El Gobierno calma las críticas del sector editorial con una Mesa del Libro
El foro de reflexión entre la Administración y los profesionales arrancará en noviembre
La consejera de Cultura de la Generalitat, Àngels Ponsa, bromeaba con los editores sobre que el coronavirus era el mejor plan de fomento de la lectura que se ha hecho nunca por el incremento de los índices de lectura (71 minutos diarios durante el confinamiento, ante los 47 de antes de la pandemia). Y en la misma sesión inaugural el pasado martes de la 38ª edición de Liber, la Feria Internacional del Libro, en Barcelona, el presidente de los editores español...
La consejera de Cultura de la Generalitat, Àngels Ponsa, bromeaba con los editores sobre que el coronavirus era el mejor plan de fomento de la lectura que se ha hecho nunca por el incremento de los índices de lectura (71 minutos diarios durante el confinamiento, ante los 47 de antes de la pandemia). Y en la misma sesión inaugural el pasado martes de la 38ª edición de Liber, la Feria Internacional del Libro, en Barcelona, el presidente de los editores españoles, Miguel Barrero, pedía menos retórica y mayor concreción en las políticas del Estado con el Plan por el Libro y la Lectura. En el foro de la feria más importante del sector en España, apenas 24 horas después, la directora general del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura, María José Gálvez, ha querido paliar ambas críticas tácitas exponiendo detalles de la creación de una Mesa del Libro, “la primera en democracia”, remarca, como “foro multilateral entre el sector y el Gobierno, un espacio de intercambio y reflexión que se ha de transformar en propuestas para las políticas públicas del libro”.
En un marco temporal que ha fijado hasta 2023 y con una mesa de consejo permanente cuya primera reunión constitutiva tendrá lugar “antes de acabar noviembre” – manteniendo una "periodicidad mensual porque “no es una mesa para hacer bonito”--, Gálvez ha adelantado la constitución de, al menos, una decena de “grupos de trabajo temáticos”, tanto de materias (infantil, cómic, libro de texto, académico…) como de aspectos estructurales (edición digital, distribución, librerías…). Cuatro ejes transversales unirán esos grupos: el género (“somos más lectoras, pero solo el 30% de los escritores en España son mujeres”, cifró Gálvez), la pluralidad lingüística, el reto demográfico (“saber y analizar el libro en esa España vacía, que no vaciada”) y el binomio creación-comercialización.
Gálvez, que ha aventurado un buen momento presupuestario para la política del libro a partir del incremento de la partida a Cultura en los próximos presupuestos del Estado y de los fondos del plan de recuperación de la Unión Europea que ha de dotar a la cultura de “otros 900 millones de euros en tres años”, fijó como temas urgentes a abordar la internacionalización y digitalización del sector, la formación (anuncia cursos inminentes “gratuitos y de calidad” para escritores noveles y libreros), el fomento de la lectura y la sostenibilidad ecológica. Desde la Asociación de Cámaras del Libro de España (Fedecali) se han mostrado ya “esperanzados” con la iniciativa, confiando que sirva para “desarrollar una estrategia a medio y largo plazo para el sector”, según un comunicado.
“La mejor forma de reconstruir el mundo del libro es leer”, ha finalizado Gálvez, citando a Irene Vallejo, la autora del sorprendente best-seller El infinito en un junco. La frase está, sin embargo, entresacada del Manifiesto por la lectura que la Federación de Gremios de Editores de España ha encargado a la filóloga y ensayista y que ha sido presentado en el Liber, un texto donde habla de las palabras como “un talismán salvador” y de los libros como de las pocas herramientas para “salvarnos de los abismos del presente”.
España, invitada a Eslovenia en 2021
La propia directora general del Libro ha moderado, asimismo, una mesa sobre la presencia de España como país invitado de honor a la Feria del Libro de Fráncfort de 2022. La directora del proyecto, Elvira Marco, ha asegurado que tanto el lema como el logotipo se harán públicos en la feria del año próximo, donde el pabellón español rondará los 2.000 metros cuadrados (que se espera reciba entre 50.000 y 70.000 visitantes diarios). Los incentivos a la traducción de obras a otras lenguas seguirán siendo uno de los bastiones de la política del programa dado el “interés internacional por la literatura española”, como han demostrado en la edición recién finalizada los cerca de 4.000 usuarios de la plataforma digital Books from Spain, que ofrecía a los editores internacionales los derechos de 500 títulos de un centenar de sellos. La plataforma, avanzó, intentará ampliarse para 2022, mientras la diversidad y potencia editorial española hará parada el año próximo en una de las ferias más activas de la antigua Europa del Este, la de Eslovenia, país que, precisamente, tomará el relevo de España en Fráncfort en 2023 como invitado.