Un reportaje de EL PAÍS sobre carriles bici, premiado por dos ministerios en la Semana de la Movilidad

Hace casi un año, cuando la pandemia apenas llevaba siete meses de incertidumbre y los lectores devoraban toda la información posible sobre el coronavirus, EL PAÍS apostó por una nueva sección: Clima y Medio Ambiente. Había una crisis sanitaria; pero la ambiental, desde hacía tiempo, no podía dejarse atrás. Por entonces, la movilidad se redujo de golpe, los ciudadanos abandonaron los coches y rescataron las bicicletas. Como consecuencia, muchas ciudades amplificaron su red de carriles bici, y la nueva sección de Clima y Medio Ambiente lo plasmó en uno de sus primeros especiales. Un año más tarde, este reportaje, Carriles bici: la respuesta de las ciudades ante la pandemia, obtiene su reconocimiento: los ministerios de Transición Ecológica y Reto Demográfico y el de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana le conceden el Premio Semana Española de la Movilidad Sostenible.

La historia de este reportaje es la de un trabajo coral. Lo llevaron a cabo los redactores de Medio Ambiente Miguel Ángel Medina y Clemente Álvarez, que pusieron el foco en la historia; y Yolanda Clemente y Mariano Zafra, del equipo de Nuevas Narrativas, que la ejecutaron de forma visual. El resultado es un reportaje en profundidad que combina texto y mapas interactivos. Así lo explica Miguel Ángel Medina: “Nos dimos cuenta de que muchas ciudades aprovecharon la pandemia para ampliar los carriles bici y hacer su movilidad más sostenible. El reportaje arranca con la comparación de las ciudades de Madrid y París. Se evidencia que los cambios de Madrid no fueron suficientes, sino cosméticos e inseguros porque los carriles no están conectados ni le quitan espacio al coche, justo lo contrario que París, que además ya tenía una red extensa de carriles”.

Para Clemente Álvarez, el reto de la historia no solo fue contar la tendencia al alza de este tipo de movilidad, sino aglutinar, dibujar e ilustrar de forma clara el recorrido de estas redes ciclistas. El problema: unificar las diversas bases de datos de distintos ayuntamientos y asociaciones. Fue un proceso laborioso de documentación que tomó a Álvarez y Medina varios días. Hasta contaron, de forma complementaria, con la colaboración de la extensa red de corresponsales de EL PAÍS. “Usamos las bases de datos públicas de ciudades españolas, europeas y americanas, y tuvimos que contrastarlas con los mapas de cada ciudad. No fue fácil porque cada sitio utiliza un sistema distinto de carril bici y había que unificarlo”, explica Álvarez, el redactor jefe de la sección.

“Teníamos claro que necesitábamos una mirada visual. Lo que aporta una infografía a veces no se entiende solo con un texto. Y aunque fue complicado recopilar los datos, cada vez es mayor la transparencia de los organismos, y eso ayuda a elaborar un desarrollo visual más interesante”, dice Yolanda Clemente, que trabajó junto a Zafra durante unos 10 días en este desarrollo.

Un reportaje de contraste informativo y diseño como este lleva tiempo. Por eso, este tipo de contenidos supone una apuesta por parte del periódico, cada vez más centrado en nuevas narrativas y en la colaboración dinámica de diferentes secciones. Así lo cree Zafra, redactor jefe de Nuevas Narrativas de EL PAÍS, que considera que así se logra una información mucho más clara y atractiva: “Las colaboraciones de los equipos especializados dan lugar a trabajos con los que la gente empatiza más. Es una fórmula muy común en grandes redacciones americanas, y EL PAÍS está apostando por ello”.

El premio, que se ha otorgado coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad, pretende concienciar sobre la necesidad de cambiar la movilidad hacia una más sostenible. Una realidad que ha recogido este reportaje: “Las ciudades que tenían un plan hacia una movilidad más respetuosa han aprovechado la pandemia para acelerar estos cambios, pero es importante que todos cambiemos hacia una movilidad activa: a pie, en bicicleta, y usando menos el coche”, sostiene Medina. Para Álvarez, la pandemia, una vez más, nos ha dejado una enseñanza: “Tras el confinamiento hubo un despertar de conciencia y vimos cómo es de importante nuestro barrio, los espacios verdes, y también cómo nos movemos. Recibir este reconocimiento nos alegra y nos anima a seguir trabajando”.