La muestra "Cronaca", un análisis de la pintura de los años sesenta y setenta
Durante los meses de marzo y abril, la «Galleria Civica» del Ayuntamiento de Módena (ltalia), ha albergado la muestra Cronaca, «un itinerario didáctico a través de la pintura americana de los sesenta y la europea de los setenta» que permite retomar el debate sobre contrastes y parentescos entre dos tradiciones, dos maneras de entender una común preocupación por la pintura en tanto que práctica plenamente autónoma.Exposiciones como Cronaca vienen a demostrarnos la precariedad de los esquemas. Aquí tenemos a Joseph Albers, el viejo pintor de la Bauhaus: de cómo el constructivismo c...
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Durante los meses de marzo y abril, la «Galleria Civica» del Ayuntamiento de Módena (ltalia), ha albergado la muestra Cronaca, «un itinerario didáctico a través de la pintura americana de los sesenta y la europea de los setenta» que permite retomar el debate sobre contrastes y parentescos entre dos tradiciones, dos maneras de entender una común preocupación por la pintura en tanto que práctica plenamente autónoma.Exposiciones como Cronaca vienen a demostrarnos la precariedad de los esquemas. Aquí tenemos a Joseph Albers, el viejo pintor de la Bauhaus: de cómo el constructivismo clásico poco tiene que ver con las aberraciones cibernéticas, ambientales, tecnocráticas, de muchos de sus epígonos (de la misma manera que en arquitectura Mies puede y debe ser separado de la opresión tecnocrática a que ha dado lugar). Aquí tenemos también, además de los grandes (Rothko y Reinhardt, ausente Barnet Newman), las derivaciones puristas que se conocieron como minimal art o estructuras primarias; nos permiten entender la relación escondida entre abstracción y arte conceptual: el camino que va de la estructura como fundamento de la obra de arte, a la consideración de la idea (de estructura) como arte. Nombres, los de Stella, Kelly, Noland. Aquí tenemos, por último, a algunos pintores independientes en los que a la radicalidad estructural del minimalismo, se le da un mayor alcance como experiencia-límite:,Cy Twombly, Mangold y sobre todo Robert Ryman.
Aunque los setenta también ofrezcan nuevos desarrollos para la abstracción norteamericana, es Europa la que centra ahora el debate. Varios pintores franceses, la mayoría de Niza y Montpellier, se unen en lo que iba a ser el grupo Support/Surface (soporte/superficie) y a partir de Rothko, Newman y otros, abordan la práctica y la teoría de una suerte de materialismo pletórico sobre los elementos específicos de su práctica (el soporte, la superficie, los pigmentos, la división o reparto de la superficie, los movimientos mismos necesarios para Pintar, el esparcirse del color sobre la tela). Agrupados en torno a Peinture, cahiers Woriques y en estrecho contacto con las posiciones de Tel Quel, cuyo secretario, Marcelin Pleynet, es al mismo tiempo uno de los principales animadores de la tendencia, estos pintores iban a entontrar bien pronto su polémico llagar en la escena artística mundial, en buena medida debido al permanente interés que suscitan las cuestiones ideológicas que plantean, desde su dogmático marxismo- leninismo- pensamiento-maotsetung» hasta consideraciones psicoanalísticas sobre la pintura y el color, goce sexual o «materia que piensa», según decía el mismo Pleynet acerca de Artaud.
De un modo muy esquemático, estos vienen a ser los puntos por los que la nueva abstracción francesa (Cane, Devade, Viallat) se diferencia de sus precedentes americanos, y por los que irradia en otros países como Italla y Holanda. Mas ahora dejemos solamente esbozada la cuestión. En nuestro paks han abierto en las últimas semanas dos muestras que se sitúan en una línea cercana a la de los nuevos abstractos franceses (Broto, Graul, Rubio y Tena, Galería Maeght de Barcelona, Carlos León, Galería Juan Mas de Madrid); será a propósito de ellas que procederemos a un verdadero análisis de lo que sin lugar a dudas constituye el sector más radical de la pintura, aquel paía acercarse al cual no valen razones ajenas.