Precarias, irónicas, vanguardistas: la revolución de las autoras de cómic invade el CCCB

La exposición ‘Constelación gráfica’ reúne los universos creativos de nueve creadoras que politizan y satirizan el malestar social

La autora Roberta Vázquez, con un estilo gráfico que bebe del underground y canibaliza los iconos pop en clave de humor, posa en su instalación en la exposición 'Constelación gráfica' en el CCCB.MASSIMILIANO MINOCRI

La creadora María Medem (Sevilla, 28 años) nunca olvidará lo que le dijo un profesor en tercero de Bellas Artes al justificarle un suspenso: “Tú serás como Lola Flores, tendrás muchos contactos, pero muy poco talento”. Esa fue la respuesta que tuvo cuando ella le advirtió de que el cómic al que le acababa de poner un tres era el que se iba a publicar en Tik Tok cómics, la plataforma que comisariaba hace unos años Ana Galvañ para promocionar a jóvenes autores y de la que todo el mundillo hablaba.
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La creadora María Medem (Sevilla, 28 años) nunca olvidará lo que le dijo un profesor en tercero de Bellas Artes al justificarle un suspenso: “Tú serás como Lola Flores, tendrás muchos contactos, pero muy poco talento”. Esa fue la respuesta que tuvo cuando ella le advirtió de que el cómic al que le acababa de poner un tres era el que se iba a publicar en Tik Tok cómics, la plataforma que comisariaba hace unos años Ana Galvañ para promocionar a jóvenes autores y de la que todo el mundillo hablaba.

Unos cuantos años más tarde, tras hacerse con varios premios por su primera obra larga, Cénit (Apa Apa Cómics, 2018), haber animado videoclips, trabajado para productoras de cine como A24 o ilustrado reportajes en The New York Times o The New Yorker, Medem rememora oportunamente esa anécdota. “Ese señor me dejó con tremendas ganas de llorar y la autoestima bajísima, así que me encantaría que supiera dónde estoy ahora”, cuenta triunfante en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) junto a su instalación Reflexos. Una delicada recreación sensorial que parte de su próxima obra, Por culpa de una flor, en la que varias de sus viñetas aparecen aquí bordadas en distintas sábanas tendidas, como si fuera una colada al aire en el campo. Un espacio para la evasión donde el visitante puede sentarse, con banda sonora de Ylia, en un banquito de piedra a pensar su vida mientras huele el romero y las plantas aromáticas.

Esta sevillana, que se inspira en las fotografías en blanco y negro de Cristina García Rodero o Atín Aya para llenarlas de color y que ha hecho del extrañamiento un sello de culto, es una de las nueve autoras que conforman Constelación gráfica: jóvenes autoras de cómic de vanguardia. Una exposición que se podrá ver del 2 de diciembre al 14 de mayo de 2023 en el CCCB. Comisariada por la editora Montserrat Terrones, la muestra exhibe lo mejor de sus trabajos, así como una serie de instalaciones inéditas de cada una de ellas pensadas exclusivamente para el espacio expositivo, como la puerta interdimensional de Miriampersand o la aplicación de citas Cringer de Bárbara Álca. Un ejercicio inmersivo que toma el pulso a la revolución creativa de una hornada de artistas del cómic que ha hecho de su disidencia estética y de su mirada crítica a las tensiones generacionales su bandera.

Espacio de María Medem en la muestra 'Constelación gráfica' en el CCCB.MASSIMILIANO MINOCRI

Junto a Medem exponen Bàrbara Alca, Marta Cartu, Genie Espinosa, Ana Galvañ, Nadia Hafid, Conxita Herrero, Miriampersand y Roberta Vázquez. Nueve autoras que tratan, cada una con su propio estilo y lenguaje estético, desde la fragilidad frente a la precariedad laboral y económica, al clasismo social, la amistad femenina o la necesidad de crear nuevos mundos para entenderse mejor en este.

“Queremos dar voz a un grupo de autoras en un universo que solía estar muy masculinizado. Este es un retrato sobre la fragilidad laboral y afectiva y sobrevivir a unos tiempos marcados por la inmediación tecnológica”, ha dicho la directora del CCCB, Judit Carrera, al presentar una muestra en la que las historietas y los personajes salen de sus páginas para narrarse en tres dimensiones.

La autora María Medem posa en 'Reflexos', su instalación en la muestra del CCCB.MASSIMILIANO MINOCRI

Sororidad frente a la precariedad

“Esta exposición no es una competición de género contra los autores. Es la constatación de que la creación femenina lidera el mundo del cómic en España y en Francia”, ha explicado comisaria de la muestra, Montse Terrones.

