Reportaje:

Piaget, un psicólogo del siglo XX

No son muy numerosos los científicos cuyo nombre traspasa un círculo más o menos extenso de personas empeñadas en tareas semejantes para resultar familiares al individuo de cultura media. Piaget empieza a ser uno de estos casos, como lo es Freud, con el que frecuentemente se le ha comprado por el influjo que ambos han ejercido en la psicología de nuestro siglo. Generalmente, esas personas han pasado a ser conocidas porque sus contribuciones desbordan el marco de una disciplina determinada para influir sobre todo el panorama de la cultura de su tiempo, de la que sus ideas entran a formar parte ...

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No son muy numerosos los científicos cuyo nombre traspasa un círculo más o menos extenso de personas empeñadas en tareas semejantes para resultar familiares al individuo de cultura media. Piaget empieza a ser uno de estos casos, como lo es Freud, con el que frecuentemente se le ha comprado por el influjo que ambos han ejercido en la psicología de nuestro siglo. Generalmente, esas personas han pasado a ser conocidas porque sus contribuciones desbordan el marco de una disciplina determinada para influir sobre todo el panorama de la cultura de su tiempo, de la que sus ideas entran a formar parte importante. Y como las de Einstein, Russell, Wiener, Sartre, Freud o Planck, las contribuciones de Piaget sobrepasan el campo de la psicología del desarrollo para incidir sobre todas las ciencias humanas y sobre la imagen misma del hombre.La fama de Piaget no ha sido algo súbito sino que ha ido creciendo lentamente hasta los últimos diez o quince años en que ha pasado a ser una figura internacionalmente conocida. El Congreso Internacional de Psicología, celebrado en París en el mes de julio pasado, ha sido el escenario de su última consagración; allí más de 2.000 psicólogos de todo el mundo le han tributado un homenaje con motivo de su ochenta aniversario, en el que el presidente del congreso, Paul Fraisse, le ha calificado en su discurso como el más grande psicólogo del siglo XX. Pero lo que es más importante, y muestra la fecundidad de su pensamiento es que muchos de los trabajos experimentales discutidos en las sesiones científicas del congreso tenían como punto de partida problemas planteados por Piaget o ideas desarrolladas por él, cosa que no hace más que reflejar el hecho de que miles de investigadores de numerosos países trabajan sobre problemas piagetianos. Cada año aparecen numerosos libros que exponen sus teorías o repiten sus experimentos para ver si se confirman o no. Con motivo de su ochenta aniversario se han publicado varias obras (como ya sucedió en su setenta aniversario) que agrupan trabajos de diversos investigadores en torno a temas piagetianos ofrecidos como homenaje.

Los comienzos

La carrera científica de Piaget es considerablemente larga para tener sólo ochenta años pues se remonta a 1907, cuando a los once años publicó una pequeña nota sobre un gorrión albino que había visto en un parque. A los quince años empezó a colaborar sistemáticamente en revistas de zoología como especialista en moluscos.Nacido en Neuchâtel, Suiza, el 9 de agosto de 1896, hijo de un historiador, se inició pronto, según cuenta él mismo, en el trabajo intelectual, tanto para imitar a su padre como para huir de su madre, persona muy neurótica. El resultado fue que a los veintidós años, cuando se doctora en zoología con un estudio sobre los moluscos del Valaís, había publicado veintitrés artículos de zoología y dos libros de tipo filosófico. Tomando ideas de la biología e interesado por los problemas de la teoría del conocimiento, concibe el proyecto de construir una epistemología fundada en el desarrollo de los conocimientos, tanto en el individuo como a lo largo de la historia, y al tiempo que estudia la historia del pensamiento científico decide emprender investigaciones sobre la adquisición de los conocimientos en el niño que constituyesen, algo una embriología del pensamiento.

Por esa época (1918) continúa sus estudios en Zürich, sobre todo en psicología y psiquiatría, y se interesa por el psicoanálisis. Al año siguiente va a París y allí comienza su trabajo como psicólogo. El doctor Simon, colaborador de Binet en los famosos test de inteligencia, le sugiere la idea de estandarizar los test de Burt sobre los niños de París. Pero en su trabajo Piaget se interesó más por encontrar las razones por las cuales los niños de cada edad fracasan sistemáticamente en determinados problemas, que por determinar cual es él porcentaje de los que aciertan. Este cambio de perspectiva es fundamental y pone de manifiesto sus diferencias con los enfoques psicométricos de la psicología. Allí empezó a desarrollar su método «clínico» o «crítico» que consiste en una entrevista abierta con el niño sobre un problema determinado, tratando de seguir los caminos de su pensamiento, en lugar de aplicarle cuestionarios trazados de antemano. Este método tan sencillo le ha permitido descubrir rasgos del pensamiento del niño nunca observados antes de él.

En 1921 va a Ginebra como profesor y desde entonces (con un paréntesis de cuatro años en Neuchâtel) ha continuado allí, enseñando hasta su jubilación en 1971. El trabajo realizado en esos años ha sido enorme, varios centenares de artículos, cerca del medio centenar de libros, más la enseñanza de diversas materias, congresos, conferencias en varios países, la dirección desde 1929 de la Oficina Internacional de la Educación, la representación de su país en la UNESCO en la que era además miembro del consejo ejecutivo, la fundación y dirección hasta la actualidad del Centro Internacional de Epistemología Genética, etcétera. Esta actividad inmensa sólo ha sido posible gracias a sus hábitos de trabajo y a contar con un grupo de excelentes colaboradores entre los que destaca sobre todo Bárbel Inhelder, hoy la figura principal de la Escuela de Ginebra.

La obra

Es difícil resumir una obra tan extensa y tan original en pocas líneas sin deformar su pensamiento. Quizá pueda decirse que su idea básica es que el desarrollo intelectual constituye un proceso de adaptación que prolonga la adaptación biológica y que presenta dos aspectos: asimilación y acomodación. En el intercambio con el medio, y siguiendo una tendencia hacia la equilibración creciente, el sujeto va construyendo sus estructuras intelectuales que hacen posible una adaptación cada vez mayor. A lo largo de todo este proceso, Piaget ha subrayado siempre el papel activo del sujeto, que al modificarse a sí mismo, modifica el medio. De esta forma el pensamiento de Piaget, partiendo de su trabajo experimental, viene a coincidir con algunas ideas básicas sostenidas por Karl Marx con cuyas teorías como ha señalado Luicen Goldmann, el pensamiento de Piaget presenta muchos puntos en común y viene a constituir una confirmación experimental. Desde ese punto de vista, Piaget se ha opuesto a la teorías mecanicistas, como el conductismo, sobre todo en sus formas extremas, tratando siempre de presentar modelos del sujeto sin limitarse a determinar conexiones entre estímulos y respuestas. El desarrollo de la psicología en los últimos años ha venido a apoyar sus puntos de vista y, por ejemplo, los trabajos sobre similación del comportamiento con ordenador y «procesamiento» de la información, convergen con las investigaciones piagetianas, con las que tienen muchos puntos en común.

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