La Junta cobrará a los andaluces y visitantes comunitarios por entrar en sus museos a pesar del rechazo de la oposición y la sociedad civil

Hasta ahora era gratis para todos, excepto los extracomunitarios, que pagaban 1,5 euros. La nueva medida afectará a todos los visitantes sin discriminación de origen, con entradas que oscilarán entre dos y los seis euros

El consejero andaluz de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, durante un acto en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.Europa Press News (Europa Press via Getty Images)

“Hoy, que es gratis, no va nadie a los museos. Cuando haya que pagar, irá nadie al cubo”. De esta manera tan contundente protesta el catedrático emérito de Historia del Arte en la Universidad de Sevilla, Enrique Valdivieso. Este miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y máxima autoridad en los pintores barrocos más importantes de la escuela sevillana, como Murillo, Zurbarán y Valdés Leal, artistas de referencia en el Museo de Bellas Artes de la capital andaluza, atiende por teléfono a EL PAÍS en medio de la polémica suscitada por la reciente decisión, adoptada por la Junta de Andalucía, de acabar con la gratuidad en los museos andaluces, que perjudicará, en primera instancia, a los usuarios de esta comunidad, según los propios datos ofrecidos el martes por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.

Con la oposición frontal en contra de gran parte de la sociedad civil y de gestores culturales vinculados a la actividad museística en la región, la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte defiende la medida con la que pretende recaudar 7,8 millones de euros al año. Se trata de una normativa que no será debatida en el Parlamento autonómico —como ha criticado Adelante Andalucía― y que, según ha anunciado el propio titular de ese departamento, Arturo Bernal (PP), está prevista que sea aprobada por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía “antes del verano”.

Andalucía registró en el primer trimestre de 2024 un total de 621.552 visitantes en los museos gestionados por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte —como recogen los datos de las últimas estadísticas relativas a instituciones museísticas de la Unidad Estadística y Cartografía del Gobierno autónomo― una cantidad inferior en toda la comunidad autónoma a la que, por ejemplo, registró solo el Museo del Prado en el mismo periodo que, según datos de la web de la institución, ascendió a 817.407 visitantes. De estas visitas contabilizadas por la Junta de Andalucía, “un 26,3% fueron visitantes locales, un 12,8% usuarios andaluces, un 22,4% corresponde a nacionales y un 38,5% de fuera del país —el 25,1% de países de la Unión Europea y el 13,4% del resto del mundo—”, indica una nota de prensa distribuida a los medios por la Consejería. Los datos de visitantes locales y regionales aparecen separados en el comunicado oficial, pero si se suman, suponen un total del 39,1% de visitas, el colectivo más abultado de cuantos pasan por las pinacotecas y conjuntos arqueológicos de la región.

“Es una lástima, porque nuestras ciudades están llenas de turistas y solo van a los museos un 10%; el resto se pasea por las calles a hartarse de paella falsificada. Se trata de una medida absolutamente desafortunada”, continúa Valdivieso, incluso antes de conocer estos datos oficiales que refrendan su opinión.

“Es una medida necesaria en la línea de lo que se hace en el resto de España”, defendió Bernal este lunes ante los medios. El consejero ha repetido varias veces que “lo que no cuesta, no tiene valor”, para justificar el cobro, que además, asegura, tiene como objetivo “hacer que la cultura sea sostenible”. Se trata de una norma que se pondrá en marcha de manera progresiva y que, en cuanto se implante, afectará en principio a nueve museos y conjuntos arqueológicos: los museos de Bellas Artes de Sevilla y Granada, los conjuntos arqueológicos de Itálica (Sevilla), Medina Azahara (Córdoba), los Dólmenes de Antequera (Málaga), la Alcazaba de Almería y los Museos de Málaga, el Arqueológico de Córdoba, y el del Flamenco de Andalucía, localizado en Jerez de la Frontera (Cádiz). El objetivo es que la medida se vaya extendiendo hasta los 34 centros museísticos y arqueológicos de Andalucía, tanto propios como los que gestiona gracias a la cesión de competencias a las autonomías, pero que son propiedad del Estado.

Los precios, “populares” según defiende el consejero, oscilarán entre los dos y los seis euros por persona y afectarán a todos los visitantes con independencia de su procedencia, aunque el Gobierno andaluz destaca “la cantidad de exenciones” en las que se mantiene la gratuidad: menores de 18 años, de 18 a 29 años que posean el Carnet Joven, mayores de 65, desempleados, discapacitados con un acompañante, docentes y guías. Además de que un día a la semana habrá una jornada de puertas abiertas sin cobro de entrada y otras fechas señaladas, como el Día Internacional de los Museos o el 28-F, festividad de la Autonomía Andaluza.

La Junta de Andalucía acaba así con más de dos décadas de gratuidad total en los museos de la región. Desde 2001, solo debían pagar 1,5 euros los visitantes extranjeros no comunitarios. Para los europeos, incluyendo españoles y andaluces, la entrada era gratuita, salvo para el Conjunto Monumental de la Alhambra de Granada (con un precio de 18 euros) y al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla (1,80 euros), cuyos estatutos jurídicos les otorgan a ambos la entidad de organismos autónomos, aunque adscritos a la Consejería de Cultura de la Junta andaluza.

