U2 rejuvenece en la era de las pantallas: así es la vida dentro de la nueva Esfera de Las Vegas
La banda irlandesa inaugura con un viaje al pasado su residencia en la ciudad de los casinos dentro de la pantalla LED más grande del mundo
La banda de pop más grande del mundo luce diminuta dentro de la Esfera. U2 volvía el pasado viernes a los escenarios después de cuatro años para inaugurar con una residencia de varios conciertos este nuevo edificio icónico de Las Vegas cuyo principal reclamo es una esfera recubierta de una pantalla led de 54.000 metros cuadrados. Dentro del espacio hay una prisión. Al menos eso parece cuando se mira desde abajo. Allá en lo muy alto hay un hueco, como el techo del Pant...
La banda de pop más grande del mundo luce diminuta dentro de la Esfera. U2 volvía el pasado viernes a los escenarios después de cuatro años para inaugurar con una residencia de varios conciertos este nuevo edificio icónico de Las Vegas cuyo principal reclamo es una esfera recubierta de una pantalla led de 54.000 metros cuadrados. Dentro del espacio hay una prisión. Al menos eso parece cuando se mira desde abajo. Allá en lo muy alto hay un hueco, como el techo del Panteón romano. Es una ilusión, pues este es un sitio cerrado. La música comienza a sonar, es Zoo Station, y los muros comienzan a quebrarse. Entra luz del exterior. Blanca y brillante. Forma una enorme cruz. Ha comenzado la misa de Bono, The Edge y Adam Clayton.
En la época donde todos quieren vender experiencias, la banda irlandesa ha construido una basada en los recuerdos, llevando la memoria a 1991, cuando publicaron Achtung Baby, el disco que grabaron en Alemania mientras todos ajustaban sus miras para el futuro. “Es nuestro álbum más brutal, tuvimos que dar una gran pelea para sacarlo. Es también nuestro disco más político”, dijo Bono en el concierto del sábado, vestido casi todo el tiempo de negro, momentos antes de interpretar So Cruel, un tema que no sonaba en una gira desde 1992.
U2 ha llegado a Las Vegas con Achtung bajo el brazo para U2:UV, una residencia de 25 fechas que terminará a mediados de diciembre. Muchos de los artistas llegan a esta ciudad con más trayectoria pasada que visión de futuro. Bono, un filántropo con una riqueza que ronda los 700 millones de dólares, ha visto también oportunidad de predicar en este punto en medio del desierto de Nevada. En el concierto llama al espacio la “catedral de Elvis”, una de las figuras que lo inspiraron cuando era un niño en Cedarwood Road, en Dublín. Este Dios de adolescencia aparece ante los 18.000 espectadores en un mural llamado King Size, obra del artista Marco Brambilla. Suena Even Better Than The Real Thing y la pantalla muestra cientos de imágenes del ídolo creadas con inteligencia artificial. Edge, con su icónico gorro de pescador, rasga la guitarra mientras Bono gira en una pequeña plataforma en medio del escenario. “Elvis es la vida cuando haz muerto”, dice el mesiánico vocalista instantes después.
En Surrender: 40 canciones, una historia, el libro de memorias que el cantante publicó el año pasado, Bono asegura venir de una larga tradición de vendedores por parte de su madre. Él mismo se considera un vendedor. “Vendo ideas, vendo canciones y ocasionalmente vendo mercancía”, escribe. Desde el viernes y hasta el 16 de diciembre, Bono vende ahora también la imponente esfera propiedad del área de entretenimiento del Madison Square Garden de Nueva York. El espacio, dicen los organizadores, ofrece una avanzadilla de lo que puede ser el futuro de la industria musical y de ocio gracias a una pantalla cuya resolución combinada equivale a 72 televisores de alta definición, un sonido inmersivo creado por 164.000 altavoces y entradas entre los 500 y 1.000 dólares. Ya se han acercado a ver el espectáculo Paul McCartney, Oprah Winfrey, Snoop Dogg y Dr. Dre, entre otras celebridades.
“Puedo escuchar los murmullos de la gente allá arriba”, dijo Bono el sábado, apuntando al tercer piso. “Costó 2.300 millones de dólares que pudiera oírlos”, bromeó el líder del grupo. U2 apareció disminuido pero rejuvenecido. En la batería, el holandés Bram van den Berg, sustituto de Larry Mullen Jr., quien se está recuperando después de haber sido operado por lesiones en los codos y las rodillas. Van den Berg, de 41 años, es el baterista del grupo Krezip. “El primer álbum nuestro que escuchó fue Pop, en 1998″, explicó Bono, consciente de que entre la audiencia había apenas un puñado de personas que nacieron después de los 90. “Mi primera reacción, después de verlo, fue decir ‘es demasiado alto, demasiado guapo. Esto no va a funcionar’”, añadió. Y, sin embargo, funciona. El grupo ha rejuvenecido con su primer milenial entre sus filas.
