No se esperan cambios sustanciales en la política exterior USA

Los mismos objetivos, casi idéntica filosofía, pero distintas prioridades. Así resumen los especialistas la diferencia entre la política exterior desarrollada por la Administración Ford y la que llevará a cabo el futuro Gobierno Carter. No hay motivos para esperar un cambio de orientación sustancial, pero pueden apreciarse ya diferencías en el tratamiento de determinados problemas internacionales.

Durante las conversaciones sobre política exterior que mantuvo esta semana con un nutrido grupo de congresistas, el presidente electo anunció los tenias que más le preocupan y su intención...

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Los mismos objetivos, casi idéntica filosofía, pero distintas prioridades. Así resumen los especialistas la diferencia entre la política exterior desarrollada por la Administración Ford y la que llevará a cabo el futuro Gobierno Carter. No hay motivos para esperar un cambio de orientación sustancial, pero pueden apreciarse ya diferencías en el tratamiento de determinados problemas internacionales.

Durante las conversaciones sobre política exterior que mantuvo esta semana con un nutrido grupo de congresistas, el presidente electo anunció los tenias que más le preocupan y su intención de ocuparse de los mismos apenas se haga cargo de la oficina.El canal de Panamá, la crisis de Chipre, las negociaciones de paz en Oriente Próximo, la retirada de tropas norteamericanas de Asia, la recesión económica de los países industrializados y las conversaciones sobre limitación de armas estratégicas con la Unión Soviética serán, más o menos por este orden. los primeros problemas a enfrentar por Carter, su vicepresidente viajero, Walter Mondale, y su secretario de Estado, Cyrus Vance, que fue confirmado ayer por el Congreso, en unión de Harold Brown, como nuevo secretario de Defensa.

Brown, que fue ministro del Aire durante la guerra del Vietnam, en el Gobierno de Johnson, es un científico especializado en energía nuclear y doctor en Física por la Universidad de Columbia.

La necesidad de negociar un nuevo tratado norteamericano-panameño sobre el canal que sustituya al redactado en condiciones leoninas en 1903, en el que se otorgaba a Estados Unidos soberanía a perpetuidad sobre la zona del canal se ha impuesto como una evidencia a los demócratas. Vance se entrevistará con el general Torrijos en las próximas semanas, y todo parece indicar que las bases para un acuerdo que permita la presencia militar norteamericana en Panamá hasta el año 2000 y el reparto al 50 % de la soberanía sobre la zona están ya sentadas.

El vicepresidente Mondale, que viajará a Europa y Japón tres días después de su torna de posesión, ha sido encargado por Carter de discutir con los líderes europeos la fórmula para reiniciar las conversaciones, sobre Chipre. Poco después, Cyrus Vance viajará a Grecia. Turquía y a la propia isla para estudiar sobre el terreno las condiciones de un acuerdo duradero. No hay que olvidar que Vance es un experto en el tema y que ya actuó como mediador de la crisis chipriota, durante la Administración Johnson.

Respecto a Corea del Sur, otro tema que preocupa a la opinión pública norteamericana, sobre todo desde que se descubrieron los sobornos del lobby coreano en el Congreso, Carter parece decidido a ordenar la retirada de los 40.000 soldados estadounidenses que apoyan al Ejército surcoreano, el quinto del mundo en volumen de hombres. Sin embargo. el nuevo presidente mantendrá la cobertura aérea norteamericana que considera fundamental para la defensa de Corea del Sur frente a un hipotético ataque de su vecino del Norte.

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Cuando un congresista preguntó a Carter por las razones por las que Estados Unidos apoya a un régimen como el de Park, que calificó de tiranía, el presidente electo respondió que pensaba utilizar su influencia sobre. el dirigente surcoreano para que moderé la represión contra sus adversarios políticos.

La nueva Administrac.ión, según se encargó Cyrus Vance de anuniciar ante el Congreso, considera el respeto a,los derechos humanos como una de sus prioridades.

En cuanto a Oriente Próximo, el nuevo Gobierno estadounidense parece optimista y convencido de la posibilidad de un acuerdo, aunque seguramente esperará a las elecciones de mayo en Israel para iniciar alguna acción concreta.

La precipitada visita de Mondale a la Comunidad Económica Europea y a Japón, así como el anuncio de que la única salida al extranjero este año del presidente electo será a la cumbre económica occidental, son claros indicios de la importancia que atribuye. Carter a la recesión económica de los países, industriales.

Partidario, como su consejero especial para asuntos de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, de la creación de una alianza trilateral entre Estados Unidos, Japón y Europa, Carter quiere unificar el frente económ ico de.sus aliados antes de iniciar las conversaciones político-milítares con la Unión Soviética.

La consecución de un acuerdo con la URSS que sustituya al firmado por Nixon y Brejnev, en 1972 ha sido declarada una alta prioridad por Vance. Pero hasta octubre, mes en que caduca el pacto anterior, la Administración demócrata quiere estar segura de que la alianza triláteral es una realidad sólida, tanto en lo político como en lo económico.

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