Imanol Uribe y Juana Acosta presentan ‘Llegaron de noche’ a los suscriptores de EL PAÍS
La película, basada en el testimonio de la única testigo del crimen de los jesuitas de El Salvador de 1989, se estrenó el pasado viernes
El pasado viernes se estrenó Llegaron de noche, la última película del director Imanol Uribe. Un grupo de suscriptores de EL PAÍS pudo charlar un día antes con el cineasta, así como con su protagonista, la actriz Juana Acosta. Juntos desgranaron el argumento de la cinta, basada en el testimonio real de la única testigo de la matanza de los jesuitas en El Salvador, hace 30 años. Ambos relataron cómo han reconstruido este crimen y el trabajo de plasmar los recuerdos de un personaje que sigue vivo.
Pareciera que la vida de ...
El pasado viernes se estrenó Llegaron de noche, la última película del director Imanol Uribe. Un grupo de suscriptores de EL PAÍS pudo charlar un día antes con el cineasta, así como con su protagonista, la actriz Juana Acosta. Juntos desgranaron el argumento de la cinta, basada en el testimonio real de la única testigo de la matanza de los jesuitas en El Salvador, hace 30 años. Ambos relataron cómo han reconstruido este crimen y el trabajo de plasmar los recuerdos de un personaje que sigue vivo.
Pareciera que la vida de Uribe estuviese preparando al director para realizar esta película. Nació en El Salvador, donde vivó algunos años de su infancia. Estudió en un centro jesuita y en Salamanca llegó a conocer brevemente al padre Ellacuría, uno de los curas asesinados en el contexto de la guerra civil de El Salvador. “Fue breve, pero era una persona que se le veía que tenía carisma”, matizó en el encuentro, enmarcado en el programa de actividades exclusivas de EL PAÍS+. En 1989 la masacre de los curas lo cogió en el aeropuerto de El Salvador, de donde no le dejaron salir por la crudeza del conflicto armado. Recordó que la noticia le impresionó mucho. Y hace seis años, leyendo un libro de Jorge Galaz, Noviembre, se topó con el relato de Lucía Barrera, la única persona que había visto cómo el ejército, aprovechando la noche, asesinó a los curas e intentó culpabilizar a la guerrilla.
Acosta interpreta a este personaje, sencillo en su presentación, pero de “una dignidad admirable”. La actriz pudo trabajar los diálogos, los recuerdos, sentimientos y el acento (la actriz es colombiana) con Barrera y su marido, quien acompañó a su mujer en todo el periplo que sufrió tras presenciar el crimen. “Tuve la suerte de ir a conocerlos, allí en California. Fueron muy amables y generosos y escuchar el testimonio contado por ellos fue muy impactante porque todavía se les llenaban los ojos de lágrimas, sobre todo a ella; siguen con mucha dificultad para enfrentar este asunto, 30 años después, y aún con miedo”, relató, para después añadir que la pareja nunca ha podido volver a El Salvador.
La actriz confesó que interpretar a alguien real y vivo “supone una responsabilidad y cierto pudor”, pero fue “un placer” construir el personaje de mano de Barrera. “Lucía es una mujer con una bondad enorme, con una dignidad, con una fuerza, pero a la vez con una fragilidad, es una mujer que luchó por la verdad y esta película habla de eso, de la verdad”, describió.
Acosta, que perdió a su padre siendo adolescente en un asesinato que quedó impune, compartió que Barrera le contó que no había tenido padre y que para ella los curas eran como su padre. “Nadie la había cuidado tanto como ellos y tenía un inmenso agradecimiento; cuando me dijo eso, me dio una gran clave porque había algo en nuestras heridas que se unía y me ayudó a entender por lo que había pasado”, explicó.
Llegaron de noche fue el primer trabajo pospandemia tanto de Acosta como de Uribe. El director confesó que la crisis sanitaria fue solo uno de los múltiples retos que tuvieron que superar durante los seis años en los que se ha dilatado esta producción. “Por cierto, que yo localicé la película en El Salvador”, apuntó. Pero la grabación se hizo finalmente entre España y Colombia. “Era imposible por problemas de seguridad general y particular porque los autores de la masacre están en la calle y además las localizaciones originales ya no se conservan como eran”. Solo uno de los autores de aquel asesinato ha sido juzgado, 30 años después, por un tribunal español.