El polémico préstamo del tapiz medieval de Bayeux a Londres: “Es demasiado frágil para ser trasladado”
Varios informes encargados a conservadores desaconsejan el envío de esta obra medieval, que Emmanuel Macron acordó ceder al British Museum
El pasado fin de semana ha sido el último en el que los visitantes han podido admirar el milenario tapiz de Bayeux, expuesto en el Museo de Bayeux, en Normandía, y considerado una obra maestra del arte medieval. El centro cerró el lunes por obras de rehabilitación y su siguiente escala va ...
El pasado fin de semana ha sido el último en el que los visitantes han podido admirar el milenario tapiz de Bayeux, expuesto en el Museo de Bayeux, en Normandía, y considerado una obra maestra del arte medieval. El centro cerró el lunes por obras de rehabilitación y su siguiente escala va a ser el British Museum de Londres, gracias a un préstamo acordado por el presidente francés, Emmanuel Macron, aprovechando el buen momento que atraviesan las relaciones francobritánicas. Va a salir de Francia por primera vez en casi mil años, pero su estado de conservación, extremadamente frágil, ha suscitado polémica y agita el debate sobre el uso diplomático del patrimonio nacional.
Esta impresionante obra medieval, de 70 metros de largo y 0,7 de altura, es un relato bordado sobre lino que data de finales del siglo XI. Describe la conquista de Inglaterra en 1066 por Guillermo El Bastardo, duque de Normandía, que pasó a ser Guillermo El Conquistador, Rey de Inglaterra. El relato, en 58 escenas bordadas, está considerado como el primer cómic de la Historia. Se trata de una de las únicas pruebas históricas que relatan la conquista de la isla y hasta la fecha no se ha podido recuperar una obra similar a este tapiz, según la Unesco, que lo incluyó en el registro de la Memoria del Mundo en 2007. Fue declarado monumento histórico en 1840.
El pasado mes de julio Emmanuel Macron anunció que iba a ceder el tapiz al British Museum de Londres para que se exponga a partir de septiembre de 2026, mientras duran las obras de rehabilitación del museo normando. Es algo que ya había anticipado en 2018. Aquel año, el Elíseo validó el préstamo a condición de que fuera transportado en buen estado, pero varios informes encargados a conservadores y expertos en patrimonio desaconsejan su traslado.
Estaba expuesto en el museo de Bayeux, protegido por vitrinas, que sólo se han abierto para que la obra pueda ser evaluada. Su estado es extremadamente frágil. Tras el cierre del Museo, el bordado milenario debía moverse igualmente y este es uno de los argumentos del Elíseo para cederlo, que al menos pueda ser admirado y no esté almacenado en una sala. Pero los conservadores advierten que debe ser aislado y restaurado antes de embarcarlo en cualquier viaje. “Nos hemos dado cuenta, al evaluarlo, que el tapiz es demasiado frágil para ser trasladado a gran distancia y que toda manipulación suplementaria es un riesgo para su estado de conservación”, señala Cécile Binet, una de las conservadoras de la Dirección regional de asuntos culturales de Normandía.
Lo hace en vídeo, en el que participaban otros expertos, que fue publicado por la Prefectura de Calvados (a la que pertenece Bayeux) y difundido en redes sociales el pasado mes de enero, pero ha sido eliminado hace unas semanas, tras la confirmación de Macron de que la obra va a ser cedida. La conservadora, como otros dos informes precedentes, contradice lo que dijo hace unas semanas Philippe Bélaval, consejero del Elíseo encargado de la gestión. Señalaba disponer de otro estudio reciente que niega “que el tapiz no pueda ser transportado”. “La hipótesis es que se haga por camión”, señaló a la agencia AFP.
“Todos los informes públicos, y los que se han ocultado, realizados por decenas de conservadores que han evaluado la obra han señalado que no es posible su traslado sin que sufra algún tipo de daño”, explica a EL PAÍS Didier Rykner, director de la revista La tribuna del arte, que lleva meses investigado sobre el tema. Afirma haber hablado con varios de los restauradores que han participado en los informes y “todos están de acuerdo y ninguno cree que la tela no va a resultar dañada si se ejecuta la operación”, denuncia. Recuerda que “tienen deber de reserva, al haber realizado los trabajos para el Estado, pero su diagnóstico está en los documentos”.
