de Educación y Ciencia. Como preludio a las obras más significativas de su historia, se ha escogido una de las más polémicas de este año, por su contenido en sí y por los nombres de su realizador y su protagonista, pareja clásica también en el mundo del arte y del espectáculo.Ya exhibida en Cannes y en el Festival de San Sebastián, candidata firme a los oscars de este año, Face to Face (Cara a Cara) se nos presenta como broche final que bien podría cerrar la brillante trilogía -una de las más densas del cine actual-, iniciada con Gritos y Susurros y ampliada más tarde en Escenas de un matrimonio.

Cara a cara

Argumento, guión y diálogos: Ingmar Bergman. Fotografía: Aven Nykvíst. Música: Fantasía en re menor, de Mozart. Dirección: Ingmar Bergman. Intérpretes: Liv Ullmann, Erland Josephson, Gunnar Bjornstrand, Aino Taube-Hernrikson, Kari Sylwan. Suecia. Drama. Color. 1975.

Esta búsqueda del amor como salvación del hombre, más allá y más acá de lo consciente, una vez perdida la fe en el dios de los cristianos y en las ciencias modernas de la mente, viene a encontrar -como ya se apuntó en su día-, refugio melancólico en el amor de los ancianos, indiferentes a la muerte, en una especie de fatalismo resignado, lejos ya de la angustia que rodea a su protagonista y cuyas razones íntimas, el autor indaga en los lejanos días de la infancia.

Realizada para la televisión, más para ser escuchada y meditada que para emoción o recreo de la vista, esta autoconfesión de Bergman, protagonizada por Liv Ullmann en un alarde de dominio, en un trabajo que a veces roza el narcisismo, propone un análisis de causas, una temática moral que a buen seguro no escapará, ni resultará novedad para los incondicionales del célebre binomio artístico cuya colaboración y dependencia ha, servido durante tanto tiempo, para hacer luz sobre los más profundos rincones del temor y el temblor de nuestra época.

Cara a una nueva etapa, al parecer a punto de iniciarse en el cine de Bergman, por razones de diversa índole ya conocidas a través de la prensa y que en su día culminó con el exilio voluntario del realizador, Face to Face supone así la culminación o la consunción, según se mire, de una temática particular y el inicio de una nueva que ya se anuncia con su próximo film: Los huevos de la serpiente, a rodar en Alemania, dentro de una vertiente más política, referida en sus motivaciones fundamentales a acontecimientos sociales reveladores de nuestra más reciente historia contemporánea.

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