La rebelión negra de Sudáfrica replantea la urgencia de eliminar el "apartheid"

En su intervención de ayer ante el Congreso del Partido Nacional Africano de Bloemfontein, el primer ministro sudafricano John Vorster fue tan ambigüo y poco explícito sobre los grandes temas que preocupan a la opinión africana, negra y blanca -Rodesia, Namibia y al apartheid sudafricano-, como a su regreso de Zurich tras las conversaciones con Henry Kissinger.Aparte de elogiar los esfuerzos de Estados Unidos por lograr una solución negociada, Vorster se negó a facilitar detalles de los compromisos contraídos en sus recientes entrevistas suizas con Kissinger, las cuales calificó de «ext...

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En su intervención de ayer ante el Congreso del Partido Nacional Africano de Bloemfontein, el primer ministro sudafricano John Vorster fue tan ambigüo y poco explícito sobre los grandes temas que preocupan a la opinión africana, negra y blanca -Rodesia, Namibia y al apartheid sudafricano-, como a su regreso de Zurich tras las conversaciones con Henry Kissinger.Aparte de elogiar los esfuerzos de Estados Unidos por lograr una solución negociada, Vorster se negó a facilitar detalles de los compromisos contraídos en sus recientes entrevistas suizas con Kissinger, las cuales calificó de «extremadamente delicadas».

Otras cinco personas -doce según el diario local Die Burger-muertas en Ciudad del Cabo ayer, en el tercer día de manifestaciones de los mestizos de esa importante ciudad, vienen a confirmar que el marco de negociación previsto por Kissinger y Vorster -Namibia y Rodesia-, queda superado y exige que sea tratada con la misma prioridad la propia «cuestión sudafricana». Desde mediados de junio, muertos en choques raciales se elevan a 313.

Aunque la mayoría de las agencias predicen que el próximo día 16, décimo aniversario de la subida al poder de Vorster, el primer ministro anunciará una sensible modificación del sistema de apartheid, en beneficio de los negros, las declaraciones de hace dos días del ministro de Justicia y jefe de la Policía James Kruger, permiten dudar sobre las intenciones verdaderas del Gobierno.

Para Kruger, la política del apartheid es «la única solución a los problemas, del país» y «los negros deben darse cuenta de que no pueden hacer nada sin los blancos». Esta actitud, a pesar de las presiones exteriores, es ampliamente compartida por la población blanca que en cualquier caso, y tal vez con razón, cree que es una incongruencia por parte del Gobierno contribuir a la subida al poder en Rodesia y Namibia de las mayorías negras, y pretender que con ello se garantiza la supervivencia de otro régimen minoritario, como es el de la propia Sudáfrica.

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