Variará el tono, pero no el fondo, de las relaciones con Europa

«Habrá un cambio de estilo, pero no de fondo», dicen los medios europeos y atlánticos con sede en Bruselas, comentando la victoria de Jimmy Carter a la presidencia de Estados Unidos.Tanto en la CEE como en la OTAN coinciden en destacar, casi por encima de la victoria de Carter, la salida de Henry Kissinger, secretario de Estado con Nixon y con Ford, de la escena política internacional. El cambio de hombre en la dirección de los problemas internacionales (se habla del consejero de Carter, Brzezinski) puede afectar a los sectores de la defensa y de la economía, en materia de relaciones en...

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«Habrá un cambio de estilo, pero no de fondo», dicen los medios europeos y atlánticos con sede en Bruselas, comentando la victoria de Jimmy Carter a la presidencia de Estados Unidos.Tanto en la CEE como en la OTAN coinciden en destacar, casi por encima de la victoria de Carter, la salida de Henry Kissinger, secretario de Estado con Nixon y con Ford, de la escena política internacional. El cambio de hombre en la dirección de los problemas internacionales (se habla del consejero de Carter, Brzezinski) puede afectar a los sectores de la defensa y de la economía, en materia de relaciones entre Europa y Estados Unidos.

En defensa, los estadounidenses se encuentran implicados en dosLas declaraciones de Jimmy Carter en plena campaña electoral italiana, sobre el «eurocomunismo»,. son punto de mira para los partidos de izquierda en Europa occidental. Carter, en contra de Ford, precisó que si era elegido presidente de Estados Unidos no decretaría un «boicot» contra un Gobierno de izquierdas en un país europeo miembro de la OTAN. Es probable que, en el curso de su mandato, no le falte ocasión para demostrarlo.

En economía, la victoria de Carter no puede aportar muchas sorpresas. «Sobre todo porque quien hace la economía americana son las multinacionales », comentó ayer aquí un alto funcionario de la CEE.

Europeos y americanos están metidos en el gran diálogo Norte-Sur, entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Washington, en la época de Kissinger, boicoteó todo intento de negociación bilateral Europa-países árabes, para buscar soluciones a la crisis energética. Los europeos tuvieron que doblarse a las ideas de Kissinger y aceptar, en parte, las tesis americanas para el futuro de las relaciones económicas internacionales.

Los medios financieros europeos, que han registrado una baja del dólar ante el cambio de administración en Washington, temen que las medidas sociales prometidas por Carter provoquen un au-mento de la inflación en Estados Unidos. Hecho que podría suponer un peligro para la reactivación económica en ese país del que van a remolque todos los europeos.

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