SANFERMINES 2006

Encierro rápido y limpio en el regreso de los Osborne

El quinto encierro de los Sanfermines, corrido con toros de la ganadería sevillana de José Luis Osborne, que llevaba doce años sin acudir a Pamplona, ha sido rápido y limpio, ya que ha durado unos dos minutos y medio y parece que no ha resultado ningún corredor corneado.

Tras los tres cánticos tradicionales ante la hornacina de San Fermín para pedir su protección, la manada ha abandonado los corrales de Santo Domingo a las ocho de la mañana azuzada por los pastores y encabezada por los cabestros. Sin embargo, dos de los tres toros berrendos de Osborne, cuyo pelaje se confundía con el de...

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El quinto encierro de los Sanfermines, corrido con toros de la ganadería sevillana de José Luis Osborne, que llevaba doce años sin acudir a Pamplona, ha sido rápido y limpio, ya que ha durado unos dos minutos y medio y parece que no ha resultado ningún corredor corneado.

Tras los tres cánticos tradicionales ante la hornacina de San Fermín para pedir su protección, la manada ha abandonado los corrales de Santo Domingo a las ocho de la mañana azuzada por los pastores y encabezada por los cabestros. Sin embargo, dos de los tres toros berrendos de Osborne, cuyo pelaje se confundía con el de los cabestros, han tomado pronto la cabeza del grupo y han imprimido un fuerte ritmo a la carrera, en la que ha habido varias caídas en este tramo y uno de los bureles ha golpeado a un mozo con la pala del cuerno.

Una vez superado este tramo del encierro sin mayores incidentes, uno de los toros berrendos ha accedido a la plaza del Ayuntamiento adelantado al resto de sus hermanos, unos metros detrás le seguía otro de los astados también suelto y algo más atrás, el resto de la camada junto a los mansos. Así han cruzado Mercaderes y han llegado a la curva de Estafeta, que los dos primeros han sorteado sin problemas a pesar de chocar ligeramente contra el vallado, mientras que el resto de la manada ha superado la curva por la parte derecha, algo poco usual.

Los toros han seguido de esta forma el encierro, divididos en tres partes, lo que ha permitido a los mozos intercalarse entre los animales y protagonizar lucidas carreras ante las astas de los Osborne. La velocidad que el primero de los astados ha imprimido a la carrera ha hecho que algunos de los mozos tropezaran entre ellos y cayeran al suelo, uno de los cuales ha provocado que el toro que abría la marcha perdiera el equilibrio y se diera de lomos contra el adoquín de la calle Estafeta.

A pesar de que ahí ha perdido algunos segundos, el toro se ha levantado con rapidez y ha seguido abriendo en solitario la marcha, mientras que el segundo ha sido absorbido por la manada, que ha hecho agrupada el resto del encierro, aunque uno de ellos ha resbalado en Telefónica, si bien esta circunstancia no ha creado peligro. En el callejón de acceso a la plaza se ha producido un momento de tensión cuando un mozo ha caído en mitad de la manada, que ha pasado por encima del corredor. El toro que abría el grupo ha entrado en los corrales de la plaza guiado por los dobladores, que han repetido la faena cuando poco más tarde han llegado los demás astados.

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