La monja poseída

Una mediocre película de exorcismos que el precedente de Cristian Mungiu convierte en impertinencia

Fotograma de 'The Crucifixion'.

La monja Maricica Irina Cornici, de veintitrés años de edad, falleció en el monasterio de Tanacu, situado en el distrito rumano de Vaslui, en el mes de junio de 2005 después de que el sacerdote ortodoxo Daniel Petre Corogeanu, con la ayuda de otras compañeras de claustro de la víctima, le practicara un exorcismo que culminó en tres días de ayuno completo con el cuerpo atado a una cruz. Al año siguiente, la escritora Tatiana Nicolescu Bran tomó el caso como punto de partida para un díptico de libros de no ficción que el cineasta Cristian Mungiu canalizó en su película ...

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THE CRUCIFIXION

Dirección: Xavier Gens.

Intérpretes: Sophie Cookson, Cornleiu Ulici, Britanny Ashworth, Matthew Zajac.

Género: terror. Reino Unido, 2017.

Duración: 90 minutos.

La monja Maricica Irina Cornici, de veintitrés años de edad, falleció en el monasterio de Tanacu, situado en el distrito rumano de Vaslui, en el mes de junio de 2005 después de que el sacerdote ortodoxo Daniel Petre Corogeanu, con la ayuda de otras compañeras de claustro de la víctima, le practicara un exorcismo que culminó en tres días de ayuno completo con el cuerpo atado a una cruz. Al año siguiente, la escritora Tatiana Nicolescu Bran tomó el caso como punto de partida para un díptico de libros de no ficción que el cineasta Cristian Mungiu canalizó en su película Más allá de las colinas (2012), que se integró con naturalidad, aunque no sin polémica, en ese discurso en torno al sustrato oscuro de su nación que hermana también a títulos como 4 meses, 3 semanas, 2 días (2007) y Los exámenes (2016). Que Xavier Gens utilice el mismo caso real para una convencional película de posesiones demoníacas que, como exige el género, desarticula el racionalismo para suministrar al público su ración de (baratos) golpes de efecto ilustra cómo el cine de terror puede, en ocasiones, resultar mucho más reprobable por sus elecciones temáticas que por sus códigos de representación.

El recurso de dar paso al flash-back fundiendo tiempos en la misma escena es quizá lo único digno de mención en esta historia de periodista escéptica que acaba somatizando la oscuridad de su objeto de estudio. Una mediocre película de exorcismos que el precedente de Mungiu convierte en impertinencia.

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