La exposición de Vermeer cuelga el cartel de “no hay entradas” cuatro días después de su inauguración

El Rijksmuseum de Ámsterdam restringe temporalmente la venta de tiques para la muestra dedicada al pintor, uno de los platos fuertes de la temporada, para asegurar una visita agradable al espectador

Una visitante observa 'La lechera' de Vermeer en la exposición dedicada al pintor en el Rijksmuseum.Rijksmuseum / Henk Wildschut

El Rijksmuseum de Ámsterdam ha colgado el cartel de “no hay entradas” para la exposición dedicada a Johannes Vermeer (1632-1675), el pintor holandés del Siglo de Oro. Es una medida temporal para una de las citas señaladas de la temporada artística internacional, y ya se habían vendido unos 200.000 tiques por adelantado. La muestra, que presenta por...

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El Rijksmuseum de Ámsterdam ha colgado el cartel de “no hay entradas” para la exposición dedicada a Johannes Vermeer (1632-1675), el pintor holandés del Siglo de Oro. Es una medida temporal para una de las citas señaladas de la temporada artística internacional, y ya se habían vendido unos 200.000 tiques por adelantado. La muestra, que presenta por vez primera juntas 28 obras del artista, lleva en marcha apenas cuatro días, dado que abrió al público el 10 de febrero. La dirección trata de evitar aglomeraciones para que pueda admirarse con calma a uno de los pintores señeros de la intimidad hogareña y el sosiego. Aconseja a los aficionados que se mantengan atentos a la web y las redes sociales de la institución para ver si hay cambios.

“Estamos haciendo todo lo posible para dar la oportunidad a más gente de que vea la exposición. Barajamos también una serie de posibilidades que nos permitan ofrecer más entradas”, señalan portavoces del Rijksmuseum, que declinan entrar en detalles. Indican, eso sí, que “para asegurar que la visita sea agradable para el público, la cifra de entradas disponibles es limitada”. El museo tampoco aclara cuándo podrán volver a venderse entradas para una exposición que acaba en junio.

No explican si contaban con vender 200.000 boletos por adelantado, o si esa cifra dificulta ya la regulación del flujo actual de visitantes. La exposición requiere un tique de 30 euros, que franquea el acceso a toda la colección del museo. Es gratis hasta los 18 años, inclusive, y hay otros precios, entre 10 y 15 euros. Puede seguirse el recorrido digital por sus obras, dispuesto en la página web. Los narradores son la actriz holandesa Joy Delima, en neerlandés, y el actor británico Stephen Fry, en inglés.

En 2022, el museo fue visitado por 1,7 millones de personas. En 2021, dedicó una muestra a la esclavitud y el pasado colonial de Países Bajos, vista por unas 80.000 personas. Cerca de 3,4 millones siguieron su versión digital en la página web. Ese año, la cifra total de interesados fue de 650.000. En 2019, durante El Año Rembrandt —350 aniversario de su muerte— se llegó a 2,7 millones, según cifras del propio centro. Todo ello, sin que se señalaran problemas de aglomeraciones o tapones en la venta de entradas. Vermeer, preciosista y con una obra reducida que no supera los 45 cuadros y 37 atribuciones, era apreciado en su tiempo, pero cayó casi en el olvido hasta el siglo XIX. Su recuperación para el arte, y para los aficionados, se debe al crítico francés de arte Théophile Thoré-Bürger, y su estilo y temática llamó la atención en Estados Unidos. Allí guardan ahora una docena de sus obras llenas de luz, y a las que se atribuye un misterio que contrasta con el realismo de los interiores y las figuras, en su mayoría femeninas, que retrata.

'La joven de la perla', de Vermeer, rodeada de visitantes en la exposición del Rijksmuseum dedicada al pintor.KOEN VAN WEEL (EFE)

La antológica dedicada en Ámsterdam es el resultado de casi una década de trabajos y consultas, y ha sido posible debido a que la Colección Frick, de Nueva York, renueva sus instalaciones y ha cedido los tres cuadros de su catálogo: Dama con criada y carta, Lección de música interrumpida y Militar y muchacha riendo. Otros museos y colecciones privadas se prestaron luego a hacer otro tanto, y pudo llegarse hasta las 28 piezas exhibidas. Entre octubre de 2013 y enero de 2014, la tela La joven de la perla, posiblemente la más reconocible del pintor, fue cedida a la misma colección estadounidense por la galería Mauritshuis, de La Haya. La sala holandesa estaba siendo remodelada y mandó también piezas de Rembrandt y Carel Fabritius, uno de sus alumnos más aventajados. En 2013, el Rijksmuseum abrió de nuevo sus puertas tras una restauración de una década que costó 375 millones de euros. Se crearon nuevos espacios en un edificio inaugurado en 1885, diseñados por los arquitectos españoles Antonio Cruz y Antonio Ortiz.

En la galería de honor figuran normalmente La ronda de noche y otras telas de Rembrandt, así como los cuatro vermeer del museo. Se trata de La lechera, La callecita, La carta de amor y Mujer en azul leyendo una carta. Este cuarteto forma parte del grupo de 28 dispuestos en la sala para exposiciones temporales, el Ala Philips. La galería Mauritshuis ha enviado Vista de Delft, Diana y sus compañeras y La joven de la perla. Esta última regresará en abril a la Mauritshuis, “porque entonces empieza la temporada turística, y ‘La joven es La joven’, y no podemos estar sin ella”, dicen sus portavoces.

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