John Talabot confirma su talento

John Talabot era el nombre del colegio al que fue Oriol Riverola. Por eso bautizó así su segundo proyecto artístico personal (antes fue D.A.R.Y.L). Durante bastante tiempo ocultó su verdadera identidad e incluso llegó a aparecer en fotografías promocionales con la cara tapada con un arrugado papel de albal. Daba igual la imagen, solo importaba la música. Un celo que, claro, como en otros personajes escondidos detrás de la máscara, no hizo más que acrecentar el interés de la gente. ¿Quién era el autor de esos beats prodigiosos que encandilaban a media Euorpa?

Desde hace unos tre...

John Talabot era el nombre del colegio al que fue Oriol Riverola. Por eso bautizó así su segundo proyecto artístico personal (antes fue D.A.R.Y.L). Durante bastante tiempo ocultó su verdadera identidad e incluso llegó a aparecer en fotografías promocionales con la cara tapada con un arrugado papel de albal. Daba igual la imagen, solo importaba la música. Un celo que, claro, como en otros personajes escondidos detrás de la máscara, no hizo más que acrecentar el interés de la gente. ¿Quién era el autor de esos beats prodigiosos que encandilaban a media Euorpa?

Desde hace unos tres años, este productor y dj barcelonés, cerebro también del sello Hivern Discs, lleva recorriendo los mejores clubes del mundo y no ha parado de recibir elogios procedentes de las voces más autorizadas de la crítica de música electrónica. Lanzó varios EPs, pero le faltaba la confirmación definitiva de su talento en la longitud y densidad de un álbum como este fIN. Un LP que va mucho más allá de los sonidos alegres, de los veranos sin fin y la despreocupación que desprendían sus anteriores trabajos. Hijo, por supuesto, de un claro revival del house, pero muy lejos de todos los lugares comunes del género. Y, pese a su título, parece que esto es solo el comienzo.