La editora ha aclarado que en las últimas dos décadas varios factores han confluido para cristalizar en este escenario: las redes de colaboración que han establecido los festivales de autoedición como el Graf —que han puesto en contacto a las autoras y les ha dado una plataforma comunitaria—, el recambio generacional de editores con una mirada artística adaptada a nuevas sensibilidades creativas y la importancia de las redes sociales como elemento de difusión y empoderamiento.


'Habitació' es la instalación de Nadia Hafid en la exposición 'Constelación gráfica' del CCCB. Su propuesta era conectar la soledad de una sociedad atomizada con la soledad de la propia dibujante. MASSIMILIANO MINOCRI

Porque no solo ayudó Galváñ a visibilizar el trabajo de Medem. La red de contactos que han tejido estas artistas es la palanca que las empuja y las ayuda a sobrevivir en un universo precarizado. “Nosotras nos mandamos audios larguísimos todo el rato, nos preguntamos unas a otras qué responder ante encargos mal pagados o nos aconsejamos sobre cómo presupuestar”, explica Roberta Vázquez, que ha creado para esta exposición Illa Risc (Isla Riesgo), un juego de mesa ilustrado a escala humana. Lo cuenta mientras visita la instalación de Conxita Herrero, que en Tempesta d’Estiu (Tormenta de verano) ha recreado la habitación en la que dibujó la historieta que llevaba ese nombre y que narra lo que aconteció el verano pasado en los mensajes que se mandaron estas nueve creadoras al grupo de WhatsApp “Expowapas”, el que crearon para hablar de esta misma muestra.

Para Galvañ, esa red de apoyo en la autoedición es crucial. “Especialmente en un entorno laboral en el que no se puede vivir del cómic. Yo no puedo vivir solo de ello y estoy profesionalizada”, aclara. Esta autora e ilustradora murciana, que trabaja habitualmente con El País, The Guardian, The Washington Post, The New Yorker, The New York Times, Socialter y Berliner y su última publicación es la historia preadolescente Tarde en McBurger’s (Apa Apa Comics) asegura que pese a sensación de notoriedad, la precariedad es latente. “Tampoco nos estamos forrando con esto. Hay gente que por vernos en muchas partes cree que estamos ganando muchísimo dinero, pero estamos sobreviviendo y muchas veces hacemos cómic por amor al arte”, aclara.

Ocho de las nueve autoras que conforman la muestra 'Constelación gráfica'. De izquierda a derecha: Marta Cartu, Miriampersand, Ana Galvañ, Genie Espinosa, Roberta Vázquez, Conxita Herrero y Nadia Hafid. MASSIMILIANO MINOCRI

La disputa milenial

La muestra cuenta con una sala titulada “Milenial: una generación en disputa”, en la que el filósofo y periodista Eudald Espluga reflexiona sobre “el campo de batalla político” en torno a los tópicos que rodean a esta generación, esa que comúnmente es etiquetada como generación de cristal, llorona, narcisista y adicta a las redes sociales.

Uno de los ámbitos de la exposición, el que ha ideado el filósofo y periodista Eudald Espluga. Una habitación titulada 'Milenials: una generación en dispusta'.MASSIMILIANO MINOCRI

Como si se reformulase y expandiese aquel My Bed que expuso Tracey Emin a finales de los 80, el espacio simula ser una habitación compartida en un piso de alquiler, ese centro de operaciones en el que la hiperproductividad borra fronteras entre la vida pública y privada. Los objetos que se han colocado por el espacio, como pósters vistos en manifestaciones del 8-M, carteles de películas o libros de pensadoras políticas, buscan tensionar al visitante frente a ese tópico y lastre generacional. “En realidad, es más importante el sesgo de clase y de origen económico que la edad”, aclara Espluga sobre ese cuarto destinado a instagramearse sin descanso por retratar el estado anímico de esta era.

Una postura que apoya el jefe de exposiciones del CCCB, Jordi Costa: “No hace falta ser joven, este malestar del que hablamos nos atraviesa a todos”, explica. Para Costa, la confluencia de estos factores, el de asfixia neoliberal y la sensación de no futuro, no implica que esta sea una muestra depresiva. “Lo que prueban estas autoras es la capacidad de resistencia y de rechazo, un cuestionamiento crítico de valores a los discursos heredados. No es una mirada negativa, es una mirada irónica para crear nuevas formas de disidencia”.

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