La artesanía cobra impulso y reclama su sitio como disciplina artística en Sevilla
‘Iterwoven’ es la primera muestra temporal de Homo Faber, la institución que ha creado la mayor guía de artesanos del mundo
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Esta pieza corresponde a uno de los envíos del boletín semanal Correo del Arte, que se envía cada dos miércoles y es exclusivo para suscriptores de EL PAÍS. Si quiere apuntarse para recibirlo, puede hacerlo en este enlace.
En la Real Fábrica de Artillería, un complejo industrial del siglo XVIII que suma 22.000 metros cuadrados en pleno centro de Sevilla, convertido desde 2022 en un centro cultural, en una de sus espectaculares salas abovedadas, se despliega Interwoven, la primera exposición de Homo Faber, una de las iniciativas culturales de la Fundación Michelangelo, que en 2020 se puso en la tarea de crear una guía de artesanos que sirve de brújula para descubrir a 3.400 creadores de 51 países de Europa, de los que 32 están en Andalucía.
A lo largo de una gran mesa y sobre unos bastidores en las paredes, un montaje creado para este espacio, se despliegan 35 obras de artesanos (siete de los cuales son andaluces) y talleres de 15 países en cuatro continentes que representan 22 disciplinas de la artesanía más contemporánea.
Hay piezas hechas con materiales reciclados como telas de vaqueros usados, hay maderas manipuladas hasta parecer pinceladas, un delicado paño de oro, una lámina de plata moldeada en una suerte de vasija, un pequeño artefacto que encierra un mundo de casitas y plantas, una saya bordada... Una sucesión de objetos preciosos que reunidos en una muestra pretenden demostrar la consigna que repitió en más de una ocasión Alberto Cavalli, director ejecutivo de la fundación: “La artesanía no se puede quedar en los márgenes”. En los bordes del arte, se refería.
Interwoven es algo así como la enésima demostración de que este tipo de creatividad ya ha encontrado un lugar en los grandes museos y ferias comerciales. La artesanía se disputa y dialoga con el arte pictórico o la escultura en los mismos espacios. El arraigo en la tradición es un valor. La traslación de estos conocimientos a las nuevas generaciones es una preocupación entre los artesanos consagrados y un puñado de instituciones que pretenden mantener legados milenarios.
El taller de los hermanos Seco-Velasco en Sevilla, artesanos que figuran en la guía Homo Faber, mantienen ese legado desde hace cinco generaciones en un espacio con su propio capítulo en la historia de la ciudad. El edificio data de 1860, primero fue una vaquería, luego las caballerizas de una funeraria, después una fábrica de máquinas de escribir y ahora un lugar de trabajo donde se crean 20.000 modelos de orfebrería. Además, añaden otra capa de tradición al ser el único taller que usa en España horno de arena para fabricar sus piezas.
Tras más de un siglo de historia, su trabajo es reconocido en todo el mundo, el 80% de su producción sale de España, en la mayoría de los casos con destino a hoteles de lujo y viviendas de familias adineradas. Es difícil sacarle a Jerónimo Seco el nombre de sus clientes. “Firmamos contratos de confidencialidad”, responde el artesano, que en un momento de la visita concede que han trabajado con Julio Iglesias, en el Hotel Louboutin de Lisboa y en la clínica Buchinger de Marbella.
Sus clientes tampoco confiesan el autor de las piezas que decoran sus espacios. El negocio es redondo, pero, ¿dónde queda el valor de los artesanos? Es en este momento cuando Cavalli recuerda que, en parte, el trabajo de la guía Homo Faber es resignificar desde el propio nombre el legado de estos creadores, muchas veces sepultado bajo estos contratos.
A escasos metros de la Giralda, en el centro de Sevilla, está la tienda de Margaret Puya de Arcos. Su hija Camila ha continuado con la tradición familiar de pintar a mano la seda hasta crear prendas, complementos y mobiliario. Pero ha redirigido el trabajo de su madre hacia un enclave en el que los artesanos están desapareciendo empujados por las consecuencias de la gentrificación.
De esta manera, la diseñadora y artesana pretende convertir este nuevo espacio en una declaración de intenciones entre todo tipo de atracciones para los turistas.
Sevilla ha sido la primera ciudad elegida para celebrar esta exposición, llamada cápsula, que se podrá ver hasta el 23 de noviembre. Dentro de dos años, Homo Faber llegará a otra sede. Entre medias, el trabajo de estos artesanos se mostrará en la Bienal de Venecia en 2026, la principal exposición internacional del mundo de la artesanía.