U2 dedicó a Mullen Jr. All I Want is You, el tema que Bono escribió para su esposa Ali y que cierra Rattle and Hum (1988), un álbum que vendió 14 millones de copias. El grupo aparece sobre una tornamesa, un aparato que parecía anacrónico en 1992, cuando salió Achtung Baby, y que después vivió un renacimiento, algo que sirve de metáfora para la propia banda. El escenario es una copia inspirada en una obra de arte que Brian Eno hizo para la galería londinense Paul Stolper. A lo largo de las dos horas de concierto, que comenzó media hora tarde por “problemas técnicos”, el grupo hizo varios guiños a quienes les han acompañado en su carrera.
Del ‘zapping’ a la realidad virtual
Lo que puede verse dentro de la Esfera bebe de Zoo TV, la rompedora gira multimedia que la banda irlandesa hizo entre 1992 y 1993. El director del show, un banquete para los ojos y oídos, es Willie Williams, que comenzó a trabajar con el grupo en 1983 en la gira del álbum War como diseñador de luces. Fue él quien ideó el influyente concepto de 1992, que usaba señales de antenas, emisiones de televisión y zapping. Ahora, en cambio, ha diseñado el nuevo espectáculo recurriendo a la realidad virtual en Londres al mismo tiempo que se construía la Esfera. El equipo que lo ideó es de una generación que sabe que las pantallas deben también apagarse. Es lo que sucede en varios momentos de los cuatro actos en los que se divide el concierto, que se extiende por dos horas e incluye los 12 temas de Achtung Baby y otra decena de éxitos.
U2 ha tenido siempre una relación especial con el oeste de Estados Unidos. Un parque nacional de California dio nombre a su emblemático álbum de 1987, Joshua Tree. Eligieron la esquina de la Séptima Avenida y Main, en el centro de Los Ángeles, para rendir un tributo a los Beatles en la grabación del vídeo de Where The Streets Have No Name. En 1983 grabaron Under a Blood Red Sky, un álbum en directo en Red Rocks, un anfiteatro a las afueras de Denver, en Colorado. La Esfera es lo opuesto a Red Rocks, un foro donde las estrellas sirven de techo. Las estrellas ahora están al nivel de los ojos: son los móviles que no dejan de brillar en un concierto que está hecho para inundar las redes sociales. “Don’t believe what you hear (no creas lo que escuchas), Don’t believe what you see (no creas lo que ves)”, cantaba Bono en el tema Acrobat. En la pantalla comenzaban a aparecer pequeños puntos blancos sobre un fondo negro. Parecían miles de flashes.
Este sábado sonó por primera vez en 17 años en directo Love is Blindness. Es el último tema que el grupo tocó en la sesión en los estudios berlineses Hansa, una sesión donde Edge se desnudó para transmitir con su guitarra el duro divorcio por el que atravesaba. El guitarrista, cuyo nombre real es Dave Evans, de 62 años, dio toques mortuorios a su solo sin apenas gesticular el rostro. Al otro extremo estaba el también impasible y elegante Adam Clayton.
Ciudad atómica
Pero no todo es pasado. El grupo, al que en los últimos años le está costando mantenerse vigente, incluye en el show una nueva canción, Atomic City. Los riffs de la guitarra suenan a un tributo a The Clash, otra de las influencias de los irlandeses. El tema no sorprende demasiado a la audiencia, que prefiere dejarse llevar por las imágenes diseñadas por Industrial Light & Magic, la empresa fundada por George Lucas. La pantalla muestra una imagen de Las Vegas y cómo la capital del vicio empieza a deconstruirse cuando una serie de grúas desmontan los edificios hasta no dejar nada más que arena.
En la noche suenan también algunos éxitos incluidos en All That you Can’t Leave Behind (2000) y How to Dismantle an Atomic Bomb (2004). U2 dedica a los primeros años del siglo XXI los minutos finales del concierto. Suena Beautiful Day y la Esfera comienza a llenarse de batracios, murciélagos, escarabajos y aves. Es un mural obra del artista Es Devlin de las 26 especies en peligro de extinción en Nevada. Es el arca de Bono. La misa está cerca de terminarse. Después del espectáculo, una pregunta viene a la cabeza: después de U2, ¿quién puede llenar el espacio infinito de la Esfera?