“Arriba los corridos, cabrones”: Peso Pluma enloquece a 15.000 jóvenes en Madrid
El cantante mexicano llena de jarana el WiZink Center en su primera actuación en Europa después de convertirse en un fenómeno en Latinoamérica y Estados Unidos
La demostración de que en la música pop comercial actual puede pasar cualquier cosa se vivió anoche en el WiZink Center: 15.000 jóvenes vibrando con ¡corridos mexicanos! El fenómeno posee sus peculiaridades, que ayudan a entender el entusiasmo juvenil por un género que en su origen prosperó allá por la Guerra de la Independencia mexicana y su posterior Revolución. Hablamos nada menos de los siglos XIX y principio del XX. ¿Cómo hemos llegado, pues, hasta lo de anoche? ...
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La demostración de que en la música pop comercial actual puede pasar cualquier cosa se vivió anoche en el WiZink Center: 15.000 jóvenes vibrando con ¡corridos mexicanos! El fenómeno posee sus peculiaridades, que ayudan a entender el entusiasmo juvenil por un género que en su origen prosperó allá por la Guerra de la Independencia mexicana y su posterior Revolución. Hablamos nada menos de los siglos XIX y principio del XX. ¿Cómo hemos llegado, pues, hasta lo de anoche? Gracias a una generación de artistas de allá que mezclan este género con las armas de exaltación masiva de la cultura popular de hoy: la utilización de la red social TikTok y las estéticas del invasor género urbano. Al invento se le llama corrido tumbado y el ariete de todo el tinglado responde al nombre de Peso Pluma, nacido como Hassan Kabande en Zapopan, Jalisco, hace 24 años. Ayer arrasó en Madrid ante miles de jóvenes.
Peso Pluma es otro de los hijos musicales de la pandemia. Fue en ese periodo de encierro cuando comenzó su carrera. Aprendió a tocar la guitarra con tutoriales de YouTube y se puso a escribir con 15 años para evadirse de la desmotivación vital que le acosaba.
Larguirucho, con melenilla mullet y un “arriba España” a pleno pulmón, Peso Pluma se instaló en el escenario del WiZink para interpretar dos horas de jaraneros corridos llenos de historias “bélicas”, como él dice, aventuras de narcos y pasiones amorosas. No se vieron en el escenario ni gorros de ala mexicanos ni fajines ni botas altas. Peso Pluma y sus muchachos visten chándal, pantalones de cuero, gorras de béisbol y zapatillas deportivas, atuendo de un chaval de 2023. Como son ellos. En la tarima del WiZink se posicionaron dos guitarristas, un contrabajo, un bajo eléctrico e instrumentos de viento típicos de la música norteña mexicana (trombón, tuba, trompeta)… Siete instrumentistas y la estrella, todos vestidos de negro y con tres pantallas a sus espaldas, la del centro de grandes dimensiones. Acostumbrados a conciertos donde se les va la mano con aparatosos atrezos, se agradeció una puesta en escena austera.
En su primer concierto europeo después de triunfar en Latinoamérica y Estados Unidos, Peso Pluma superó su corta proyección vocal con un personal tono bronco y con un carisma de quilates. El mexicano dominó el escenario con un repertorio de expresiones que incluyen espasmódicos movimientos, bajadas al foso para besar a los de las primeras filas y gritos eufóricos del tipo: “Pónganse las pinches pilas y disfruten del puto concierto”. En eso sí que se pareció a un concierto de pop-rock juvenil al uso.
Pero a pesar de las poses hiphoperas de la estrella, lo que propone musicalmente en esencia es un corrido bastante ortodoxo, con ese sonido enmarañado de guitarras pellizcadas, el contrabajo retumbando el vals y unos vientos taberneros. Por eso es sorprendente la pasión que desata entre la juventud, sin duda enganchada a un género añejo gracias a la viralidad digital. En la primera parte interpretó Rubicón, El Belicón, Bipolar, Lagunas o Rosa Pastel, estas tres últimas con el también mexicano Jasiel Núñez, uno de los dos invitados de la noche.
”Qué chingón traer los corridos a España. Arriba los corridos, cabrones”, gritó, y se puso una bandera de España de capa. También le tiraron enseñas mexicanas, porque casi la mitad del aforo estaba compuesto por compatriotas de la estrella. Cuando llevábamos hora y cuarto de corridos, aquello se convirtió en otro concierto. Se marcharon los músicos, hasta ese momento los protagonistas de todas las notas que habían salido del escenario, y comenzaron 15 minutos de abrasador reguetón. Todo grabado, sonaron Qlona, con la voz enlatada de Karol G, o La Bebe. Con el retorno de los músicos llegó la Session 55 de Bizarrap y a continuación salió la argentina Nicki Nicole, otra estrella de lo urbano, e interpretaron juntos un acaramelado Por las noches. La pareja (también sentimental) acabó besándose en la boca para que todo el mundo grabará el momento y lo colgara directamente en su cuenta de red social. En el texto del vídeo debería poner “muchas gracias, mi amor”, que es lo que le dijo él a ella.
Y después de este paréntesis rosa, de regreso a los corridos tumbados. Terminó la noche con Ella Baila Sola (su mayor éxito) y Lady Gaga, canción estrella de su último trabajo, el tercero, Génesis. Hoy miércoles el mexicano actúa en Barcelona.
Peso Pluma ha puesto el corrido tumbado de moda en medio mundo. Lo que hace ahora es demostrar en directo que se puede convocar a miles de jóvenes y pasar dos horas de pleno alboroto.