Un historietista acusa a su editorial de crear una portada con inteligencia artificial para su libro y pide que no lo compren
El sello Nowtilus niega que la cubierta de ‘Breve historia del cómic’ se haya generado con IA y defiende que la hizo una diseñadora con “herramientas del Photoshop”
La guerra entre la inteligencia artificial y los ilustradores no da tregua. Después de la polémica con la portada de Juana de Arco de la editorial Destino (sello del grupo Planeta) y la de los carteles difundidos por entidades oficiales, ahora el historietista ...
La guerra entre la inteligencia artificial y los ilustradores no da tregua. Después de la polémica con la portada de Juana de Arco de la editorial Destino (sello del grupo Planeta) y la de los carteles difundidos por entidades oficiales, ahora el historietista Gerardo Vilches acusa a la editorial Nowtilus de crear la cubierta de la reedición de su libro Breve historia del cómic con IA y pide que no lo compren. “Por responsabilidad, tengo que exponer esto y rogaros que no compréis esta edición (...) Lamento mucho la situación, pero creo que es la única forma de concienciar a las editoriales”, publicó el miércoles Vilches en su cuenta de X (antes Twitter). Consultada por EL PAÍS, Nowtilus niega rotundamente que la ilustración se haya hecho con algoritmos y afirma que fue “hecha por una diseñadora que la diseñó y montó usando las herramientas analíticas habituales, Photoshop y demás”. Una respuesta similar a la que ofreció Planeta en su tiempo.
La reedición del libro se publicó en mayo del año pasado con una cubierta distinta, pero ahora la editorial ha lanzado una nueva tirada con la imagen que ha disgustado al autor. “Nunca vi esa portada antes de que se publicara. Me comentaron que iban a sacar una nueva edición de mi libro, que es originalmente de 2014, y eso fue todo”, asegura el autor a este medio. Como pruebas, ha subido a X enlaces de las imágenes utilizadas en la portada ya colgadas en la plataforma Pixabay, y en las que en su descripción se especifica que son generadas por inteligencia artificial. “Todas las herramientas profesionales de retoque gráfico van incorporando cada vez más IA. Pero no generan imágenes”, defiende una fuente de Nowtilus.
“Mi postura sobre la IA generativa es clara y la he expresado varias veces: está basada en el robo y en el uso no autorizado del trabajo de los y las verdaderas artistas”, escribió Vilches en su red social. La editorial ha respondido que no ha recibido quejas ni del autor ni de las librerías, pero si el escritor y dibujante no estaba satisfecho con ella, se cambiaba en “una reimpresión o cuando se tenga la oportunidad”. “Me extraña mucho, es la primera noticia que tengo. Jamás mantenemos un libro con una cubierta que no le guste a su autor, hay otras mil posibilidades”. El historietista, por su parte, afirma que no ha reclamado porque se enteró en los últimos días de la portada, que las relaciones con el sello “son malas” y que “ya no tiene remedio”.
A las protestas de Vilches se han sumado varios autores. “Esto degrada el libro y le causa un problema de credibilidad de autor”, comenta en X David López, quien constantemente denuncia hechos relacionados con la inteligencia artificial y el mundo de la ilustración. También han mostrado su rechazo David Rubín, Teresa Valero, Kiko da Silva, Atilio Gambedotti o César Herce.
La generación de imágenes por algoritmo es, sin duda, el mayor reto al que se han enfrentado los ilustradores desde que se popularizó el uso del Photoshop, a principios de los 2000. Para coordinar respuestas y acciones conjuntas, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha organizado el congreso La propiedad intelectual y las industrias culturales ante la inteligencia artificial generativa, que tendrá lugar el 14 y 15 de marzo en la Casa de las Alhajas de Madrid. El Grupo Parlamentario Socialista también organizó una jornada similar el pasado lunes. El Ministerio de Cultura publicó el 19 de febrero una guía de buenas prácticas con la que se compromete, entre otras cosas, a no otorgar los Premios Nacionales a trabajos realizados íntegramente con IA y a contratar “preferentemente obras protegidas por derechos de propiedad intelectual creadas por personas” y que en ningún caso hayan usado esa tecnología “de manera sustitutiva del desempeño humano”.