Leño contra el coronavirus: Rosendo Mercado reaparece después de más de un año
El músico madrileño entrega desde su encierro burgalés dos sentidas versiones de su repertorio
Desde diciembre de 2018 no sabíamos nada de Rosendo Mercado (Madrid, 66 años). Celebró en esas fechas los últimos conciertos de su carrera. Fueron en Madrid y Barcelona. Y adiós. Se retiró con su pareja de toda la vida, Esther (con la que tiene un hijo músico, Rodrigo, que tocó de telonero del padre en sus recitales de despedida), a un pueblo de Burgos. Quince meses después tenemos noticias suyas.
El músico, bastante alérgico a las redes sociales, ha recurrido a Internet para ofrecer canciones a ...
Desde diciembre de 2018 no sabíamos nada de Rosendo Mercado (Madrid, 66 años). Celebró en esas fechas los últimos conciertos de su carrera. Fueron en Madrid y Barcelona. Y adiós. Se retiró con su pareja de toda la vida, Esther (con la que tiene un hijo músico, Rodrigo, que tocó de telonero del padre en sus recitales de despedida), a un pueblo de Burgos. Quince meses después tenemos noticias suyas.
El músico, bastante alérgico a las redes sociales, ha recurrido a Internet para ofrecer canciones a sus miles de seguidores con el objetivo de entretener estos días de confinamiento. Con lo que parece un pijama, sentado en un sofá naranja, con su melena ya blanca anudada y en un entorno sin objetos, el músico y su guitarra Fender Stratocaster interpretan dos canciones: La Fina, la balada en tono blues que se incluyó en el tercer (cuarto si se cuenta el directo de 1981) y último disco de Leño, ¡Corre, corre! (1982), y A la sombra de una mentira, de su álbum ya como artista solo Para mal o para bien (1994).
Rosendo se toma en serio su breve concierto: con los ojos cerrados, estirando el cuello y aplicándose en su instrumento, el músico se entrega con generosidad. Algunas veces, y siempre desde el cariño, se sugirió al artista madrileño un cambio de orientación musical que aparcase su granítica propuesta, basada en la clásica fórmula de guitarra-bajo-batería. “Es que no sé hacer otra cosa”, era siempre su honesta respuesta. Quizá haya llegado de forma accidental y el carismático cantante aproveche la ocasión para explorar otros caminos musicales.