Chollazo histórico en el mundo del arte: compra un ‘degas’ por 926 euros en Todocolección

‘Elogio del maquillaje’, cuya autoría ha certificado ahora un experto en el pintor impresionista, fue vendido en 2021 en la web de compraventa entre usuarios por un heredero de Joan Llonch Salas, mecenas y presidente del Banco Sabadell en 1976

El cuadro 'Elogio del maquillaje' (1897), de Degas.CORTESÍA BLASCO VISUAL MEDIA

Un coleccionista barcelonés de arte compró hace tres años un cuadro de uno de los maestros del impresionismo, Edgar Degas (1834-1917), por solo 926 euros en una subasta de una web intermediaria de compraventa entre usuarios, Todocolección. Éloge du maquillage (Elogio del maquillaje) fue adquirido por un particular a otro que debía de pensar que lo que tenía entre manos era una burda falsificación. Así lo ha confirmado la ...

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Un coleccionista barcelonés de arte compró hace tres años un cuadro de uno de los maestros del impresionismo, Edgar Degas (1834-1917), por solo 926 euros en una subasta de una web intermediaria de compraventa entre usuarios, Todocolección. Éloge du maquillage (Elogio del maquillaje) fue adquirido por un particular a otro que debía de pensar que lo que tenía entre manos era una burda falsificación. Así lo ha confirmado la doctora en Historia del Arte Judith Urbano Lorente a EL PAÍS en conversación telefónica, tras la información adelantada este miércoles por El Punt Avui.

La obra de Degas (ahora sí) se presentó el pasado lunes en el Instituto Francés de Madrid y el martes “estuvo 20 minutos expuesta en el Ateneo” madrileño, durante una conferencia de Michel Schulman, autoridad mundial en el pintor y quien ha certificado la autenticidad del degas. Urbano asesoró a una empresa consultora que contrató el nuevo propietario del cuadro cuando este lo compró para conocer “la trazabilidad”, la historia, de este pastel sobre cartón que tiene la firma del artista en el margen inferior derecho. “Él pensó que podía ser una buena obra, aunque quien se lo vendió le dijo que no tenía ninguna certificación”, señala a este medio Joan Arjona Rey, de Consultores Rey, que ha representado al nuevo propietario. El otro historiador del arte que ha colaborado en este caso es Álvaro Pascual, de la Universidad de Valladolid.

El anterior dueño es descendiente del banquero Joan Llonch Salas, mecenas y presidente del Banco Sabadell en 1976, poco antes de su fallecimiento. El misterio es por qué esta persona puso un anuncio en Todocolección que decía: “Pintura al óleo sobre tela con la firma Degas”. No decía, obviamente, que era de Degas. El nuevo dueño se hizo con él por los 926 euros en una puja que había empezado en un euro. “He hablado por teléfono con el actual propietario y me ha corroborado que es cierto. Luego, cuando lo compró, quiso cerciorarse de lo que tenía y contactó con la consultora, que a su vez se dirigió a mí”, cuenta la historiadora.

Desde la izquierda, los historiadores del arte Álvaro Pascual Chenel y Judith Urbano, y el experto en Degas Michel Schulman, durante la presentación de 'Elogio del maquillaje', de Degas, en el Instituto Francés en Madrid, el lunes 27. Borja Sánchez Trillo (EFE)

Schulman explicó el lunes sobre esta pequeña obra, de 48 por 62,5 centímetros, que llegó a la conclusión de que era un degas “tras un exhaustivo análisis de pigmentos, un minucioso estudio llevado a cabo con rayos X y fotografías, entre otras técnicas”. También fue importante comprobar que la firma de la obra estaba integrada y no se había añadido posteriormente. Este experto, que ha catalogado 1.750 obras de Degas en todo el mundo, añadió que Elogio del maquillaje (1879) salió de otra obra del pintor francés, Le client sérieux (El cliente serio). “Degas solía trabajar en sus cuadros a partir de una escena o personaje de otra obra anterior”.

Sobre el destino del nuevo degas, Arjona declara que no sabe dónde se encuentra la obra. En cuanto a su valor, estima que este tipo de pasteles en el mercado del arte están en torno a los siete u ocho millones de euros, “aunque algunos han llegado a 12 millones″.

La historiadora del arte Judith Urbano, el pasado lunes en el Instituto Francés de Madrid.Borja Sánchez Trillo (EFE)

Elogio del maquillaje representa “una escena de burdel, tema importante en las obras de Degas, quien dibujó muchos de sus desnudos en lugares que conocía bien”, según Schulman. En el cuadro se ve a dos mujeres, una de ellas de perfil y la otra en el centro empolvándose la nariz reflejada en un espejo. Schulman recordó que en España hay pocos degas, tres en el Museo Thyssen-Bornemisza, uno en el Museo de Montserrat y algunos en colecciones particulares.

El rastreo de la historia de la obra ha sido posible “gracias a varias etiquetas” que se conservan adheridas en distintas partes del cuadro, apunta Urbano, decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Internacional de Cataluña. La historia se remonta a su primer propietario, el pintor y grabador barcelonés Julià Bastinos, “quien en 1872 estaba en París y tenía contacto con los Urrabieta, una familia de grabadores” que también se encontraban en la capital francesa.

Se sabe que Bastinos compró la obra en 1887 “por una carta que Degas envió a su amigo el cantante de ópera Jean-Baptiste Faure, en la que le cuenta que un cierto señor B. le ha comprado un cuadro por 3.000 francos”. Bastinos, de una familia muy adinerada, regresó a Barcelona y en 1904 se marchó a trabajar a Egipto. “En El Cairo le puso un marco lujoso al cuadro, como señala una de las etiquetas”. Murió en Alejandría, en 1918, solo un año después que Degas.

La familia Bastinos recuperó el cuadro, que volvió a Barcelona a manos de Antoni Bastinos, hermano de Julià. La siguiente pista, y etiqueta del cuadro, lo sitúa en el monasterio de Pedralbes, en 1934, tras una ley de la Generalitat de Cataluña que quería proteger patrimonio histórico. Otra etiqueta, en la Guerra Civil, tiene el membrete de Recuperado del enemigo, del franquista Ministerio de Educación Nacional, en enero de 1939, cuando las tropas del dictador entran en Barcelona. “Entonces el cuadro fue devuelto a la familia propietaria”.

Sin embargo, en 1940 lo compra el industrial textil Joan Llonch Salas,un mecenas y coleccionista de arte”, que lo adquirió a Francisco Mario Ricart, según consta en el recibo que los herederos de este empresario adjuntaron a la subasta de la web Todocolección, informa Noelia Ramírez. Lo más probable es que Ricart fuera el intermediario de los Bastinos.

Joan Llonch llegó a presidente de la Academia de Bellas Artes de Sabadell, que ahora preside su nieto, y en 1976 fue nombrado presidente del Banco Sabadell. “La última etiqueta”, añade la historiadora, es de la sala de arte barcelonesa Gaspar, donde Llonch permitió que se expusiera el cuadro por única vez al público en las Navidades de 1952, junto a obras de Picasso, Renoir y Van Gogh.

Después de siglo y medio de peripecias, Elogio del maquillaje está en algún lugar de Cataluña y alguien, no se sabe dónde, estará probablemente tirándose de los pelos por haberlo malvendido.

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