Batman: el caballero oscuro sigue deslumbrando

La reedición de la saga completa de ‘El regreso del caballero oscuro’, el anuncio de un nuevo videojuego o el rodaje de su próximo filme muestran la vigencia del héroe, que hoy celebra su día anual

Dibujo realizado por Jason Fabok.TM & © 2020 DC COMICS.

En el fondo, no es más que un ser humano. Ni le mordió una araña radiactiva, ni los dioses le insuflaron habilidades sobrenaturales. Al revés, desde que era un niño, el destino le cargó un peso sobre los hombros. Dos balas le privaron de sus padres y, quizás, de un futuro distinto. Él mismo sabe que otro disparo podría acabar con su vida en cualquier momento. Ningún acero cubre sus músculos, solo la piel. Tal vez el único superpoder de Batman —con perdón de su cuenta bancaria— sea su fuerza de voluntad. Para combatir el crimen. Y para seguir adelante, década tras década, sin hincar nunca la ro...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En el fondo, no es más que un ser humano. Ni le mordió una araña radiactiva, ni los dioses le insuflaron habilidades sobrenaturales. Al revés, desde que era un niño, el destino le cargó un peso sobre los hombros. Dos balas le privaron de sus padres y, quizás, de un futuro distinto. Él mismo sabe que otro disparo podría acabar con su vida en cualquier momento. Ningún acero cubre sus músculos, solo la piel. Tal vez el único superpoder de Batman —con perdón de su cuenta bancaria— sea su fuerza de voluntad. Para combatir el crimen. Y para seguir adelante, década tras década, sin hincar nunca la rodilla. Ha sufrido heridas graves, dudas, complejos y hasta amnesia. Sin embargo, siempre se ha levantado, al igual que sus historias: 81 años de publicaciones ininterrumpidas. “Se ha alzado como un símbolo de determinación, valentía y justicia para generaciones de fans”, afirma DC, la editorial que lo lanzó en 1939 y lo edita desde entonces. Y que, hoy sábado, vuelve a celebrar su gran fiesta: el Batman Day.

Más información

Hay decenas de eventos previstos, en todo el planeta y para cualquier edad. Con tijeras y una impresora, los pequeños pueden crear su bat-señal para invocar al hombre murciélago. DC ha organizado concursos online y una subasta benéfica de dibujos para ayudar a los creadores en dificultad que enorgullecería al propio Bruce Wayne. ECC Ediciones, que publica las aventuras del héroe en España, también propone un juego con premios en la Red, ha esparcido regalos por unas 200 librerías del país y, sobre todo, acaba de lanzar en un único tomo la saga completa quizás más celebrada de Batman: El regreso del caballero oscuro, de Frank Miller. Tan hábil como su protagonista, el libro ha aparecido en las librerías, ha arrasado y se ha volatilizado. Todo agotado, tanto que ya se prepara una segunda edición.

Una prueba más, por si hacía falta, de la vigencia de Batman. “Cualquiera de sus cómics tiene siempre asegurado, como mínimo, un éxito moderado”, asegura Gustavo Martínez, responsable del personaje y, en general, de la línea DC en ECC Ediciones. El discurso, en realidad, trasciende el tebeo: la próxima película del hombre murciélago acaba de retomar su rodaje, después de que el nuevo Batman, Robert Pattinson, se recuperara del coronavirus. Su enésima aventura en el videojuego, Gotham Knights, fue desvelada hace apenas un mes. El héroe esquivo y tenebroso ya no lo es tanto: presta hoy su imagen a muñecos, parques de atracciones, mochilas o juegos de mesa. El servicio de correos de EE UU le dedicó unos sellos especiales y la aplicación de GPS Waze permite conducir con la voz del hombre murciélago como copiloto: “¡Coge la segunda salida y mantén la concentración!”. Con algo de fantasía, uno puede sentirse al volante de la bat-móvil.

“Es curioso cómo un héroe solitario y vengativo haya acabado siendo una franquicia”, defiende Martínez. Y eso que, por más que hoy sea un icono, Batman nació como un encargo. El éxito de Superman, creado en 1938, pedía a gritos nuevos héroes. Y el sello que entonces se llamaba National Comics y hoy es DC acudió al dibujante Bob Kane. “Preguntó cuánto cobraban los autores de Superman. Cuando lo supo, dijo que por ese dinero les daría un personaje nuevo al día siguiente”, recuerda David Hernando, autor del libro Batman. Serenata nocturna, editor del personaje en España entre 2005 y 2011 y ahora director editorial del departamento de cómics de Planeta.

Batman y Robin, vistos por Kevin Nowlan y Dan Jurgens.TM & © 2020 DC COMICS.

Kane pidió ayuda al guionista Bill Finger, aunque con el tiempo intentó marginalizar el rol del otro cocreador. Se inspiraron en filmes como La marca del Zorro, Drácula y El murciélago susurra, y en un programa de radio llamado The Shadow (la sombra), entre otras cosas. Poco a poco, le quitaron las alas, renunciaron a cualquier prenda roja y apostaron por un tono sombrío y un talento detectivesco digno de Sherlock Holmes. “Algo así como lo opuesto de Superman”, concuerdan Martínez y Hernando. Los Estados Unidos que salían de la Gran Depresión también marcaron el personaje. “Era una época de empoderamiento para la gente ordinaria. Batman era el lado oscuro del sueño americano, una sombra sobre el optimismo de la época”, escribió The Guardian. El 30 de marzo de 1939, el número 27 de Detective Comics acogió el debut del hombre murciélago: El caso del sindicato químico.