Un estudio encargado por la Dirección de asuntos culturales de Normandía, que vio la luz en 2020, señalaba: “Dada la fragilidad y la excepcionalidad de la obra, creemos que es preferible manipularla lo más cerca posible del Museo de Bayeux. Por un lado, esto limitaría los riesgos asociados a su transporte. Sabemos que el transporte de obras, incluso con una organización impecable, es un momento crítico para los objetos. Pueden estar expuestos a variaciones climáticas, vibraciones y tensiones, lo que, en este caso particular, podría provocar pérdida de fibras, aumento de desgarros y roturas durante su manipulación”.
Otro informe encargado en 2021 sobre la restauración del tapiz y sus condiciones de conservación, señalaba que “la técnica de ejecución, la oxidación de los materiales y su historia material lo hacen extremadamente frágil (…) En 2020 su estado de conservación fue considerado preocupante por las ocho restauradoras encargadas de evaluarlo. Entonces, el estudio concluyó la necesidad fundamental de su restauración”, señala el documento, de 150 páginas, que alerta que la tela bordada cuenta ya con innumerables daños: 24.000 manchas, 16.445 pliegues y una treintena de desgarrones.
“El estado general y estructural es preocupante. La extrema fragilidad del lino de fondo, así como de la mayoría de las lanas de los bordados, nos lleva a considerar que la más mínima manipulación o tensión lo pone en riesgo: el de desgarro y rotura de las fibras”, alerta.
El informe fue realizado por el equipo pilotado por la conservadora Thalia Bajon Bouzid. Contactada por este medio, no ha querido hacer declaraciones sobre el eventual desplazamiento de la obra. El documento no solo analiza el estado de la misma, sino que también enumera los problemas que implicaría un traslado, como la salida del propio museo, compleja porque los accesos, por la escalera o la salida de incendios, la pondrían en riesgo. No es una obra liviana: Con 70 metros, pesa 350 kilos.
El bordado va a exponerse en Londres de septiembre de 2026 a junio de 2027, a cambio de otras piezas del tesoro arqueológico de Sutton Hoo, considerado como uno de los grandes descubrimientos arqueológicos de Reino Unido, que viajarán a Francia. La idea era que el tapiz fuese restaurando a su vuelta, pero los expertos opinan que lo menos arriesgado es aislarlo durante las obras del Museo de Bayeux y restaurarlo después, antes de pensar en cualquier desplazamiento.
“Macron cree que el patrimonio nacional le pertenece y lo usa con fines diplomáticos, pero va a poner en riesgo la obra”, dice Didier Rykner, que denuncia que el informe al que hace ilusión el consejero del Elíseo en el que dice que el traslado no es imposible, “no se ha hecho público” mientras que otro realizado en 2022 también es confidencial. El periodista ha lanzado una petición para pedir el abandono del proyecto, que tiene unas 68.000 firmas.
El Elíseo defiende que el intercambio es una especie deuda con Londres. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, fue protegido en un búnker y durante la ocupación, los alemanes ordenaron su traslado al Museo del Louvre. El exministro de cultura francés Jack Lang defendía a este periódico que el préstamo es una especie de deuda con Reino Unido, que lo reclamaba desde hace décadas: “Si nos hubieran invadido y ocupado permanentemente los nazis, hoy no estaríamos hablando de esta obra”, afirmaba, en referencia a los soldados ingleses que participaron en el desembarco de Normandía.
En plena polémica, el responsable de conservación de los museos de Bayeux, Antoine Verney, gran conocedor del tapiz, también defendía en Le Figaro el valor simbólico de la obra en las relaciones entre ambos países: “El tapiz ha sido concebido como un objeto para que sea trasladado y no nos pertenece (...) Es un patrimonio compartido con Reino Unido”.