Dos rumanos

Concierto inhabitual el de la RTVE, dirigido por Comissiona. En la primera parte dos románticos de muy distinta quinta, escuela y país, unificados por la moderación expresiva: Saint-Saens y su Rueca de Onfalia y Mendelssohn en su «primer concierto para piano». No se trata sólo de «piezas de recambio» para no insistir siempre sobre los mismos títulos, sino de pentágramas a conocer y admirar. Si el contenido posee atractivo, el «bien llacer» del francés y el alemán nos convence.No convencer, «arrastrar», sería el término para la segunda sinfonía de Tschaikowsky, la denominada ...

Concierto inhabitual el de la RTVE, dirigido por Comissiona. En la primera parte dos románticos de muy distinta quinta, escuela y país, unificados por la moderación expresiva: Saint-Saens y su Rueca de Onfalia y Mendelssohn en su «primer concierto para piano». No se trata sólo de «piezas de recambio» para no insistir siempre sobre los mismos títulos, sino de pentágramas a conocer y admirar. Si el contenido posee atractivo, el «bien llacer» del francés y el alemán nos convence.No convencer, «arrastrar», sería el término para la segunda sinfonía de Tschaikowsky, la denominada pequeña Rusia por su ligazón con la temética popular ucranlana. Patentizados en el primer allegro y en el final, los movimientos centrales ironizan o juegan en anticipo d e algún Prokofiev o Shostakovitch. Lo nacional y lo europeo se torna unidad de concepto y realización en Tschaikowsky. Si algo necesitan estos pentágramas es de un director espirituoso y vital; Sergiu Comissiona lo es en grado sumo. Su poder de comunicatividad posee eficacia inmediata sobre los auditores, o que demostró igualmente en Saint-Saens y Mendelsson. Solista del concierto fue un considerable pianista rumano, Valerutín Gheorghiu, cuya presentación en Madrid arrojó saldos muy positivos.