Un enorme grafiti recuerda en Valencia la ejecución de una joven por ser transexual

El artista Akimbo rinde homenaje a Margarida Borràs, ajusticiada en 1460 por ir vestida de mujer y tener relaciones con hombres

Mural de Akimbo en el aparcamiento del centro de Valencia encargado por el festival Intramurs y que rinde homenaje a Margarita Borràs, ahorcada en 1460 en la cercana plaza del Mercado.Mònica Torres

La gente se para a verla y pregunta quién es. Lo mismo que se planteó Fernando cuando llegó este lunes al trabajo y vio el enorme mural dedicado a “Santa Margarida Borràs”, recién pintado un día antes. Ocupa una mediana que da al aparcamiento al aire libre de los vendedores del cercano Mercat Central de Valencia, en el que ejerce de guarda, muy cerca de plaza del Mercat donde fue ahorcada en 1460. “Busqué quién era por curiosidad y ahora se lo explico a quien se interesa. Está bien qu...

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La gente se para a verla y pregunta quién es. Lo mismo que se planteó Fernando cuando llegó este lunes al trabajo y vio el enorme mural dedicado a “Santa Margarida Borràs”, recién pintado un día antes. Ocupa una mediana que da al aparcamiento al aire libre de los vendedores del cercano Mercat Central de Valencia, en el que ejerce de guarda, muy cerca de plaza del Mercat donde fue ahorcada en 1460. “Busqué quién era por curiosidad y ahora se lo explico a quien se interesa. Está bien que se conozca la historia de la pobre Margarida”, comenta, mientras cierra la puerta del solar y algunos transeúntes sacan fotos del llamativo grafiti con sus móviles.

La Margarida pintada por Marcos Chelo, que firma artísticamente como Akimbo, por encargo del festival urbano Intramurs, es multicolor, luminosa, atractiva. También lo debió de ser en vida la joven, que visitaba algunas de las casas más nobles de la Valencia del siglo XV, cuando era una de las principales capitales del Mediterráneo. Sin embargo, la denunciaron finalmente por vestir como una mujer, por sodomía, por mantener relaciones con hombres siendo el hijo de un notario bautizado con el nombre de Miquel Borràs, aunque se hacía llamar Margarida.

Fernando, el encargado del aparcamiento de los vendedores del mercado, con el mural de Margarida al fondo pintado en una pared que se quedó al descubierto por el derrumbe de las edificios anexos hace años, entre las calles de Murillo y Moro Zeit de Valencia. Mònica Torres

El cura Melcior Miralles recogió tan trágico desenlace en su obra del siglo XV Crònica i dietari del capellà d’Alfons el Magnànim: “En el año 1460, lunes, a 28 de julio, en el mercado de Valencia, colgaron a Margarida, y era hombre, y se llamaba Miquel Borras, el cual era hijo de un notario de Mallorca e iba vestido como mujer, y estuvo en muchas casas de Valencia vestido de mujer, la cual cosa fue conocida, y fue presa y torturada. Y por causa de la dicha Margarida o Miquel, fueron presos algunos y torturados”.

Hace unos años, el investigador y escritor valenciano Vicente Adelantado indagó en los Manuals de Consells de los antiguos jurados que dirigían la ciudad y en el archivo municipal para preparar su tesis doctoral sobre el origen del teatro en Valencia y encontró el rastro de Margarida. “Entonces, entre los elementos parateatrales estaban sin duda las penas de muerte, a las que asistía mucha gente. El caso de Magarida me llamó mucho la atención. De familia bien, tan joven, con veintipocos años... Lo ahorcaron porque se vestía de mujer, con la mala baba de que le pusieron una camisa corta para que todo el mundo viera que era un hombre”, comenta a este periódico el profesor jubilado, que escribió sobre el suceso en su artículo La pena de muerte como espectáculo de masas en la Valencia del Quinientos. Un artículo del profesor Vicent Josep Escartí, estudioso de Miralles, también ayudó a descubrir al personaje torturado y ejecutado.

Placa en memoria de Margarida Borràs, instalada por el Ayuntamiento de Valencia en la plaza del Mercat, donde fue ahorcada. Mònica Torres

La historia se conoce. El colectivo LGTBI Lambda, uno de los más veteranos de España, denomina a sus premios Margarida Borràs. En su 26ª edición, que se acaba de fallar, han distinguido por su defensa de la diversidad a la televisión autonómica valenciana À Punt, al activista LGTBI Luis Noguerol y a la profesora de la Universitat de València Sacramento Pinazo. Entre otros reconocimientos, el Ayuntamiento de Valencia, gobernado por Compromís y PSPV-PSOE, inauguró hace cuatro años una placa en memoria de Margarida en la plaza donde fue ejecutada, como otros muchos condenados. El enclave posee una gran riqueza patrimonial gracias al triángulo formado por el modernista Mercat Central, la gótica Lonja y la ecléctica iglesia de los Santos Juanes, un atractivo que se acentuará con el fin de las obras de peatonalización de todo su entorno.

Ahora, el inmenso grafiti, que presenta algunos detalles de drag queen entre las céntricas calles de Murillo y Moro Zeit, confiere una nueva visibilidad al personaje, olvidado durante siglos. “Queríamos hacer algo dentro del arte público que tuviese un mensaje inspirador y así pensamos en sumarnos a las iniciativas de igualdad de género a través de un icono femenino valenciano”, explica la directora del festival Intramurs, Salvia Ferrer.

“Estoy contentísima de cómo ha quedado”, afirma Akimbo, que se define como artista no binario. “Me he imaginado a Margarida convertida en una diosa del futuro, agarrando la soga con la que fue ahorcada pero de la que salen plantas, vida”, señala Akimbo, que reivindica el movimiento LGTBI.

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