Crítica:EXPOSICIONES

Luis Canelo

Es la suya, y pese a su juventud, una exposición cualitativamente antológica. Desde finales del 60 hasta hoy, el buen hacer de Canelo se nos ofrece como claro discurso evolutivo: la inicial no figuración prácticamente abstraccionista, abre paso paulatino a otras formallizaciones cada vez más explícitas y cercanas al universo de las cosas, en cuanto que universo o generalidad.Desde el piano neutral, abstraccionista, de la diferencia, va surgiendo paso a paso la identidad (entre vegetal y geológica) de las apariencias, veladas u obnubiladas por un aura o tornas...

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Es la suya, y pese a su juventud, una exposición cualitativamente antológica. Desde finales del 60 hasta hoy, el buen hacer de Canelo se nos ofrece como claro discurso evolutivo: la inicial no figuración prácticamente abstraccionista, abre paso paulatino a otras formallizaciones cada vez más explícitas y cercanas al universo de las cosas, en cuanto que universo o generalidad.Desde el piano neutral, abstraccionista, de la diferencia, va surgiendo paso a paso la identidad (entre vegetal y geológica) de las apariencias, veladas u obnubiladas por un aura o tornasol que no corresponde a su presencia diaria. Extracto por extracto, se desarrolla en cada lienzo una suerte de plano general, puro significante, sin otras indicaciones o señales que la alusión al horizonte a la expectativa

Salas de la Dirección del Patrimonio Artístico y Cultural

Paseo de Calvo Sotelo, 20

de lo otro. En vez de darnos noticia de las cosas cotidianas, Luis Canelo nos remite el extraño paraje (sin precedente comprobable ni fundamento presumible) en que ellas toman asiento y afinca el hombre la eventualidad de su morada.

Panorámica, escueta panorámica; la luz, el accidente geográfico la apariencia geológica ...

Su formación artística y cultural entre los -extremos antes- apuntados, o al margen enteramente de su antagonismo, la fe en su propio que hacer y la rectitud de su ejercicio (que esta muestra antológica deja muy en claro) explican y permiter que la pintura, de Canelo, disipadas no pocas nubes de confusión a lo largo de los últimos años, apareze vigente y excelentemente ejecutada.

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