Lágrimas de Sangre, ‘hip-hop’ para aguantar la presión

La banda presenta su tercer disco, 'Vértigo', después de una gira en la que ha constituido su público, y afronta el peso de las expectativas

De izquierda a derecha, Rama-Lama, Acid Lemon y Microbio. alexandru Onciu

Mezclan rock, reggae e incluso salsa, pero siempre con el hip hop como punto de partida. La banda barcelonesa Lágrimas de Sangre acaba de publicar Vértigo, su tercer disco, con el que espera estabilizarse en el mercado nacional. Sus integrantes, Microbio, Acid Lemon, Rama-Lama, Neidos y Still Ill, han estado dos años girando con Viridarquia, el anterior álbum, y macerando una base de seguidores que los han acompañado hasta lograr una veintena de sold out en salas. Ahora se enfrentan a “l...

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Mezclan rock, reggae e incluso salsa, pero siempre con el hip hop como punto de partida. La banda barcelonesa Lágrimas de Sangre acaba de publicar Vértigo, su tercer disco, con el que espera estabilizarse en el mercado nacional. Sus integrantes, Microbio, Acid Lemon, Rama-Lama, Neidos y Still Ill, han estado dos años girando con Viridarquia, el anterior álbum, y macerando una base de seguidores que los han acompañado hasta lograr una veintena de sold out en salas. Ahora se enfrentan a “la responsabilidad” de corresponderles con un trabajo que satisfaga las expectativas. Testarán su empuje el 23 de marzo en el Sant Jordi Club de Barcelona y el 12 y 13 de abril en la sala But de Madrid, entre otras muchas citas. 

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El nombre del disco resume la sensación que experimenta el grupo ante esta nueva etapa. Rama-Lama explica que antes de Viridarquia no existía presión porque no tenían su propio público, pero comenzaron a llenar salas y festivales y llegó “el vértigo de corresponder a las expectativas”. Después de decenas de conciertos no sabían cómo enfrentar un trabajo de manera honesta. “Qué le cuento a la gente, porque llevo un tiempo desconectado y no sé si puedo hacer algo real”, se preguntaba Microbio. “Pues le voy a hablar de cómo me siento, de la sensación de crecimiento que estamos teniendo”, aclara.

El vértigo no solo se ciñe a la propia vida de Lágrimas de Sangre, también “a la situación política, a la social, por cómo de rápido ocurre todo en el siglo XXI, a la sensación de no haber aprendido nada, porque acabamos de entrar en una especia de nueva guerra fría entre Rusia y EE UU, el auge de la derecha, la izquierda más perdida que nunca”, enumera el vocalista.

El disco viene acompañado de colaboraciones como la de Kutxi Romero, la voz de Marea, y también con dos polémicas. La primera es una canción de Valtònyc. “Queríamos hacer un tema con él y con la tecnología que tenemos podíamos haber hecho algo entre todos, pero nos pareció que ya que teníamos que hacerlo en la distancia, tenía mucha fuerza dejarle un espacio para que dijera lo que le diera la gana”, explica Microbio. El rapero huido ha escrito sobre la distancia que lo separa de su casa y de vivir a través de una canción. “Es el tema más triste del disco”, apunta Acid Lemon. El grupo defiende la libertad de expresión y consideran que Valtònyc ha sido “una cabeza de turco” porque “hay otros muchos opinólogos que amenazan constantemente a gente con la que no están de acuerdo, pero por su proximidad con el poder nadie les dice nada”. Defienden que las letras del rapero son “un recurso retórico y no una amenaza real” y que su condena es “un castigo, como el de un monitor a un niño que lo vacila en el patio”.

La otra controversia viene por la acusación de violación que sufrió uno de los miembros del grupo, Microbio, y que han hecho parte del disco con referencias directas. El incidente se circunscribe a un tuit en una cuenta creada con solo ese mensaje y de donde nunca ha salido una identidad física. “Fue un boicot, no somos tontos y nos imaginamos quiénes pueden estar detrás, pero es muy difícil demostrarlo”, defiende el rapero. Añade que querían mostrar que no está en sus planes esconderse. Actualmente están en proceso judicial contra la dirección IP de la cuenta desde la que se lanzó la acusación. Después de meses sin avances y tres comunicados, reiteran que no es una disputa entre dos partes, sino una falacia.

De ahí que la batalla entre la verdad y la mentida también formen parte de Vértigo. Lágrimas de Sangre ha constituido un estudio para poder grabar sus tema jugando con los ritmos. Apuestan por el formato tradicional porque les permite “hacer un discurso más redondo” y no convertirse en “esclavos de las demandas” de sus seguidores. “Si sacáramos solo singles muchas canciones que están en el disco no verían la luz, porque son experimentos que de otra manera no encontrarían su sitio, sería menos interesante”, ahonda Microbio. De sus juegos han salido temas como Salsa Boloñesa, donde se atreven con el ritmo latino, aunque confiesan que no lo bailan. Entre el lamento de Valtònyc y la salsa hay 15 temas más, variados en ritmos y temática, con los que esperan atraer al público a los conciertos “y que se vayan con la sensación de amar a la humanidad”. 

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