Cartas al director

El Centro Catalán

Maurici Serrahima publica en EL PAIS del domingo «un lance de situación» del espectro partidista político catalán. Y al hablar del centro y de la derecha, con frivolidad impropia de su frustrado afán de objetividad, -silencia enteramente la presencia activa en dicho sector de Unió Catalana, un partido demócrata-cristiano, ni pequeño -casi nueve mil afiliados hasta ahora- ni nacido fuera de Cataluña, aunque sí ciertamente vinculado fuertemente a un partido interregional, cual es Unión Democrática Española.Si los grupos que cita -menos uno- «están prácticamente representados» en el «Consell de F...

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Maurici Serrahima publica en EL PAIS del domingo «un lance de situación» del espectro partidista político catalán. Y al hablar del centro y de la derecha, con frivolidad impropia de su frustrado afán de objetividad, -silencia enteramente la presencia activa en dicho sector de Unió Catalana, un partido demócrata-cristiano, ni pequeño -casi nueve mil afiliados hasta ahora- ni nacido fuera de Cataluña, aunque sí ciertamente vinculado fuertemente a un partido interregional, cual es Unión Democrática Española.Si los grupos que cita -menos uno- «están prácticamente representados» en el «Consell de Forces politiques de Catalunya» es precisamente porque no cita a los que no están. El «esquema un poco árido» que presenta no es el real de la política autóctona catalana en cuyo pueblo están integrados también las minorías -el cincuenta por ciento- procedentes de otras regiones de España.

Pues bien: gran parte de ese cincuenta por ciento de catalanes no nativos y un porcentaje similar, unos y otros sumados, mayoritarios, no están en los grupos representados por el «Consell» y la «Assemblea de Catalunya», que aúnan a la parte más numerosa de los rupturistas o de la oposición, pero no más.

Después de haber dicho tantas y tantas veces, desde otro campo, que España es diferente, el balance viene a decir, a pretender mejor, que Cataluña es diferente y que no hay aquí más centro que «convergencia Democrática» y «Unió Democrática de Catalunya». Y esto no es un balance de situación, es un presupuesto de puro «activo» inflacionario para la propaganda.

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