Darío Gil, el ingeniero español elegido por Trump para guiar la investigación científica en EE UU

El madrileño, nuevo subsecretario de Ciencia e Innovación, habla de un futuro inminente en el que los ciudadanos se conectarán a internet directamente con su cerebro

El ingeniero Darío Gil, con un procesador cuántico en las instalaciones de IBM en Nueva York (EE UU).IBM

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha elegido al ingeniero Darío Gil, madrileño nacido en Murcia hace 49 años, como nuevo subsecretario de Ciencia e Innovación del Departamento de Energía, un puesto desde el que supervisará y patrocinará la investigación básica estadounidense en campos como la inteligencia artificial, la computación cuántica y las energías nuclear, fósil y renovable.

“Darío es un empresario y científico brillante”, proclamó Trump el 16 de enero en su red social, Truth. Hasta ahora, Gil era director mundial del área de investigación de la multinacional estadounidense IBM. En noviembre de 2021, el ingeniero español acudió a la Casa Blanca, junto al neurocientífico Rafael Yuste, para alertar de la inminente llegada de un mundo en el que las personas se conectarán a internet directamente con el cerebro, mediante gorras o diademas capaces de leer el pensamiento, y con algoritmos preparados para autocompletar la imaginación.

El propio Gil describió así ese hipotético futuro en una entrevista con EL PAÍS hace tres años: “Vamos a conectar el cerebro a sistemas de computación externos. No es solo qué va a pasar con la inteligencia artificial o qué va a pasar con la computación cuántica o con el mundo de cálculos precisos, sino qué va a pasar con la combinación de todo ello. Si tienes una hiperaceleración de la capacidad de computación y la conectas de manera muy simbiótica con el ser humano, es una explosión cámbrica. La computación te va a ayudar a expandir tu conocimiento, tu memoria, tu capacidad de cálculo, de hablar diferentes idiomas, de entender procesos físicos”.

Darío Gil se doctoró en ingeniería eléctrica y ciencia computacional en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. En el laboratorio de IBM, ha planteado nuevas estrategias de inteligencia artificial, materiales semiconductores y computación cuántica. Miembro de la Academia Nacional de Ingeniería de EE UU, ya formó parte del consejo de asesores de ciencia y tecnología de Trump durante su primer mandato.

El ingeniero español cree que es cuestión de tiempo que sea cotidiano leer los pensamientos de una persona, pero es optimista. “Hay un deseo de avanzar en la neurotecnología en sí misma, para usos muy positivos: en personas con discapacidad, paralíticos, gente que tiene una necesidad desde el punto de vista médico. Y luego puede haber también aplicaciones que no son tan controvertidas, pero hay que pensar en cómo las vamos a gestionar y regular, sobre todo la parte que es un producto electrónico de consumo. Uno se puede imaginar consecuencias muy negativas: en la libertad de expresión o en la libertad de conciencia, por ejemplo. Podemos imaginar interrogatorios en países sin ninguna protección de derechos, con la posibilidad de extraer conocimiento directamente de ti. Puede ocurrir en los años venideros”, advirtió en aquella entrevista en este periódico. “Nosotros creemos que tiene que haber un diálogo, no solo social, también a nivel de gobiernos, que defina el uso de este tipo de tecnologías, para guiarlas por un camino positivo”, añadió. Ahora tendrá la oportunidad de guiar ese camino desde el Gobierno de EE UU.

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