Qué bonito es el temple

La corrida de Victorino Martín tuvo al público en tensión toda la tarde. Los toros primero, segundo y tercero. mansearon y echaron las manos por delante; los tres últimos se comportaron con nobleza y bravura, pero sobre todo tuvieron un temple para los de a pie y los de a caballo poco común. Cuando se arrancaban al caballo con esa cadencia, los tendidos vibraban de emoción. Estos toros son difíciles de torear; el público está tan pendiente de ellos; que el más mínimo error de los toreros se agranda ante sus ojos.A pesar de todo se hicieron cosas buenas, muy buenas, teniendo en cuenta que las c...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La corrida de Victorino Martín tuvo al público en tensión toda la tarde. Los toros primero, segundo y tercero. mansearon y echaron las manos por delante; los tres últimos se comportaron con nobleza y bravura, pero sobre todo tuvieron un temple para los de a pie y los de a caballo poco común. Cuando se arrancaban al caballo con esa cadencia, los tendidos vibraban de emoción. Estos toros son difíciles de torear; el público está tan pendiente de ellos; que el más mínimo error de los toreros se agranda ante sus ojos.A pesar de todo se hicieron cosas buenas, muy buenas, teniendo en cuenta que las caras de alguno de los toros eran «de las de antes» y el toreo que se estaba haciendo «era de ahora».

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En