Crítica:CINE

Una extraña pareja

Gritar al diablo es una obra estúpida montada en torno a dos actores empeñados congtantemente en demostrar que no lo son. Ambos rivalizan en gestos inútiles, movimientos inexplicables y miradas inexpresivas, pero el que está peor es, sin ninguna duda, Lee Marvin, abandonado a su suerte, enviscado en el más autocomplaciente de los «shows» personales que pueda uno imaginarse, reincidente en imperdonables pecados interpretativos, empezando por una absoluta falta de naturalidad. El mismo Roger Moore, uno de los más negados profesionales del mundo, está casi correcto, en comparacion.Toda la pel...

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Gritar al diablo es una obra estúpida montada en torno a dos actores empeñados congtantemente en demostrar que no lo son. Ambos rivalizan en gestos inútiles, movimientos inexplicables y miradas inexpresivas, pero el que está peor es, sin ninguna duda, Lee Marvin, abandonado a su suerte, enviscado en el más autocomplaciente de los «shows» personales que pueda uno imaginarse, reincidente en imperdonables pecados interpretativos, empezando por una absoluta falta de naturalidad. El mismo Roger Moore, uno de los más negados profesionales del mundo, está casi correcto, en comparacion.Toda la película está construida sobre lo que se llama un «duelo interpretativo», dentro del género de pareja masculina, variante ruda, que tanto cultivó la industria americana. Las filmograflas de los grandes maestros -Ford, Hawks, Walsh...- están llenas de obras de estas características, con la gran diferencia de que la fórmula funcionaba bien y los actores lograban una adecuaa que carecen totalmente estos dos pequenos divos de la película que no ocupa. Gritar al diablo es un filme caro, que ha exigido una inversion económica muy elevada, con la que se podrían hab er rodado veinte o treinta espanolas. El nivel industrial de este producto -del que no valdría la pena hablar de no representar a muchos otros, cuyo interés se agota en el puro divertimento comercial- es mínimo, pero sin pasar de lo anodino. Peter Hunt se ha limitado a mover sus personajes como muñecos, obedientes a una mecánica dramática estereotipada en la que no falta el malo, un feo militar prusiano, que simboliza el colonialismo en el Africa de la primera guerra mundial, ni la chica. Todo es previsible, aburrido, tonto y absolutamente falto de imaginación e inventiva.

Gritar al diablo

Director: Peter Hunt. Intérpretes: Lee Marvin y Roger Moore. Estreno: cine Bilbao.

Equivocarse en cine siempre es triste, pero es más dificil aún estropear las posibilidades espectaculares de una película de acción, donde el puro dinamismo de las escenas, el ritmo de las persecuciones, luchas y carreras, crea una cierta coherencia externa. Hunt logra elmilagro de fallar, incluso esta baza superficial, mezclando varios géneros sin saber muy bien por qué, con lo que sólo acierta a lograr un extraño híbrido inútil.

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