Abrigo largo en agosto

Diez pistas para entender las tendencias de las colecciones Otoño-Invierno 2010

Cuando el calor todavía hace imposible dormir bien por la noche o ponerse unos vaqueros largos sin entrar en cocción, las tiendas se llenan de prendas de pana, jerseys y hasta pieles. Es el efecto colateral del calendario a veces incongruente que impone la industria de la moda. Ese que hace que cuando uno busca un traje de baño en un comercio en pleno agosto, lo más fresco que encuentre sea una gabardina. Y lo peor de todo es que las cifras de ventas dicen que es muy probable que acabe comprándola. Aunque en la calle el termómetro marque 40 grados. Así que, preparados o no, las colecciones de ...

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Cuando el calor todavía hace imposible dormir bien por la noche o ponerse unos vaqueros largos sin entrar en cocción, las tiendas se llenan de prendas de pana, jerseys y hasta pieles. Es el efecto colateral del calendario a veces incongruente que impone la industria de la moda. Ese que hace que cuando uno busca un traje de baño en un comercio en pleno agosto, lo más fresco que encuentre sea una gabardina. Y lo peor de todo es que las cifras de ventas dicen que es muy probable que acabe comprándola. Aunque en la calle el termómetro marque 40 grados. Así que, preparados o no, las colecciones de otoño ya están aquí.

Vuelven los años cincuenta de la mano de Dolce & Gabbana , Louis Vuitton y Prada . Sus cinturas altas, faldas con vuelo y corpiños ceñidos rescatan una silueta curvilínea y muy femenina. En el extremo opuesto, marcas como Celine y Jil Sander apuestan por trajes y chaquetas de corte masculino, que recuperan lo mejor del minimalismo de los noventa. En la reinterpretación de ambas décadas, el largo de las faldas baja muy por debajo de la rodilla en un otoño que parece no querer saber nada de minis ni shorts, omnipresentes durante el verano.

Para afrontar el frío, las pasarelas se llenan de piel. Por un lado, la clásica chupa de cuero, esa que Marlon Brando elevara a la categoría de icono en Salvaje, se afianza como una de las piezas más deseadas de la temporada. Por otro, los visones, astracanes, chinchillas y demás animalitos peludos -o sus imitaciones sintéticas- se convierten en bolsos, zapatos y por supuesto abrigos: hippies, como los de Fendi, o más clásicos al estilo de Lanvin. Aunque es Karl Lagerfeld quien abraza con más obstinación esta tendencia y presenta a sus modelos con pieles de pies a cabeza, en un look yeti.

También se abre paso, una vez más, el estilo colegial; las capas y los míticos abrigos de corte masculino y tonos camel, que tan famosos hicieron en los ochenta Dona Karan o Max Mara. Junto a toda la paleta del marrón, esta temporada se imponen el color oro y el rojo, juntos y por separado.

: Ana dello Ruso, directora de Vogue Japón, ha proclamado que el oro es el nuevo negro. Es decir el color básico y más versátil. Resulta difícil creerla, pero los diseñadores parecen darle la razón: protagoniza los tejidos brocados de Alexander McQueen y Balamin; los vestidos ochenteros de Diane Von Fustenberg y Dries van Noten y, por supuesto, complementos, como la colección de zapatos de Derek Lamb. (En la foto: diseño de Alexander McQueen)L' ESTROP
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