“El éxito fue impresionante, pronto superó a Superman”, recuerda Martínez. Mucho ha cambiado desde entonces, aunque otras cosas siguen idénticas. Su primera obra ya revelaba que Batman era Bruce Wayne, y el comisario Gordon estuvo ahí desde el principio. En el número 33 de Detective Comics, se dibujó por primera vez la muerte de Thomas y Martha Wayne. Apenas un año después, el héroe ya tenía su propia serie, y enseguida se cruzaron por su camino Catwoman, Robin o Joker. No faltó mucho para que saltara también a la pequeña pantalla. “Representa el típico americano del self made man. Tiene esa obsesión con el crimen por el trauma que sufrió. Y vuelca toda su existencia en eso”, explica Hernando. “Todo lo que ha alcanzado es por esfuerzo y dedicación. Respecto a otros héroes, es más fácil sentirse Batman”, agrega Martínez. Aunque Kane resultó tener una visión completamente distinta: según él, Batman triunfaba sobre todo “por su elemento camp”.

Primera portada donde apareció Batman, en 1939.TM & © 2020 DC COMICS.

En su debut, en todo caso, el murciélago apenas se inmutaba ante la muerte de su primer enemigo. “Al principio mataba sin miramientos. Pasó de justiciero asesino a no tomarse la justicia por su mano. También porque el producto iba enfocado a los críos”, señala Hernando. Casi enseguida, Batman perdió las pistolas, y apostó por sus célebres artilugios tecnológicos. Pero seguía siendo humano, con sus miedos y sus debilidades. “Puede ser más realista que otros héroes, a cualquiera le puede entrar un ataque de ira. En su obra se tolera más el umbral de violencia, él mismo lo traspasa de vez en cuando”, insiste Hernando. Aunque hace tiempo que el héroe juró no matar. Precisamente por eso, el sueño del Joker es ser asesinado por el murciélago: así destruiría todo su universo de valores.

Siempre a la vanguardia tecnológica, Batman también se fue adaptando a los tiempos. En los cincuenta, viajó al espacio y derrotó alienígenas. Y tuvo que lidiar con La seducción de los inocentes, el ensayo de 1954 donde el psiquiatra Fredric Wertham acusaba a los tebeos de corromper almas y ser, prácticamente, el demonio. Si Wonder Woman era “un manifiesto para reclutar lesbianas”, en su visión Batman y Robin representaban el inaceptable “sueño de dos homosexuales de vivir juntos”, recuerda The New York Times. Hay quien sostiene que la introducción en los tebeos de Batgirl y Batwoman pocos años más tarde en absoluto fue fruto de la casualidad: en DC debieron de pensar que la homofobia contaba mucho menos que el riesgo de perder lectores.

Tras las polémicas, en los sesenta Batman se hizo más despreocupado e irónico. Para resumir esa década, sirve cualquier secuencia de la serie con Adam West: su colorido éxito influyó también en el cómic, tanto que Hernando habla de una época algo “estrambótica” para el personaje. La aparición de artistas como Dennis O’Neil, Neal Adams y Frank Miller devolvió en los setenta y ochenta al héroe a su esencia: un detective envuelto en la oscuridad y en una ciudad podrida. Y le empujó hasta los límites de su propia mente y sus miedos.

Hicieron falta las películas de Tim Burton, sin embargo, para que Batman alcanzara un éxito global y arrollador, que el disfraz con pezones de George Clooney estuvo a punto de cargarse. La saga fílmica de Christopher Nolan llegó para consagrar al personaje. Hoy, a sus 81 años, tiene a sus espaldas de todo. Fue sustituido durante una época, fingió su muerte varias veces, tuvo hijos y estuvo a punto de casarse con Catwoman. Finalmente, ella no se presentó a la boda. El héroe se quedó solo otra vez. Por lo menos, siempre le quedará su misión. Ahí estará, donde se le necesite. Solo hace falta encender la bat-señal.

¿Un héroe de derechas?

El empeño de Batman en restaurar el orden, junto con el estilo de vida del multimillonario Bruce Wayne, han llevado más de un analista a interpretar al murciélago como un personaje de derechas. David Hernando sostiene que, simplemente, la visión procede de quién mira, y que el personaje no ostenta ninguna tendencia política. "Cuando la gente dice que puede ser de derechas es porque ven su estatus social, un multimillonario que se cree con el poder de imponer la ley. Este concepto en bruto es fácil ligarlo a la derecha. El trauma que lo creó y la motivación que le lleva a ser héroe es una tragedia con la que podemos conectar todos. Batman no intenta cambiar lo establecido, solo intenta traer un poco de justicia a una ciudad muy corrupta. Y, a la vez, se esfuerza para que la gente de a pie tenga una oportunidad. A través de Wayne Industries, intenta mejorar la ciudad también con programas de vivienda social o albergues para jóvenes. Wayne construye para salvar Gotham", agrega Gustavo Martínez.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Sobre la firma

Archivado En