Rulo: “Con la que ha caído los músicos hemos hecho compañía, que no cura, pero alivia un poco”

El artista celebra una década de carrera con Rulo y la Contrabanda con los lectores de EL PAÍS

En el vídeo, resumen del encuentro digital de Rulo con los lectores de EL PAÍS.

La cuarentena obligó a Rulo (Raúl Gutiérrez, Cantabria, 42 años), como a todos los españoles, a parar. Para un tipo como él, que vive “en 2023” porque no deja de pensar “en lo siguiente” y no le gusta estar más de una semana en el mismo sitio, ha sido una experiencia extraña. Pero la ha seguido “a raja tabla” y se ha centrado solo en el presente y en la fortuna de estar bien. Aunque se veía en pijama hasta 2021, se convirtió en el primer artista en tocar tras la cuarentena y ha podido celebrar los 10 años de su lanzamiento en solitario con ...

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La cuarentena obligó a Rulo (Raúl Gutiérrez, Cantabria, 42 años), como a todos los españoles, a parar. Para un tipo como él, que vive “en 2023” porque no deja de pensar “en lo siguiente” y no le gusta estar más de una semana en el mismo sitio, ha sido una experiencia extraña. Pero la ha seguido “a raja tabla” y se ha centrado solo en el presente y en la fortuna de estar bien. Aunque se veía en pijama hasta 2021, se convirtió en el primer artista en tocar tras la cuarentena y ha podido celebrar los 10 años de su lanzamiento en solitario con Rulo y la contrabanda con un concierto en Madrid. De sus inicios y su carrera ha hablado en un encuentro virtual con lectores de EL PAÍS, una entrevista que se enmarca dentro del programa EL PAÍS+.

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Después de 13 años liderando la exitosa asociación de La Fuga, Rulo abandonó al grupo para lanzarse por su cuenta. Para resumir qué le llevó a tomar aquella decisión recogió una frase de Jorge Valdano: “El éxito arrasa con todo”. Había agotado su tiempo con el grupo y dio el paso seguro de su apuesta, pero reconoció que pagó “un peaje” del que tardó un año en recuperarse. Por suerte, lo salvaron las canciones. Comenzó a componer algunos temas que acabaron siendo parte de su primer disco, Señales de humo.

Desde entonces ha publicado 4 discos. Estaba en medio de una gira extensa con el último, Basado en hechos reales, cuando el coronavirus lo obligó a encerrarse. Durante esos meses se sumó junto a otros artistas a conciertos caseros y vídeos colectivos. Al principio tuvo dudas: “¿A quién carajo le van a importar mis canciones?”. Pero entonces pensó en cuántas personas estarían pasando la cuarentena solas. “Con la que ha caída nosotros lo único que hemos hecho es lo que humildemente podíamos que es hacer compañía, que no cura, pero al menos alivia”, compartió. El contacto con el público le acabó sirviendo a él mismo de terapia: “Nos hacíais sentir vivos y útiles”.

A finales de mayo le ofrecieron tocar en su tierra, Cantabria, y todavía un tanto descolocado por la gravedad de la crisis sanitaria vivió uno de los conciertos más emocionantes de su carrera. “Se podía cortar la emoción y el silencio”, relató a los lectores. Eran apenas 90 personas separadas por dos metros y medio, sentadas en sillas y con el peso de las cifras de la pandemia muy presente.

No solo fue pionero en esto, sino que también estrenó los conciertos en autocines. En junio, en Madrid tocó para 230 coches que sintonizaron su música en la radio. “Se veía que la gente quería vivir a bocanadas”, describió. Todo lo que le ha venido desde entonces le sabe “increíble”. No ignora el difícil momento que vive el sector y que considera incluso más duro que el que atravesó durante la crisis financiera de 2008, de ahí que se sienta todavía más “afortunado” de poder seguir con sus guitarras.

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