Los Maños llama a su puerta

Novillos encastados y de repetidoras embestidas dejan en evidencia a novilleros con escaso bagaje

Un momento de la cogida que sufrió Arturo Gilio en el quinto de la tarde.Alfredo Arévalo

La ganadería de Los Maños llama a la puerta de los toreros, pero seguro que muchos se harán los sordos. No interesa un toro que embista, que repita y humille con alegría y codicia. No interesa la casta porque te deja en evidencia, te desarma y no existe justificación alguna para el silencio.

Los jóvenes novilleros que se presentaron en Las Ventas pasaron un mal rato, porque se cansaron de dar muletazos a derecha e izquierda mientras el tendido bostezaba sin encontrar razones para la emoción. Es decir, que la movilidad encastada exige ser un torero de una pieza, lo que no abunda entre lo...

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La ganadería de Los Maños llama a la puerta de los toreros, pero seguro que muchos se harán los sordos. No interesa un toro que embista, que repita y humille con alegría y codicia. No interesa la casta porque te deja en evidencia, te desarma y no existe justificación alguna para el silencio.

Los jóvenes novilleros que se presentaron en Las Ventas pasaron un mal rato, porque se cansaron de dar muletazos a derecha e izquierda mientras el tendido bostezaba sin encontrar razones para la emoción. Es decir, que la movilidad encastada exige ser un torero de una pieza, lo que no abunda entre los matadores, y escasea peligrosamente entre los aspirantes porque carecen del oficio necesario para poner a prueba sus cualidades.

Domínguez, Gilio y García Pulido se presentaron en la plaza con muchos sueños y muy poco bagaje. Los tres han toreado muy poco, y acudieron en las mismas condiciones de la mayoría de los novilleros, a la espera desesperada de que un golpe de suerte los sitúe en la cima de sus aspiraciones.

Pero ya lo dijo Jardiel Poncela: ‘En la vida, pocos sueños se cumplen; la mayoría se roncan’. En este caso, las buenas intenciones de la terna, incluso sus buenas maneras en el manejo de los engaños, se encontraron con novillos que tenían mucho y bien que torear, muy exigentes con sus lidiadores, y que no admitían pases y más pases como quien hace churros.

No se entienda lo anterior como una crítica a los chavales. Ninguno de los tres volvió la cara en ningún momento, y afrontaron con gallardía la dificultosa papeleta, pero no pudieron salir airosos del envite. Lo que no puede ser…

La novillada de Los Maños no es que fuera de nota excelente; de hecho, solo dos novillos, primero y sexto, hicieron una brava pelea en varas, mientras los demás mansearon, salieron sueltos o embistieron con la cara por las nubes o cabeceando en los petos. Casi todos dieron muestras de pocas fuerzas, y un par de ellos, quinto y sexto, se derrumbaron en la arena durante la faena de muleta. Pero todos, en mayor o menor medida, hicieron de la muleta el objetivo de sus vidas. El primer novillo, por ejemplo, Saltacancelas de nombre y 501 kilos de peso, estuvo 10 minutos embistiendo, incansable, humillado y fijo en el engaño. Hasta nueve tandas le dio Carlos Domínguez, tres de ellas por la izquierda, y no consiguió enardecer a los tendidos. No debe ser nada fácil encontrarte con un novillo así y comprobar que la gente no se inmuta con tu toreo. Volvió a intentarlo con todas sus ganas en el cuarto, otro noble y repetidor ejemplar, pero sus aceptables muletazos no pasaron de ahí.

Se le vio más placeado al mexicano Arturo Gilio. Recibió a su primero con unas ceñidas gaoneras, ligó, después, varias tandas a la acelerada embestida del novillo y su labor no alcanzó el eco esperado. Más templado fue el quinto con el que llegó a dibujar dos excelentes y largos naturales. Pero al final de la faena, en un descuido imperceptible, el animal lo enganchó por la parte baja de la pierna izquierda y le infirió una cornada de carácter grave. El torero se deshizo de las asistencias y se empeñó en volver a la cara del toro, pero pronto verificó que era mejor acudir a la enfermería.

Y García Pulido manejó con soltura el capote a la verónica y por delantales en un quite, y dijo que tiene sentido del temple, pero tampoco pudo dejar huella.

Los Maños / Domínguez, Gilio, García Pulido

Novillos de Los Maños, bien presentados, desiguales en los caballos, tercio en el que solo destacaron primero y sexto, blandos, encastados en la muleta, incansables en sus embestidas y nobles.

Carlos Domínguez: media perpendicular y baja y casi entera _aviso_  (silencio); casi entera tendida, dos descabellos _aviso_ y seis descabellos (silencio); casi entera caída en el que mató por cogida de Gilio.

Arturo Gilio: estocada trasera y atravesada _aviso_ (ovación). Fue ovacionado tras pasar a la enfermería en el quinto. El parte médico indica que sufre una herida en la zona inferior de la pierna izquierda con una trayectoria de 25 centímetros que produce destrozos en tejido celular subcutáneo y presenta orificio de salida en la cara posterior del miembro. Pronóstico grave. 

Guillermo García Pulido: estocada baja (silencio); pinchazo y casi entera _aviso_ (silencio).

Plaza de Las Ventas. 9 de mayo. Segundo festejo de la Feria de San Isidro. Más de media entrada (14.270 espectadores, según la empresa).

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