El menor espectáculo del mundo

Jean-Dominique de Kerignard parodia los circos de pulgas durante el segoviano Festival Titirimundi, en un espectáculo humorístico, mágico e imaginativo

El actor belga Jean-Dominique de Kerignard, durante su espectáculo 'El circo de las pulgas'.

Los domadores de pulgas tienen aspecto de orfebres, lupa de relojero en el ojo, mientras portan en el extremo de sus pinzas de precisión un sifonáptero con incapacidad para el salto inducida. Parecen cosa de la era victoriana o de la de entreguerras, pero han regresado a Europa con ímpetu, como los salarios de miseria y las jornadas leoninas. En sus circos minúsculos, se reproducen de manera chusca las proezas del mayor espectáculo del mundo. En Les pouces savants (El circo de las pulgas),jocoso espectáculo de bolsillo, el actor belga Jean-Dominique de Kerignard, acompañado por Hervé ...

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Los domadores de pulgas tienen aspecto de orfebres, lupa de relojero en el ojo, mientras portan en el extremo de sus pinzas de precisión un sifonáptero con incapacidad para el salto inducida. Parecen cosa de la era victoriana o de la de entreguerras, pero han regresado a Europa con ímpetu, como los salarios de miseria y las jornadas leoninas. En sus circos minúsculos, se reproducen de manera chusca las proezas del mayor espectáculo del mundo. En Les pouces savants (El circo de las pulgas),jocoso espectáculo de bolsillo, el actor belga Jean-Dominique de Kerignard, acompañado por Hervé Dubois, parodia con suma gracia los números grotescos de estos amaestradores de insectos.

EL CIRCO DE LAS PULGAS

Autor y director

: Jean-Dominique de Kerignard.

Intérpretes

: J-D. Kerignard y Hervé Dubois.

Compañía

: Petits Miracles.

Segovia. Festival de Títeres Titirimundi. Patio de Abraham Senior, del 10 al 15 de mayo, cinco pases diarios.

Con su guerrera de domador de leones, De Kerignard nos presenta a Mimí, Zazá y Lulú, vedettes de la pulguería, les hace dar toda suerte de cabriolas y piruetas, mover a pulso una bola gigantesca y saltar desde un trampolín a una cubeta. Más difícil todavía: Zazá se cuela en el escote de una espectadora, y olé. No les destripo más este espectáculo para todos los publicos, que juega la convención teatral hasta el extremo de tener al respetable pendiente de lo que no existe y cada vez más divertido con ello, durante sus buenos veinte minutos. Es una de la docena y media de joyitas que, repartidas por patios históricos, plazas recoletas, callejas empinadas, torreones imponentes y ruinas conventuales, hacen de Segovia una fiesta del 10 al 15 de mayo, durante el impagable Festival Titirimundi.

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