Joaquín Rodríguez Gran, ‘Dodot’, el humor fino y sutil

El viñetista, que formó parte de publicaciones como ‘Cambio 16′ y ‘Hermano Lobo’, falleció en 15 de septiembre

El viñetista Dodot.

La inolvidable Carmen Rico-Godoy fue quien mejor definió a Dodot: “El joven que salpicaba las páginas con sus chistes e ilustraciones de un humor muy fino y sutil”.

Joaquín Rodríguez Gran (Madrid, 74 años), que así se llamaba ese joven que llegó a la redacción de Cambio 16 en 1975, falleció el pasado día 15 de septiembre, ha informado uno de sus familiares. Se ha ido como llegaba: silenciosamente, sin ruido, sin voces.

Durante años fuimos vecinos y compañeros de trabajo. Joaquín era como sus viñetas: sencillo, sin manchas. Con las palabras justas, o ninguna.

En 1971...

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La inolvidable Carmen Rico-Godoy fue quien mejor definió a Dodot: “El joven que salpicaba las páginas con sus chistes e ilustraciones de un humor muy fino y sutil”.

Joaquín Rodríguez Gran (Madrid, 74 años), que así se llamaba ese joven que llegó a la redacción de Cambio 16 en 1975, falleció el pasado día 15 de septiembre, ha informado uno de sus familiares. Se ha ido como llegaba: silenciosamente, sin ruido, sin voces.

Durante años fuimos vecinos y compañeros de trabajo. Joaquín era como sus viñetas: sencillo, sin manchas. Con las palabras justas, o ninguna.

En 1971, Dodot comenzó a colaborar en La Codorniz, la revista fundada por Miguel Mihura y por la que pasaron los más destacados humoristas del país. Dodot compartió páginas con los más grandes de la época: Chumy Chúmez, Máximo, OPS, Forges… Dos años después, se pasó a Hermano Lobo, dirigida precisamente por Chumez. Y por fin, en 1975, se sumó al equipo de ilustradores de Cambio 16.

De los cientos de dibujos, ilustraciones y viñetas de Dodot se recuerda especialmente la caricatura del rey Juan Carlos vestido de Fred Astaire, bailando sobre las torres de Nueva York, ante el primer viaje del monarca a Estados Unidos, en junio de 1976, firmada junto a su compañero de trabajo Enrique Ortega. La caricatura irritó tanto al entonces presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, que este quiso cerrar la publicación. La reacción del secretario de Estado, Henry Kissinger, que habló con el ministro de Exteriores, Marcelino Oreja, y un editorial de The Washington Post, salvaron al semanario.

Dodot viajó precisamente a Nueva York a finales de los setenta para estudiar dibujo y animación. En los años ochenta trabajó como freelance. En 1972 recibió el Premio Paleta Agromán y en 2009 el Premio Antonio Lara (Tono). En los últimos años, sus problemas de salud lo alejaron de Madrid y del trabajo. Y se fue. Silencilosamente.

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