Muere a los 81 años Manuel Morilla, el entusiasta apoderado que impulsó de la carrera de Jesulín
El taurino ejerció como influyente taurino, ganadero, empresario y alcalde del Morón de la Frontera por el PP
En la localidad sevillana de Morón de la Frontera, donde nació en 1942, ha fallecido esta mañana Manuel Morilla, un taurino entusiasta que fue el impulsor de la carrera de Jesulín de Ubrique, apoderado de una larga lista de toreros, empresario, ganadero y alcalde de su pueblo por el Partido Popular entre 2003 y 2011.
Fue un personaje polémico al que no se le puede negar una extraordinaria capacidad de trabajo y unas dotes innatas para la comunicación y el marketing. De hecho, con 18 años hizo sus primer...
En la localidad sevillana de Morón de la Frontera, donde nació en 1942, ha fallecido esta mañana Manuel Morilla, un taurino entusiasta que fue el impulsor de la carrera de Jesulín de Ubrique, apoderado de una larga lista de toreros, empresario, ganadero y alcalde de su pueblo por el Partido Popular entre 2003 y 2011.
Fue un personaje polémico al que no se le puede negar una extraordinaria capacidad de trabajo y unas dotes innatas para la comunicación y el marketing. De hecho, con 18 años hizo sus primeros pinitos como comentarista del mundo del toro en la emisora pública La Voz del Guadalquivir, radicada en Sevilla.
Y sus condiciones profesionales las demostró con creces cuando en 1988 se hizo cargo de la carrera de Jesulín de Ubrique, un chaval que se desenvolvía con desparpajo ante los primeros becerros, antesala de la que sería una exitosa carrera como figura y protagonista de la prensa del corazón.
La trayectoria del incipiente novillero fue espectacular en los ruedos hasta que tomó la alternativa en la ciudad francesa de Nimes el 21 de septiembre de 1990. Ahí comienza a forjarse la creación de un personaje popular que combinó sus éxitos en las plazas, y su innata simpatía, con una presencia cada vez más frecuente en los medios de comunicación escritos y audiovisuales.
El hombre que estaba en un segundo plano, el urdidor de esa campaña fue Manuel Morilla. Él contrató los marcadores de los campos de fútbol para que apareciera el nombre de su torero, consiguió que fuera un asiduo visitante a los platós de televisión, y que el nombre de Jesulín de Ubrique se hiciera popular en toda España.
Junto a Morilla, Jesulín batió el récord de corridas toreadas en un año, que lo alcanzó en 1995 con 161 festejos, y también cometió —cometieron ambos— errores de bulto como la organización de corridas para mujeres, la grabación de un disco por parte del torero, y aquella escena esperpéntica ocurrida en la plaza de Sanlúcar el 22 de octubre de 1994 en la que Jesulín invitó a Morilla a que saliera al ruedo a dar unos pases al sexto toro, lo que le costó una voltereta y una fuerte sanción. Años después, en mayo de 1999, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirmó la multa de 20 millones de pesetas que la Junta de Andalucía impuso a ambos por su actuación, tildada de “irresponsable” por el alto tribunal.
El torero se retiró de los ruedos en 1999 y los personajes se distanciaron. Jesulín continuó su carrera como colaborador televisivo y estrella del corazón, y Manuel Morilla se retiró en su pueblo y probó fortuna en la política. Fue alcalde de Morón de la Frontera entre 2003 y 2011, y, al final de su mandato tuvo problemas con la justicia por delitos contra el medio ambiente durante su etapa como regidor municipal.
Fue también ganadero, empresario y propietario de la plaza de toros de su localidad natal.
Antes y después de su larga etapa junto a Jesulín, Manolo Morilla apoderó, primero, a los diestros Manolo Tirado y José Luis Parada, y de los hermanos rejoneadores Ángel y Rafael Peralta; después, se comprometió con José Luis Galloso, Enrique Ponce, Finito de Córdoba, Pepe Luis Vázquez y Fermín Bohórquez.
Su hijo, Francisco Morilla, ha seguido sus pasos en el campo del apoderamiento, y su nieto, Martín Morilla, es novillero sin caballos.
Mañana, martes, a las 12 de la mañana, se celebrará un funeral por su alma en la parroquia Nuestra Señora de la Victoria de Morón de la Frontera. Allí recibirá el último adiós de los suyos un taurino con una gran visión del espectáculo, y un trabajador incansable, que acumuló, como todos, aciertos y errores, pero que ayudó con su labor a muchos toreros.