Sanchís Sinisterra recupera 'Ñaque' 25 años después

El dramaturgo presenta el nuevo montaje del texto que estrenó en 1983.

El dramaturgo español José Sanchis Sinisterra recupera su obra Ñaque o de piojos y actores con una puesta en escena renovada pero manteniendo el espíritu de experimentación con el que se escribió el primer texto en 1980. La obra se representará del 17 de enero al 17 de febrero en la Sala Pequeña del Teatro Español, donde se estrenó por primera vez hace 25 años.

El texto, que codirige con el director del teatro del Temple de Zaragoza, Carlos Martín, parte de una "versión americana" del original, que publicó en 1990, después de una experiencia acumulada a lo largo de la gira del pr...

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El dramaturgo español José Sanchis Sinisterra recupera su obra Ñaque o de piojos y actores con una puesta en escena renovada pero manteniendo el espíritu de experimentación con el que se escribió el primer texto en 1980. La obra se representará del 17 de enero al 17 de febrero en la Sala Pequeña del Teatro Español, donde se estrenó por primera vez hace 25 años.

El texto, que codirige con el director del teatro del Temple de Zaragoza, Carlos Martín, parte de una "versión americana" del original, que publicó en 1990, después de una experiencia acumulada a lo largo de la gira del primer montaje con su compañía Teatro Transfronterizo. La versión que ahora se presenta es, según Sanchís Sinisterra, "mucho más abierta y participativa que las anteriores".

Los actores Yiyo Alonso y Juan Alberto López (Metamorfosis Producciones Teatrales) dan vida a Solano y a Ríos, dos cómicos de la lengua procedentes de la Castilla del siglo XVII que llegan arrastrando un viejo arcón al aquí y ahora de la representación, después de vagabundear por el tiempo y el espacio. Ambos tienen que repetir al público un espectáculo pero las dudas e incertidumbres que les abruman retrasan e interrumpen una y otra vez su actuación.

Paralelismos entre el barroco y el presente

Aunque parece lejano en el tiempo, la situación de los actores del barroco "tiene muchos paralelismos con la de los contemporáneos", señaló Yiyo Alonso. El actor apuntó que, además de reflexionar sobre el mundo de los actores y la interpretación, Ñaque es "un guiño al espectador para que piense sobre su condición".

Para Sanchís Sinisterra, esta nueva versión de Ñaque "goza de una mayor madurez vital, que se enfoca bajo un perspectiva más existencialista". La obra no es tan sólo "un homenaje a la precariedad del actor" sino también a "la fugacidad de la representción y a su necesidad de dejar huella en los demás", concluyó.

Por su parte, Carlos Martín incidió en la complejidad de una obra "aparentemente sencilla" que exije de los actores un "ejercicio tremendo de contención" que luego se acaba expresando en un "lenguaje corporal desmesurado".

En cuanto a la experiencia de codirección con Sanchís Sinisterra, Martín resaltó la importancia de aprender "más a ceder que a aportar", pero que, al final, esta alteridad en el mando le sirve al actor de "elemento catalizador" sin encerrar su interpretación en "una única dirección".

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