José Ramón Becerra: “La caza es de tiempos pasados y cada vez suscita menos apoyo en la sociedad”

El nuevo director general de Derechos de los Animales indica que el desarrollo de la polémica ley de bienestar animal finalizará a mediados de 2025

Jose Ramón Becerra, Director General de Derechos de los Animales, en el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, en Madrid.Jaime Villanueva

José Ramón Becerra estrenó su puesto como director general de Derechos de los Animales hace poco más de un mes con un reto muy claro: desarrollar la controvertida ley de bienestar animal que entró en vigor el 29 de septiembre del año pasado. Bilbaíno, de 54 años, tiene por delante determinar qué animales se podrán comprar o adoptar, el contenido del curso obligatorio para los dueños de canes o plantear la...

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José Ramón Becerra estrenó su puesto como director general de Derechos de los Animales hace poco más de un mes con un reto muy claro: desarrollar la controvertida ley de bienestar animal que entró en vigor el 29 de septiembre del año pasado. Bilbaíno, de 54 años, tiene por delante determinar qué animales se podrán comprar o adoptar, el contenido del curso obligatorio para los dueños de canes o plantear la desaparición del listado de razas de perros potencialmente peligrosos. No está de acuerdo con que se excluyera a los perros de caza de la ley, porque “no se entiende que pueda haber perros de primera y de segunda”, pero “dicho esto”, lo acata. Becerra, de los Verdes-Equo, se describe como dialogante y apunta a mediados de 2025 como horizonte de finalización del despliegue normativo de la ley, pero si tuviera que elegir “entre cumplir los plazos o ensanchar consensos, elegiría lo segundo”, asegura.

Pregunta. Hay personas que consideran que los animales no tienen derechos. ¿Qué les diría?

Respuesta. Ese debate es casi de ámbito filosófico, pero en el práctico lo fundamental es que la sociedad actual cree que hay que dar derechos a los animales, porque son seres sintientes. Y es necesario asegurarse de que cuentan con la adecuada protección y bienestar y eso es lo que trata de conseguir esta dirección general con los animales que conviven con nosotros en las casas.

P. ¿Cuál es el principal problema de estos animales en España?

R. El abandono. Las cifras que tenemos no son todo lo rigurosas que quisiéramos. De hecho, queremos licitar un contrato para realizar un estudio serio.

P. La ley de bienestar animal entró en vigor en septiembre de 2023 a medio gas. ¿Hay fecha para el reglamento que la desarrollará?

R. No se va a desarrollar en una única fase, seguramente habrá varias disposiciones normativas. La idea es que podamos tener completo el despliegue normativo de la ley a mediados de 2025.

P. ¿Qué es lo primero que van a abordar?

R. Tenemos casi listo el tema del seguro de responsabilidad civil, que va a ser compatible con los que ya existen del hogar y que tienen cobertura de los animales. También está cercana la creación del Comité Estatal de Protección Animal, un órgano en el que se van a sentar el Gobierno, las comunidades autónomas y la sociedad civil.

P. ¿Para cuándo el listado de los animales que se van a poder comprar o adoptar?

R. Esa va a ser la última fase del desarrollo de la ley. Es un tema controvertido que ha generado rechazo y aprobación a partes iguales y queremos revisarlo con el mayor rigor posible, porque sabemos que tiene importantes implicaciones sociales y económicas.

P. Los negocios de venta de animales y dueños de mascotas están un poco perdidos.

R. Lo principal es que ahora mismo se venden animales silvestres que se van a mantener en cautividad siempre, y el listado debe tener en cuenta cuáles pueden vivir en esas condiciones. Por otra parte, están los animales peligrosos o venenosos que pueden suponer un riesgo para las personas. En cualquier caso, no hablamos de animales de compañía domésticos o domesticados, pueden ser serpientes, arañas, monos u otros mamíferos, aves… Y al mismo tiempo, hay que evitar que la prohibición de ciertas especies no conduzca a un mayor tráfico ilegal de animales. No es una ocurrencia, el listado ya existe en otros países europeos y funciona.

