Crítica de 'Alpha'

Juego de malotes

La película no logra volar más allá de sus arquetipos: Cutrina rueda con sobriedad, pero sin estilo

Tras cumplir condena, el miembro de una banda de atracadores reingresa en la vida civil para reencontrar a sus viejos compañeros de fatigas reciclados como subcontrata de la corrupción policial. La firme voluntad de redención del personaje se torcerá ante la inevitable presión del entorno. Alpha, debut en el largometraje del productor Joan Cutrina, revive el mismo molde temático de clásico cine negro que tomó como punto de referencia Ben Affleck en su hinchadísima The town. Ciudad de ladrones(2010). Cutrina adapta el fatalismo consustancial de esa mecánica narrativa a una Barcelona mu...

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Tras cumplir condena, el miembro de una banda de atracadores reingresa en la vida civil para reencontrar a sus viejos compañeros de fatigas reciclados como subcontrata de la corrupción policial. La firme voluntad de redención del personaje se torcerá ante la inevitable presión del entorno. Alpha, debut en el largometraje del productor Joan Cutrina, revive el mismo molde temático de clásico cine negro que tomó como punto de referencia Ben Affleck en su hinchadísima The town. Ciudad de ladrones(2010). Cutrina adapta el fatalismo consustancial de esa mecánica narrativa a una Barcelona multirracial, con sus brotes xenófobos y sus enigmáticas figuras de corrupción institucional.

La película no logra volar más allá de sus arquetipos: Cutrina rueda con sobriedad, pero sin estilo y su celebración de la camaradería viril, perfumada con testosterona, acaba jugando en contra de la potencialidad social y política del género. Alpha no es más seria que un juego de niños grandes dispuestos a hacerse los malotes a la salida del gimnasio.

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