El libro caerá menos de un 10%, pero ya no se publicará igual

El Fórum Edita analiza en Barcelona el futuro del sector tras la covid-19

Jesús Badenes y Núria Cabutí, durante su intervención en el Fórum Edita.Ramon Marques

La recuperación del mundo del libro tendrá forma de v y cerrará 2020 con una caída de su facturación de sólo entre un 5% y un 9% tras una notable recuperación desde mayo. Pero ya no se editará igual que antes de la pandemia: América Latina, el gran mercado exterior, tardará en recuperarse mucho más que Europa; el ebook creció espectacularmente cuando el confinamiento y aún sigue, pero menos, mientras lo está haciendo mucho más las plataformas de libros con tarifa plana de suscripción; el comercio electrónico será vital porque la crisis ha ratificado que por ese canal se ve...

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La recuperación del mundo del libro tendrá forma de v y cerrará 2020 con una caída de su facturación de sólo entre un 5% y un 9% tras una notable recuperación desde mayo. Pero ya no se editará igual que antes de la pandemia: América Latina, el gran mercado exterior, tardará en recuperarse mucho más que Europa; el ebook creció espectacularmente cuando el confinamiento y aún sigue, pero menos, mientras lo está haciendo mucho más las plataformas de libros con tarifa plana de suscripción; el comercio electrónico será vital porque la crisis ha ratificado que por ese canal se vende ya casi uno de cada cuatro libros en España; las distribuidoras se preparan para procesos de fusión y el libro de texto intuye un nuevo segmento de mercado en la familia. Todo eso se diagnosticó ayer en Barcelona en la ya quinta edición del Fórum Edita, que convocan el Gremio de Editores de Cataluña y la Universidad Pompeu Fabra, ésta a través de su Máster en Edición, que cumple 25 años.

Combinando intervenciones presenciales con las online, que permitió abrir ventanas a Viena, Madrid, Buenos Aires, México o Londres, la edición en streaming del fórum (casi 600 inscritos) fue un completo “TAC, un corte al momento del sector”, como lo definió el director del Máster, Javier Aparicio, miembro a su vez del triunvirato director de la jornada junto a Patrici Tixis, presidente de los editores catalanes, y el periodista cultural Sergio Vila-Sanjuán. La tomografía, a pesar del enunciado (Balance y perspectivas tras la pandemia) no salió mal. Si bien es un momento frágil del mundo de libro por su crecimiento tan nimio en todo el mundo, hay potencialidad de crecimiento en el sector del ebook y del audiolibro, sobre todo en la literatura infantil y juvenil, y en la no ficción, según el reputado analista austríaco Rüdiger Wischenbart, que constató que el auge del libro electrónico fue espectacular durante el confinamiento en Europa, pero que se ha ralentizado después, mientras es más alto y, sobre todo, continuado el crecimiento de modelos de suscripción con tarifa plana.

Un crecimiento del ebook más moderado tras la pandemia también lo ha detectado la compañía de investigación de mercados GFK, que vaticina una cifra final para la caída de ventas del libro por la covid-19 en España “de alrededor del 5%: de enero a junio fue de un 18%, pocos sectores industriales podrán decirlo en España”, señaló el consultor Íñigo Palao, que llamó a consolidar el incremento de la lectura como ocio que se dio durante el confinamiento. Es “una cantera de lectores a los que vender libros a futuro”, lo bautizó Jesús Badenes, director general de la División de Librerías del Grupo Planeta, que remarcó el salto del 15 al 23% en la venta de libros en papel a través del e-commerce, mientras fijó del 5 al 7% el del ebook.

Núria Cabutí, consejera delegada de Penguin Random House Grupo Editorial, acotó en la franja de 15 a 35 años el sector que más ha crecido en el consumo de libros, si bien fue la que alertó sobre la delicada situación del mercado en América Latina, con caídas de hasta un 90% en las importaciones de libro español según se comentó en otra sesión que acogió a la directora general de Anagrama, Eva Congil (“costará bastante remontar la situación ahí, pero hay un buen núcleo duro de lectores”), y al editor de Riverside y Edhasa Argentina, Fernando Fagnani (“hay en el área 250 librerías independientes de primer nivel, si lo trabajas bien, América Latina siempre funciona, con o sin crisis”).

Y es que quizá el optimismo es la única salida. Así se mostró también Miguel Barrero, director de Educación de la Fundación Santillana y presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, que desde el ámbito de la edición de libros de texto aseguró que la pandemia “cuadriplicó el número de licencias para libros digitales y por tres el acceso a plataformas educativas: el gran activo del sector se ha descubierto por fin”, dijo tras apuntar que “la solución no pasa por entregar tablets a los niños” y que “el hogar y la familia como agente educador activo son un nuevo segmento de mercado”.

También destilaron la mayoría de ponentes ganas de encontrar oportunidades, porque mientras José Manuel Anta, director de FANDE (la patronal de los distribuidores) constataba los movimientos de fusiones en su sector a nivel mundial, con la cada vez mayor separación entre comercialización y logística y la práctica del dropshipping (llevar directamente al domicilio particular el pedido realizado en la librería), el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, anunciaba la convocatoria de una Mesa del Libro para afrontar los problemas del sector, y libreros como Mari Carme Ferrer (presidenta del Gremi de Llibreters de Catalunya) y Paco Goyanes (Llibrería Cálamo, de Zaragoza) coincidían en explicarse la solidaridad de sus clientes, en lo más duro de una crisis que ha llevado “al 85% de nuestro sector a expedientes de regulación temporales y a coger líneas de crédito oficiales, porque les han visto “como símbolos del comercio de proximidad al que había que salvar”. Y en ese ánimo, Tixis se atrevía a reivindicar ya para Barcelona la concreción de “esa gran infraestructura que simbolice la capitalidad y el compromiso histórico de la ciudad con el mundo del libro, con una gran biblioteca del tema, su archivo y su museo”.

Sólo hubo una nube en el horizonte, de la que alertó primero discretamente, Montse Ayats, la presidenta de los editores en lengua catalana, cuando constató, en positivo, “la necesidad de alianzas en el sector”. Richard Charkin, veterano y reconocido editor inglés, exdirector de Bloomsbury (sello descubridor de Harry Potter) y expresidente de la Asociación Internacional de Editores, lo señaló de otro modo: “Hay empresas tocadas económicamente y los grandes grupos, amén de ajustar su logística y sus ventas y devoluciones, comprarán editoriales”. Cabutí no lo descartó, quizá porque precisamente su grupo, filial de la multinacional Bertelsmann y líder en EEUU, está intentado adquirir en ese país al número tres, Simon & Schuster. Toda crisis es, también, una oportunidad. Y el sector del libro, como se demostró ayer en el Fórum Edita, está curtido y sabe mucho de eso.

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