“Si se acaba cobrando la entrada en los museos, avanzaremos en la conversión de los andaluces en turistas de su propio patrimonio”, escribía esta semana en la red social X el historiador del Arte Manuel Jesús Roldán, experto en la obra de la escultora sevillana del siglo XVII Luisa, La Roldana. “Soy contrario a las políticas de gratuidad genéricas”, añadía, “pero en este caso la medida podría conllevar un mayor alejamiento local hacia sus museos. Además, los fondos recaudatorios tampoco tendrían importancia cuantitativa para la necesaria mejora de muchos de estos”. A este argumento se suma el veterano conservador Pablo Hereza, que ha tenido además diferentes puestos de responsabilidad en museos gestionados por la Junta de Andalucía: “Siempre he pensado que esto es un error. La entrada a los museos solo se justifica cuando los ingresos son significativos y aplicables. Piensen en cobrar por ir a una biblioteca o a un archivo. Los museos no ganan con esto. Ganan otros… los que lo utilizan para sus intereses”, escribía en la misma red social.

En este sentido, Valdivieso insta a la institución que gestiona las pinacotecas y conjuntos arqueológicos de Andalucía a “que se dejen de cobrar” y emprendan políticas de captación de visitantes y cierta pedagogía en torno al contenido de nuestros museos. “La medida debería ser la contraria, además de que la visita debe ser gratis, tendría que ir acompañada de campañas de atracción, con visitas bien entendidas y cumplimentadas, entendiendo que entrar en un museo incrementa la cultura, el buen gusto y la sensibilidad de sus visitantes, virtudes que emanan de la contemplación y el conocimiento de las obras de arte”.

Ana Zamorano, presidenta del colectivo ciudadano Amigos de Medina Azahara, muestra, sin embargo, de punto de partida que “la gratuidad absoluta tal y como estaba planteada nunca nos ha parecido bien”, aunque tiene claro que “los visitantes locales no deben pagar. El cobro, si se plantea, no debe ser generalizado, sino por tramo, origen y rentas. Por ejemplo, algunos mayores de 65 tienen una renta alta”, explica a EL PAÍS en conversación telefónica. “Lo realmente preocupante es el turismo. Han alterado la habitabilidad en el casco histórico de nuestra ciudad, la vida de los comercios... Sería importante que se hable mejor de la tasa turística, que debe de existir, hay que regular y plantearse seriamente qué está pasando con el turismo. Cómo llegamos a los sitios y cómo los dejamos. Que los turistas reviertan a la ciudad no sólo en el sector servicios (hoteles, bares…), sino en la conservación de su patrimonio”, añade.

Zamorano toca, no por casualidad, uno de los temas que más ha sorprendido a gestores culturales y a la oposición política: la Junta de Andalucía adopta la medida de cobrar entradas a los visitantes locales en sus propios museos en pleno debate por la tasa turística, a la que el Gobierno andaluz se ha opuesto desde un principio y que ahora ha aceptado estudiar a petición de los alcaldes de las principales ciudades andaluzas, todos ellos de su propio partido (PP).

Medina Azahara en Córdoba.Antonio Ribeiro (Getty Images)

“En el caso de Córdoba, la población local ha renunciado a su propio patrimonio y es el turismo el que ha ido ganando espacio en la ciudad. Al final todo se convierte en un decorado pensado para el turismo y la ciudad como tal ha desaparecido”, subraya la presidenta de Amigos de Medina Azahara. A este argumento se suma Valdivieso: “Existe la posibilidad de implantar una tasa turística, pero la Junta no lo considera y, sin embargo, quieren cobrar en los museos, donde la pedagogía debe ser totalmente diferente. No se entiende”

Críticas de la oposición

La iniciativa recaudatoria ha sido criticada igualmente por la oposición al Gobierno de Juan Manuel Moreno. Precisamente, el pasado lunes, mientras el consejero de Cultura defendía ante los medios de comunicación los beneficios del cobro de entradas en los museos, el grupo Adelante Andalucía presentaba una Ley de urgencia en el Parlamento con el objetivo de paralizar la medida. “La Proposición de Ley registrada pretende garantizar la gratuidad de la entrada de los museos de gestión andaluza para asegurar que no haya una discriminación económica a la hora de disfrutar, conocer y aprender de la cultura andaluza”, explicó el portavoz del grupo, José Ignacio García.

Por su parte, Rafael Recio, portavoz del PSOE-A en la Comisión de Cultura, replicó también esta nueva normativa en su última comparecencia del 9 de mayo: “El consejero de Cultura entiende el patrimonio y la cultura como un bien de consumo más. La cultura es un bien de interés general y un pilar fundamental para el desarrollo humano que tiene que tener facilidades de acceso por parte de la ciudadanía, acompañado de una estrategia incentivadora para su consumo”, dijo en sede parlamentaria.

“El consejero que tanto le teme a la tasa turística como medida disuasoria, ¿no considera que establecer una tasa para entrar en los museos puede serlo también?”, añadió Recio. Es aquí, en esta paradoja, donde la Junta de Andalucía se siente más acorralada, y donde más le ha tocado defenderse. Bernal ha achacado a PSOE y a Por Andalucía (la marca de Sumar en la comunidad) que se agarren “a la confusión entre un impuesto genérico al turismo, que es algo muy complejo, y cobrar por la prestación de un servicio concreto, como es el acceso a una exposición o a un museo”. “Una cosa y la otra no tienen que ver. Yo creo que está claro, su dialéctica en este caso no se sostiene mucho”, añadió Bernal, quien en múltiples ocasiones se ha mostrado contrario a la tasa turística.

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