Muchas caídas, imprudencias y atropellos en un veloz séptimo encierro de San Fermín con los toros de José Escolar

Siete corredores han resultado contusionados, uno de ellos con herida penetrante sangrante, pero parece que no por asta de toro

Mozos corren junto a uno de los toros de la ganadería abulense de José Escolar Gil durante el séptimo encierro de los Sanfermines 2024 este sábado en Pamplona.Foto: EFE/JESÚS DIGES | Vídeo: EPV / SER

Hoy es sábado y se nota en la cantidad de corredores que intentan vivir la experiencia de un encierro sanferminero, muchos de ellos novatos, sin los conocimientos mínimos para afrontar una actividad de alto riesgo, como es esta.

Por fortuna, un día más, el capotillo de San Fermín ha evitado males mayores, de modo que solo siete corredores han requerido atención sanitaria por contusiones en brazos, piernas y columna, y uno de ellos con herida penetrante con hemorragia, aunque parece que a causa de una caída.

En esta ocasión, el tramo más complicado ha sido la Cuesta de Santo Domingo, inicio de la carrera, donde los toros y cabestros, apretados unos contra otros, han tratado, no siempre con éxito, de abrirse paso entre el gentío. Uno de los cárdenos, cansado, quizá, de tanto jolgorio, ha soltado varios derrotes hacia la acera derecha sin encontrar carne humana.

Varios corredores caen al suelo al paso de los toros de la ganadería de José Escolar, durante el séptimo encierro este sábado en Pamplona. Susana Vera (REUTERS)
Llegada de los astados de José Escolar a la curva de Mercaderes, este sábado en Pamplona. Villar López (EFE)
Centenares de corredores a su paso por la calle Estafeta, durante el séptimo encierro de San Fermín.Susana Vera (REUTERS)
Los mozos son perseguidos por los toros de la ganadería abulense de José Escolar, durante el séptimo encierro de los Sanfermines.Jeús Diges (EFE)
Un toro de la ganadería de José Escolar Gil, este sábado por las calles de Pamplona. Ainhoa Tejerina (EFE)
Uno de los corredores cae al suelo ante uno de los astados de la ganadería abulense de José Escolar, durante el séptimo encierro de San Fermín.J.P. Urdiroz (EFE)
Los corredores son perseguidos por los toros de la ganadería de José Escolar en la cuesta de Santo Domingo, este sábado. Sergio Martín (EFE)
Un mozo permanece tumbado en el suelo al paso de los toros de José Escolar por la calle Estafeta. Susana Vera (REUTERS)
Los astados de la ganadería abulense de José Escolar, durante el séptimo encierro de los Sanfermines.DANIEL FERNANDEZ PEREZ (EFE)
Un corredor es perseguido por unos de los astados de la ganadería de José Escolar, este sábado en los Sanfermines. Villar López (EFE)

No está claro si ese mismo toro es el que ha quedado en último lugar en la entrada de Mercaderes, ha resbalado, ha perdido a sus hermanos, pero recuperado la verticalidad con rapidez y ha preferido seguir la carrera a toda pastilla. Ahí, se han producido muchas caídas de corredores, lo que no ha impedido el galope de la manada, que ha ido frenando la velocidad antes de llegar a la curva de Estafeta, con lo que todos, toros y bueyes, han salvado los tablones de madera y han enfilado la recta como si hubieran pasado cientos de veces por ese peligroso lugar.

Pero ahí, justamente, donde acaban el muro provisional y comienza la calle, en la acera de la izquierda, donde está recomendado no situarse por la probabilidad de que los toros barran la pared por la inercia de la velocidad, ahí estaba apostado un grupo de mozos con cara de ser extranjeros y recién llegados a la fiesta. A uno de ellos, acostado en el suelo a todo lo largo, lo miró un toro y pasó de él, a otro le robó una zapatilla, pero el peligro pasó de largo del mismo modo que llegó.

Como cada mañana, Estafeta ha sido un río caudaloso de mozos, muchos ellos apretados contra las aceras, pero no pocos se han dado el gusto de pasar sus manos por los lomos cárdenos de los toros, y los más atrevidos se han colocado delante de los pitones en un intento, casi siempre frustrado, de competir con la manada. El final de la historia es que han mordido el suelo de un atropello inevitable y cualquiera sabe el tiempo que les durará el doloroso recuerdo, no exento de orgullo sanferminero.

La manada llegó estirada al callejón de la plaza, en una demostración de nobleza, una mañana más, de unos toros que tienen fama de duros y encastados y que llegan a Pamplona con pocos deseos de hacer amigos. De hecho, debutaron en 2015 y ocho mozos fueron corneados entre esa fecha y 2017, y después un herido cada uno de los años en que han vuelto hasta hoy.

Al menos, a los de José Escolar ya se les pasó la fiebre de que uno de los toros se volviera a los corrales en la Cuesta de Santo Domingo, como ya sucediera en 2015 y los dos años siguientes.

A los dos minutos y 18 segundos entraba el último ejemplar por la puerta de acceso a los corrales y finalizaba el séptimo encierro. Allí descasan Escribano, Palomito, Chupetero, Toledano, Curioso, y Coralero, tres de capa cárdena y tres de negra entrepelada, que pesan entre 540 y 595 kilos, y que esta tarde serán lidiados por Rafaelillo, Gómez del Pilar y Juan de Castilla.

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