OBITUARIO

Graça Barroso, figura de la danza portuguesa

Fue uno de los pilares del Gulbenkian, emblemático grupo de ballet lisboeta

La primera bailarina portuguesa Graça Barroso Garcia da Silva murió el pasado 11 de junio tras una larga enfermedad. Nacida el 7 de noviembre de 1950 en Lisboa, su larga trayectoria artística la llevó a convertirse en uno de los pilares del gran grupo de danza lisboeta que fue el ballet Gulbenkian.

En sus inicios, Barroso, de grandes dotes atléticas, alternó el estudio de la danza clásica con la disciplina de la gimnasia rítmica, decantándose años más tarde y de forma definitiva por la primera. Los maestros ingleses Anna Ivanova y David Boswell fueron sus primeros profesores dentro de l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La primera bailarina portuguesa Graça Barroso Garcia da Silva murió el pasado 11 de junio tras una larga enfermedad. Nacida el 7 de noviembre de 1950 en Lisboa, su larga trayectoria artística la llevó a convertirse en uno de los pilares del gran grupo de danza lisboeta que fue el ballet Gulbenkian.

En sus inicios, Barroso, de grandes dotes atléticas, alternó el estudio de la danza clásica con la disciplina de la gimnasia rítmica, decantándose años más tarde y de forma definitiva por la primera. Los maestros ingleses Anna Ivanova y David Boswell fueron sus primeros profesores dentro de la Escuela del Teatro de San Carlos entre los años 1965 y 1967; después ingresó en el Grupo Gulbenkian de Bailado en 1968 bajo la dirección del bailarín y coreógrafo británico Walter Gore (Waterside, 1910-Pamplona, 1979), interpretando desde el inicio papeles principales del repertorio clásico, así como en creaciones de Carlos Trincheiras (Amor de Perdiçäo) o de Lar Lubovitch (Messias), entre otros.

Graça Barroso asciende a la categoría de solista en la temporada 1970-1971, año en el que deja Portugal para viajar a Cannes con una beca concedida por la Fundación Gulbenkian y ponerse en manos de la profesora norteamericana Rosella Hightower para perfeccionar su técnica. Un año después pasó a formar parte del elenco del Ballet de Estrasburgo, entonces dirigido por Jean Babilée. A ello le seguirá un periodo de actuaciones por diferentes países europeos, siendo reclutada, entre otras formaciones, por el Grupo de Jóvenes Solistas de Francia, hasta que después de la Revolución de los Claveles, en 1974, regresa a Portugal y a la misma compañía de donde había salido tres años antes, ahora denominada Ballet Gulbenkian, y donde retoma su anterior lugar. Tras ser promovida a primera bailarina, en 1977, desarrolló una serie de importantes roles protagónicos. Creó uno de los papeles principales de Bodas de Christopher Bruce y fue la musa inspiradora del coreógrafo portugués Vasco Wellenkamp, quien ideó con ella piezas básicas del repertorio del ballet contemporáneo luso como Concerto em sol maior (1975), Requiem (1975), Outono (1976), Libera me (1977), Noite das quatro luas (1977), Suite lírica (1978), Glória (1978), Tempo suspenso (1979), Antemanhä (1980), Percursos oscilantes (1981), Danças para uma guitarra (1982), Estranhos transeuntes (1983), Só longe daqui (1984, codirigido por Ricardo Pais), Interiores (1985), Antigas vozes de crianças (1986), Memória para Edith Piaf (1987), Exultate jubilate (1987) y Passacaglia Op. 1 (1989).

Graça abordaba tanto papeles del repertorio tradicional académico como de otros estilos contemporáneos, incorporando trabajos de coreógrafos como Hans van Manen (Canciones sin palabras y Twilight), de Jiri Kilián (Nuages) y de John Butler (El sonido de la noche). Del repertorio portugués de Trincheiras bailó además Inter-Rupto, y de Olga Roriz Casta Diva e Isolda.

La bailarina, muy querida del público lisboeta, se retiró del Ballet Gulbenkian en 1993 y dos años después comienza a dar clases en la Escuela Superior de Danza, donde permanece tres lustos y forma a varias generaciones de bailarines y futuros coreógrafos. Con su compañero Vasco Wellenkamp fundó en enero de 1997 la Compañía Portuguesa de Bailado Contemporáneo, que ambos dirigirán, tratando de abrir cauces a corrientes más actuales de expresión dancística.

En noviembre de 1993, con motivo del 25º aniversario del arranque de su carrera, fue homenajeada por un grupo de amigos y colegas con un espectáculo que reunió a algunos de los mejores bailarines portugueses del momento en el recién inaugurado Centro Cultural de Belém.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En