Peter Linehan, el análisis lúcido de la Edad Media en España y Portugal

El hispanista escribía en un inglés deliciosamente complejo porque concebía la historia como comunicación. Sus estudios de la Iglesia levantaron ronchas en la jerarquía católica

El hispanista británico Peter Linehan.

Peter Linehan (Londres, 1943) falleció el pasado jueves en Cambridge. Era un escritor brillante y un historiador prolífico, todo a la vez. Era fellow de St John’s College (Cambridge), miembro de la British Academy, de la Royal Historical Society y correspondiente de la Real Academia de la Historia española.

Su principal campo de acción era la Edad Media española y portuguesa, pero escribía en un inglés deliciosamente complejo y sonoro, capaz de dar vida a temas potencialmente tan aburridos como la primacía arzobispal de Toledo. La pirotecnia de su estilo estaba al servicio de un ...

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Peter Linehan (Londres, 1943) falleció el pasado jueves en Cambridge. Era un escritor brillante y un historiador prolífico, todo a la vez. Era fellow de St John’s College (Cambridge), miembro de la British Academy, de la Royal Historical Society y correspondiente de la Real Academia de la Historia española.

Su principal campo de acción era la Edad Media española y portuguesa, pero escribía en un inglés deliciosamente complejo y sonoro, capaz de dar vida a temas potencialmente tan aburridos como la primacía arzobispal de Toledo. La pirotecnia de su estilo estaba al servicio de un análisis lúcido y penetrante, capaz de demostrar, por ejemplo, la enorme importancia de la primacía en su momento. Como él mismo dijo: “La gente suele preguntar acerca del estilo, generalmente convencida de que se trata de una opción añadida a la historia, como el servicio en un hotel de Francia. Personalmente, no lo comparto. La historia es, por encima de todo, comunicación”. Pero, para Peter, era comunicación en inglés.

El inglés ha sido y sigue siendo la nueva lingua franca de Europa, incluso tras el Brexit. Ese era el papel del latín en la Edad Media: un lenguaje tan anodino como el inglés de Bruselas o el de las empresas farmacéuticas. Peter Linehan pedía mucho más y entregaba tanto o más a sus lectores: el retorno de la imaginación y el estilo a la Historia, su reinserción en la esfera de las belles lettres, posición perdida al convertirse en disciplina académica: “Su atractivo —decía— se ha marchitado [mediante] repelentes ejercicios con toda la gracia y el arte de un catálogo de fontanería”. Peter siempre tenía en cuenta la sonoridad y retórica de sus textos antes de entregarlos a la imprenta.

La cantidad y calidad de su obra son asombrosas. Al preparar el homenaje (Medieval Studies in Honour of Peter Linehan, Florencia, 2018) con que sus amigos celebramos su carrera y la concesión de su doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid en 2018, llegamos a contabilizar 127 títulos de libros y artículos, sin contar las reseñas.

Los libros empiezan con La iglesia española y el papado en el siglo XIII (edición inglesa de 1971, francoespañola de 1975), obra que destapó la importancia de la historia eclesiástica, abrió un nuevo campo en la investigación medieval hispánica y levantó ronchas en la jerarquía eclesiástica de los años setenta, como tuve ocasión de comprobar cuando visité al obispo de Ciudad Rodrigo. Con 50 artículos por medio, sin contar las reseñas, en 1993 se imprime su monumental Historia y los historiadores de la España medieval (edición española de 2011).

Universo de mujeres

Continuó Las dueñas de Zamora (edición inglesa de 1998, y española de 2000), obra que Jacques Le Goff describió así: “Un estudio fascinante… sobre el universo problemático de mujeres que buscan su camino en un mundo de hombres: lo que podría haber sido una mera anécdota se convierte en una exploración magistral que ilumina con extraordinaria viveza el comportamiento y los sentimientos de toda una sociedad”.

En 2004, publica, con un servidor la biografía del primer cardenal toledano (The Mozarabic Cardinal), “obra de inmensa erudición que resistirá el paso del tiempo” (Simon Barton). Cuatro años después aparece su Spain 1157-1300: a Partible Inheritance, seguida de una traducción española tan desafortunada que Peter exigió su retirada del mercado —un incidente que refleja tanto la dificultad de traducir su prosa como el rigor científico de su autor, capaz de una decisión que le perjudicó económicamente—. Fue una lástima, porque cada página del texto inglés es una fiesta: véase, por ejemplo, la dedicada al rescate de vacas según el fuero de Baeza (p. 126). Dejando atrás más de 120 artículos y la edición de libros igualmente brillantes y eruditos, en 2013 publica los dos volúmenes de su Portugalia Pontificia: Materials for the History of Portugal and the Papacy 1198-1417, un monumento para el que tenía su réplica en otro que no ha llegado a ver impreso, pero que está a punto de serlo: España Pontificia 1198-1303.

Como el Cid después de su muerte, Peter Linehan cabalga. Aunque antes de marcharse nos ha dejado una obra más sobre el mundo del siglo XIV: At the Edge of Reformation: Iberia before the Black Death (Oxford, 2019). Mucho más hemos perdido con su partida. Como él decía: Historia longa, vita brevis.

Francisco J. Hernández es profesor emérito de Carleton University (Ottawa, Canadá) y miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia.

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