P. ¿Qué opina de la exclusión de los perros de caza de la ley?

R. Es una mala noticia, porque la sociedad se ha pronunciado claramente a favor de que todos los perros tengan un tratamiento semejante cuando no están ejerciendo su función o su actividad. No se entiende que haya perros de primera y de segunda. Es decir, un perro de caza o uno de rastreo de explosivos deben tener unas condiciones mínimas de bienestar. Dicho esto, la obligación del Gobierno y de esta dirección general es cumplir con lo que dice la ley y estos perros no están incluidos.

P. Se ha reunido con los cazadores. ¿Supone un acercamiento hacia este colectivo?

R. Vamos a escuchar a todo el mundo. Antes ya nos habíamos reunido con asociaciones animalistas y ecologistas, ganaderos, criadores o empresas que se dedican a la venta de animales. Pero es evidente que en el desarrollo de una ley donde los perros de caza no aparecen, los cazadores no van a tener el mismo peso.

P. ¿Es la tauromaquia una actividad a prohibir?

R. Es una actividad de tiempos pasados que no tiene sentido en la sociedad actual, que la rechaza profundamente. Tarde o temprano, sin necesidad de prohibirla, se va a extinguir, pero al final, la última palabra le corresponde a la sociedad española.

P. ¿Qué opina de la caza?

R. También es de tiempos pasados y cada vez suscita menos apoyo en la sociedad. Creo que si no es capaz de adecuarse a estos nuevos tiempos, seguramente seguirá el curso de la tauromaquia. Para la mayor parte de la sociedad española no es defendible matar animales por diversión o por placer.

P. ¿Desaparecerá la lista actual de razas de perros potencialmente peligrosos?

R. Es una previsión que queremos introducir en el desarrollo reglamentario. Se trata de no ligar la condición de perros de manejo especial [los perros potencialmente peligrosos] a la raza, sino al comportamiento del animal a través de una evaluación por parte de especialistas.

P. ¿Cómo será el curso obligatorio para los dueños de perros?

R. Estamos intentando desarrollar los pliegos para licitar una plataforma online para dar los cursos. Todavía no tenemos el contenido, pero no se pretende que sean expertos, sino contar con unas pautas principales en tenencia responsable del animal, que tiene sus propios patrones de comportamiento. No olvidemos que existen millones de perros y la convivencia puede ser compleja, sobre todo en el espacio urbano.

P. ¿Qué se puede hacer con las colonias de gatos?

R. Ahora mismo, solo hay una alternativa de gestión ética de las colonias felinas y es el método CER [captura, esterilización y retorno a su lugar de origen]. Llevamos décadas con gatos en la calle que provocan daños y pueden transmitir enfermedades. Lo que plantea la ley es un manejo integral de las colonias, que incluya, además de la esterilización, un censo fiable, un seguimiento estricto de su evolución y ofrecer formación a los voluntarios que las atienden. El año pasado destinamos más de un millón de euros a ayudar a ayuntamientos que hacen esa gestión de sus colonias felinas.

P. Es importante la colaboración ciudadana.

R. Sí. Dar de comer a los gatos abandonados, a no ser que sea dentro de una gestión ética, es completamente inútil al propósito que perseguimos. Y los propietarios de los felinos deben ser conscientes de que están mejor dentro que fuera de casa.

P. ¿La Dirección General de Derechos de los Animales se centra solo en los animales de compañía?

R. La distribución de competencias está muy clara. Al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación le corresponde regular las condiciones de bienestar de los animales de producción y venta, y a la Dirección General de Derechos de los Animales, las de los animales de compañía.

P. ¿Y el bienestar de los animales silvestres?

R. Están en la naturaleza y la mejor manera de protegerlos es garantizar que los ecosistemas en los que habitan están en buenas condiciones. Ahí entra la tercera parte del triángulo, que es el Ministerio para la Transición Ecológica.

P. Hay criadores de perros familiares que temen por su actividad.

R. Quien sea un criador familiar no puede tener la misma consideración a efectos de cumplimiento de exigencias reglamentarias que un criador profesional, pero eso no significa impunidad, porque debe existir una trazabilidad, que es la única forma de garantizar el bienestar desde el nacimiento hasta la muerte. Lo que no podemos tener, como ocurre ahora, son unos centros de recogida de animales desbordados, porque animales no deseados acaban en la calle.

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