Los olchis y el pirata negro
Los olchis viajan con su dragón Silla de Fuego a Villa Papilla, en el mar del Norte, para visitar a la tía Olga y a su hijo Othelo
Los olchis viajan con su dragón Silla de Fuego a Villa Papilla, en el mar del Norte, para visitar a la tía Olga y a su hijo Othelo. Allí descubrirán los restos de un barco pirata, habitado por el terrible fantasma del pirata negro.
Esto es un olchi
Un olchi tiene cuernos.
A las hormigas oyen toser
y a las lombrices de tierra, comer.
A su nariz de patata
le gusta lo enmohecido
y lo que apesta a podrido.
El pelo de los olchis
es tan duro
que no puede cortarse
con un cuchillo,
sino que necesitas
cincel y ma...
Los olchis viajan con su dragón Silla de Fuego a Villa Papilla, en el mar del Norte, para visitar a la tía Olga y a su hijo Othelo. Allí descubrirán los restos de un barco pirata, habitado por el terrible fantasma del pirata negro.
Esto es un olchi
Un olchi tiene cuernos.
A las hormigas oyen toser
y a las lombrices de tierra, comer.
A su nariz de patata
le gusta lo enmohecido
y lo que apesta a podrido.
El pelo de los olchis
es tan duro
que no puede cortarse
con un cuchillo,
sino que necesitas
cincel y martillo.
A los ojos de los olchis
les gusta cerrarse, pues son vagos
y estarían durmiendo toda la vida,
ya sea de noche o de día.
Los dientes de los olchis lo parten todo,
¡cristal, metal, plástico,
madera o piedra!
A los olchis les gusta saltar
en los charcos de barro.
Los olchis se alegran
si encuentran en la basura
cosas ricas.
Lo que más les gusta
beber y comer es picante,
amargo y horrible.
Un olchi no se lava nunca,
por eso huele fatal.
A las moscas
les encantan los olchis,
pero su aliento fétido
a menudo las mata.
Los olchis son fuertes.
Pueden lanzar un ladrillo
a 232 metros de distancia.
En la humareda maloliente
los olchis se sienten especialmente
a gusto. También disfrutan
respirando los gases de los coches.
Fragmento de Los olchis y el pirata negro, de Erhard Dietl. Ilustraciones de Erhard Dietl. +8. Editado por Loqueleo, sello de Santillana. Más lecturas en loqueleo.com.