El capitán Scott, marioneta del destino

El festival de Títeres TOT arranca con una obra sobre el explorador en el centenario de su muerte La compañía polaca Bialostocki Teatr Lalek adapta 'El polo', pieza teatral de Nabokov

Una imagen de la obra 'El polo'.

Con escalofriante sincronía, coincidiendo con el centenario este marzo de la muerte de Robert Scott, Scott de la Antártida (1868-1912), nos llega un espectáculo con inclusión de marionetas que recuerda y recrea la muerte del desdichado y heroico explorador en los blancos y fríos páramos del Polo Sur.

La compañía Bialostocki Teatr Lalek, una de las más importantes de Polonia en su especialidad, inaugura mañana viernes a las 21 horas en el Poble Espanyol de Barcelona la ...

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Con escalofriante sincronía, coincidiendo con el centenario este marzo de la muerte de Robert Scott, Scott de la Antártida (1868-1912), nos llega un espectáculo con inclusión de marionetas que recuerda y recrea la muerte del desdichado y heroico explorador en los blancos y fríos páramos del Polo Sur.

La compañía Bialostocki Teatr Lalek, una de las más importantes de Polonia en su especialidad, inaugura mañana viernes a las 21 horas en el Poble Espanyol de Barcelona la tercera edición del prestigioso festival TOT de teatro de títeres con El polo (Biegun), un montaje en el que la desastrosa aventura de Scott y sus compañeros de expedición se representa con todo su dramatismo mediante actores y muñecos manipulados. Es imposible no pensar en términos de los exploradores como marionetas de un trágico destino.

El montaje, dirigido por Ewa Piotrowska, es una adaptación de Polyus (El Polo), una breve (menos de una hora) y poco conocida obra teatral de Vladimir Nabokov que el autor de Lolita escribió en 1923 inspirado por la contemplación de los diarios de Scott en el British Museum. La pieza de Nabokov, de unas quince páginas, describe de una manera muy libre —cambia los nombres de todos menos el de Scott—, pero fiel al espíritu de los hechos y especialmente a su patetismo, la muerte de los cuatro últimos miembros de la malhadada expedición británica, agotados y derrotados tras haber sido incapaces de ganarle al noruego Amundsen la carrera para conquistar el Polo Sur y carecer de suministros y fuerzas para volver a su base.

La compañía Bialostocki Teatr Lalek, una de las más importantes de Polonia en su especialidad, inaugura el festival TOT de teatro de títeres

La pieza, drama en un acto, arranca a los 44 días de la partida de la expedición, cuando el grupo lleva 5 jornadas cautivo en la tienda que se convertirá en sudario.

Los personajes viven momentos terribles de sufrimiento y delirio en su tienda atrapados en un infierno helado y uno de ellos, Johnson, abandona el refugio con la célebre frase que pronunció en realidad Titus Oates al marcharse en un legendario acto de coraje y caballerosidad: “I'm going outside; I may be away some time” ("Me voy fuera; a lo mejor tardo un rato").

La obra se ha montado muy poco y de hecho la primera producción relevante es la de 1996 en la Schaubühne de Berlín dirigida por Klaus Michael Grüber, con traducción y dramaturgia de Botho Straus y protagoniza por Bruno Ganz (Scott), nada menos.

Los cuatro actores-marionetistas de Bialostocki Teatr Lalek, actúan como apariciones fantasmagóricas, vestidos con indumentarias polares. Son un coro de almas perdidas en la ventisca lamentando su destino y lanzando al hielo su dolor y su pena. La marioneta que utilizan es una especie de pequeño muñeco articulado tipo Geyperman (tan de luto, precisamente, por la muerte de su creador) y ataviado de explorador. La escena en que el títere se arrastra en una pelusa de nieve hasta desfallecer envuelto en una helada luz azul es glacialmente hermosa y conmovedora.

El programa incluye espectáculos de circo, acróbatas, arte visual o vídeos

El polo, en polaco subtitulado, es solo la punta del iceberg de la atractiva programación del TOT (Títeres, Objetos, Teatro), que vuelve a dirigir el canadiense Jacques Trudeau, secretario general de UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta). 22 espectáculos, para niños, para adultos y para todos los públicos, talleres para las familias y para los profesionales, pasacalles, un festival off, actuaciones nocturnas y la celebración del Día Internacional del Títere, el domingo, con la lectura del manifiesto internacional, componen la intensa programación, hasta el día 25.

“Este año queríamos dar la idea de la evolución del arte del títere, descubrir al público los nuevos lenguajes del género”, explica Trudeau, que recalca que “no hay fronteras entre las artes”. El director está muy satisfecho de haber podido incluir propuestas “muy inhabituales”, como espectáculos que incluyen circo, acróbatas, arte visual o vídeos. “Esta vez, a diferencia de la pasada edición, tenemos más innovación que tradición”. Trudeau destaca El polo, que recomienda a los que no imaginan hasta qué punto un espectáculo con marionetas puede ser para adultos. “Está lleno de emociones fuertes”.

Del resto de la programación, el director resalta a Hillary Chaplain, que combina clown con títeres y objetos, el Teatro dei piedi, que como su nombre indica manipula las marionetas con los pies, Siesta Teatro, con su versión de El traje nuevo del emperador, de Andersen, o Marieta, de La Visual, historia de un niño que pide una cocinita. Mención especial merece para el director el estreno mundial de Monsters, coproducción del festival con una compañía escocesa, que es una tierna y divertida aproximación a los miedos infantiles.

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