Cuatro pasos para acercarse a una obra de arte cuando no se tiene ni idea

Un cuadro se puede disfrutar desde la más pura ignorancia, pero existen algunos niveles a conocer si se quiere profundizar en él

Un visitante del Centro Pompidou de Málaga. getty

Un cuadro, al igual que una escultura u otra obra artística, se puede disfrutar desde la más pura ignorancia. Esta cualidad sobresaliente del arte se menosprecia a menudo en un sector que históricamente ha apartado a los iletrados. El arte es emoción y por ello es acertado para todos. Si se parte de cero, pero se quiere profundizar en el significado de una pieza o autor, existen cuatro niveles básicos al alcance de cualquiera para acercarse a un trabajo.

1. Emoción. Cuando percibimos un estímulo, sin importar el sentido por el que el cerebro lo recibe, se produce una re...

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Un cuadro, al igual que una escultura u otra obra artística, se puede disfrutar desde la más pura ignorancia. Esta cualidad sobresaliente del arte se menosprecia a menudo en un sector que históricamente ha apartado a los iletrados. El arte es emoción y por ello es acertado para todos. Si se parte de cero, pero se quiere profundizar en el significado de una pieza o autor, existen cuatro niveles básicos al alcance de cualquiera para acercarse a un trabajo.

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1. Emoción. Cuando percibimos un estímulo, sin importar el sentido por el que el cerebro lo recibe, se produce una reacción psicofisiológica: una emoción. Deteniéndose en los colores o la escena, pero sin intentar descifrarla, hay que indagar en las emociones que remueve esa obra de arte.

2. Argumento. Una vez identificadas las emociones, la siguiente pregunta a resolver es qué o a quién se está viendo. Un cuadro, por ejemplo, suele ser un fragmento de una historia congelado. Hoy en día la gran mayoría de personas posee un móvil con conexión a internet. Basta con teclear el nombre del cuadro para conocer quiénes son los personajes y qué está ocurriendo en la escena. Una vez se conoce la historia, confróntese con los sentimientos que se extrajeron en el primer paso. ¿Coinciden? A veces, lo mágico reside justamente en la disyuntiva de estos dos niveles.

3. Simbología. Cualquier elemento en una obra tiene un sentido, no hay nada aleatorio. Los objetos o animales que se muestran suelen tener un significado aparente y otro simbólico. Identifique los más llamativos, aquellos que parezcan fuera de lugar o sean reiterativos y relaciónelos con los conocimientos populares o académicos que posea y con lo extraído del punto dos.

4. Colores. Hay colores que solo responden a la naturaleza de los elementos. El mar, por ejemplo, es azul. ¿Pero qué tonalidad se emplea? Percatarse de si un color predomina sobre otro, qué matices se emplean o si alguno es más relevante ayuda a completar el significado de la obra.

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