La Feria del Libro de Madrid arranca con la expectativa de superar los 11 millones de euros en facturación
La reina Letizia retoma el tradicional paseo por las casetas del Retiro en una edición dedicada a la relación entre el deporte y la literatura
Las temperaturas dieron un respiro la mañana de este viernes en el estreno de la 83ª Feria del Libro de Madrid, que permanecerá abierta hasta el 15 de junio. Visitantes, paseantes, escolares y corredores fueron llenando el Retiro y acercándose al paseo de Coches, donde se encuentran las 359 casetas que conforman este año la clásica cita libresca con su punto de romería popular, que representa un gran hito comercial del mundo editorial español. “Este año puede ser muy bueno, aunque en este sector se exageran las capturas y se aumentan las depresiones”, explicaba Daniel Fernández, presidente de ...
Las temperaturas dieron un respiro la mañana de este viernes en el estreno de la 83ª Feria del Libro de Madrid, que permanecerá abierta hasta el 15 de junio. Visitantes, paseantes, escolares y corredores fueron llenando el Retiro y acercándose al paseo de Coches, donde se encuentran las 359 casetas que conforman este año la clásica cita libresca con su punto de romería popular, que representa un gran hito comercial del mundo editorial español. “Este año puede ser muy bueno, aunque en este sector se exageran las capturas y se aumentan las depresiones”, explicaba Daniel Fernández, presidente de la Federación del Gremio de Editores de España. “En ventas de libro general llevamos acumulado un crecimiento por encima del 5% respecto del año pasado”, añadía. Manuel González, del Gremio de Editores de Madrid, señalaba la marca a batir en esta feria, dedicada precisamente a la relación del deporte y la literatura: “El año pasado llegamos a los 11 millones de facturación y al millón y medio de visitantes, aunque no todo son compradores”.
Siempre hay curiosos entre las casetas, y cuando la reina Letizia está de paseo aún más. En 2023, la inauguración de la feria fue algo “desestructurada”, como recordaba la directora Eva Orúe, puesto que no pudo venir la Reina y hubo menos protocolo, pero este viernes la tradición, los guardias de seguridad y los gritos de admiración a Letizia volvieron. Con calzado deportivo, traje de chaqueta y pantalón de lino blanco, arrancó su paseo por las casetas acompañada de una extensa comitiva de más de 30 personas entre las que se encontraban el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; el secretario general de agenda urbana, vivienda y arquitectura, Iñaqui Carnicero; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; la delegada del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz; la concejala del distrito Retiro, Andrea Levy; así como los embajadores de los países que tienen una presencia destacada en la feria (Suecia, Portugal, Andorra, Canadá, Argentina). Cerca de la reina durante la hora y media de visita, Eva Orúe, de rosa.
La oficialidad arrancó con la primera parada en la caseta de la Policía Nacional, que este año celebra su bicentenario —allí no hubo entrega de ejemplares—, y luego las casetas del Ministerio de Cultura y de la Comunidad de Madrid, hasta llegar a la librería Grant, donde Sergio, que atendía el puesto, dijo que hablaron de títulos como Cuchillo, de Salman Rushdie, y La distancia que nos separa, de Maggie O’Farrell. En la librería La Felipa recibió la Reina un volumen dedicado a la historia de este comercio y la calle de los libreros de Madrid. En el puesto de Acantilado recibió de manos de la distribuidora Verónica García, entre otros títulos, El murmullo del agua, de María Belmonte, y Valentino, de Natalia Ginzburg. Y en la caseta del sello Alvarellos, que debuta en la feria, un facsímil de poemas en gallego de Federico García Lorca, el libro de haikus de Helena Villar Poesía mínima y Antídoto, de Emma Pereira.
Una de las novedades, no exenta de polémica, es un nuevo espacio octogonal en el centro del paseo, donde se encuentran 15 pequeños sellos. Allí recibió la reina un ejemplar de Como bestias (Las afueras), de Violaine Bérot, premio de los libreros de 2023; y otro de La quinta de Vistalegre, editado por Artelibro, una editorial que se estrena en la feria; Guadarrama (Papeles Mínimos), del poeta Luis Muñoz y la pintora Montse Lago; y dos títulos de Tránsito, “producto nacional” según la editora Sol Salama (Sólo quería bailar, de Greta García, y Ya casi no me acuerdo, de Clara Morales). Un cambio en el reglamento ha empujado a estos sellos más pequeños a este espacio y allí quedan mezclados nuevos y veteranos, que hasta ahora podían optar a caseta. Según Orúe, esta era la única opción que había para que estuvieran. La directora confía en reconquistar así el espacio central para libros y que esto funcione. Indómitas es otra de las iniciativas en este sentido, y allí están invitados 43 sellos que irán rotando durante la feria y que están más alejados del circuito comercial.
El recorrido de las autoridades acabó en la caseta del Fondo de Cultura Económica, un puente fundamental entre España e Hispanoamérica, que celebra su 90 aniversario. Allí recibió la Reina un libro, Voces del espejo, que había dejado para ella dedicado el premio Cervantes de este año, Luis Mateo Díez.
En la tarde de este viernes arrancará el vistoso programa de actividades con una charla inaugural a las 19.30 entre el crítico y escritor francés Pierre Assouline, la argentina Leila Guerriero y el exfutbolista, escritor y ávido lector Miguel Pardeza. Además del interminable calendario de firmas, disponible en la web, están previstos un buen número de charlas y coloquios (Richard Ford y Mariana Enriquez el 6 de junio; Lionel Shriver y Sergio del Molino el 9 de junio; Martín Caparrós, Juan Villoro y Belén Gopegui el 15 de junio, entre muchos otros). También habrá una feria nocturna el 7 de junio con un horario ampliado hasta las 23.30, y tres escenarios para actuaciones musicales y teatrales. Mucho libro y mucha fiesta a partir de este viernes en Madrid.