El comité de ética pide a la Universidad de Salamanca que actúe ante “la presunta gravedad” de las prácticas de su rector
El órgano nacional urge a la institución salmantina a ejercer “sus potestades de inspección y sanción” para preservar la reputación del sistema universitario
El Comité Español de Ética de la Investigación ha instado a la Universidad de Salamanca a ejercer “sus potestades de inspección y sanción” ante “las presuntas malas prácticas” de su rector, Juan Manuel Corchado, según un informe fechado el 11 de junio al que ha tenido acceso EL PAÍS. Corchado, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, presume de ser uno de los científicos ...
El Comité Español de Ética de la Investigación ha instado a la Universidad de Salamanca a ejercer “sus potestades de inspección y sanción” ante “las presuntas malas prácticas” de su rector, Juan Manuel Corchado, según un informe fechado el 11 de junio al que ha tenido acceso EL PAÍS. Corchado, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, presume de ser uno de los científicos más citados del mundo en su campo, pero este aparente éxito se fundamenta en citarse miles de veces a sí mismo, en decenas de perfiles falsos dedicados a citarle y en exigir a sus trabajadores que también le citasen aunque no viniese a cuento, según ha revelado este periódico desde marzo.
El informe del grupo de expertos —solicitado el 3 de mayo por el biólogo Juan Cruz Cigudosa, secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades— urge a actuar. “Toda vez que la competencia del presente comité es velar por la integridad y la ética científica y dada la presunta gravedad de los hechos, este comité considera imprescindible e insoslayable una verificación exhaustiva e independiente de los mismos por las instancias competentes”, señala el documento. El Gobierno y las comunidades autónomas crearon hace poco más de un año el Comité Español de Ética de la Investigación, presidido por Jordi Camí, director del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona.
Las competencias del comité son muy limitadas, sin capacidad para llamar a declarar ni sancionar, pero es un órgano independiente que puede emitir informes y recomendaciones de carácter consultivo. “El comité considera que algunos de los hechos públicos podrían conculcar las buenas prácticas científicas”, advierte el documento, que cita como referencia el Código europeo de conducta para la integridad en la investigación.
Corchado, nacido en Salamanca hace 53 años, dirige el grupo de investigación BISITE, con más de 200 trabajadores, incluido su hermano Emilio. El equipo maneja proyectos de millones de euros, logrados con la ayuda de este falso prestigio científico internacional. Los mensajes internos del grupo, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, revelan que Corchado exigía a sus trabajadores que le citasen en sus estudios, para amañar los rankings de los investigadores más citados del mundo.
El 7 de junio de 2017, por ejemplo, una ayudante del catedrático escribió a otros subordinados: “Recopilad todo lo que tengáis (trabajos de fin de máster, proyectos de fin de carrera, trabajos de fin de grado, tesis, etcétera) e incluid en los mismos 20 referencias de entre las que os adjunto en el documento Word”. El archivo adjunto incluía casi medio centenar de publicaciones de Corchado. Al rato, la colaboradora insistió: “Como sé que andamos todos ahora a tope, para que sea más fácil, os adjunto las referencias ya solo para copiar y pegar”.
Corchado usaba el repositorio científico GREDOS de la Universidad de Salamanca para subir documentos llenos de citas a sí mismo, que eran detectadas y contabilizadas por el motor de búsqueda de Google Académico. El catedrático llegó a publicar un único párrafo sobre edificios inteligentes con 227 citas a sí mismo, incluidas menciones a trabajos que no tenían nada que ver, como estudios sobre el diagnóstico del cáncer o las mareas rojas de microalgas.
Tras ser preguntado en marzo por este periódico, Corchado ejecutó un borrado masivo de estos documentos sospechosos en el repositorio GREDOS. El comité de ética afea este comportamiento. “La Universidad de Salamanca firmó la Declaración de Berlín sobre el acceso abierto al conocimiento en ciencias y humanidades, declaración que compromete al repositorio a velar por su integridad documental. Esto es esencial para la ciencia”, subraya el grupo de expertos, que insta de nuevo a las instancias competentes a “verificar la situación”. EL PAÍS ha preguntado desde marzo a Tránsito Ferreras, coordinadora de GREDOS, por este borrado masivo de documentos, sin recibir respuesta.
El catedrático salmantino y su grupo organizan cada año la conferencia internacional PAAMS, con seis congresos simultáneos y un precio de hasta 585 euros por asistente. En palabras de Felipe Meneguzzi, catedrático de Computación en la Universidad de Aberdeen (Escocia), “la conferencia PAAMS es conocida por ser un poco depredadora: aceptan artículos de cualquier persona que tenga pulso”. Un vistazo a la base de datos Web of Science muestra que Juan Manuel Corchado y su hermano Emilio ocupan el sexto y el cuarto puestos entre los investigadores de España que más publicaciones han editado, incluyendo más de 2.000 procedentes de su entramado de conferencias.
Corchado usaba las actas de congresos, publicadas por la editorial Springer, para hinchar su impacto científico con trampas. Los resultados de su cártel de citas son fácilmente observables. El matemático Roberto Casado Vara, discípulo del catedrático, firmó el 9 de enero de 2019 una publicación sobre la seguridad informática en redes de distribución eléctrica. El 94% de las referencias eran citas a estudios previos de Corchado, aunque no tuviesen nada que ver: trabajos sobre el riesgo de cáncer de vejiga, vertidos de petróleo, mareas rojas, el CO₂ en el océano.
En apenas 75 publicaciones en Springer, un puñado de colaboradores cita casi 1.700 veces a Corchado y otras 520 veces a la revista ADCAIJ, dirigida por el catedrático. La editorial Springer Nature ha iniciado una investigación sobre el salmantino, según el director de integridad científica de la organización, Chris Graf. Otra editorial, Elsevier, ya retractó un estudio de Corchado y tres colaboradores en 2019 por plagiar un trabajo de fin de máster.
El comité de ética recuerda que la organización estadounidense Retraction Watch, especializada en fraudes científicos, ya reveló “las supuestas malas prácticas” del catedrático español en marzo de 2022. Aquellas primeras informaciones no provocaron ninguna investigación interna en la Universidad de Salamanca ni frenaron la carrera de Corchado, que el pasado 7 de mayo ganó las elecciones a rector tras presentarse como único candidato. En su acto de posesión el 31 de mayo en el paraninfo universitario, recibió una ovación de un minuto, pese a que sus trampas ya eran conocidas. La presidenta del Comité de Ética de la Investigación de la Universidad de Salamanca, Bertha Gutiérrez, es una de las vicerrectoras de Corchado.
El informe del comité nacional de ética señala claramente a la institución. “La Universidad de Salamanca, en tanto que entidad que tutela o mantiene vínculos laborales con las personas que pudieran haber cometido o resultar afectadas por las presuntas malas prácticas, debe actuar mediante el ejercicio de sus potestades de inspección y sanción. Tales verificaciones son indispensables para preservar la reputación y prestigio del sistema universitario y científico español y para proteger a las personas y las cosas”, señala el documento.
“Finalmente, este Comité quiere enfatizar que la sociedad española cuenta con la investigación científica para su progreso y bienestar, y tiene una alta confianza en el profesorado universitario y en la comunidad científica. Es, pues, deber de las instituciones salvaguardar tal confianza transmitiendo y siendo ejemplares en los valores de la ética y la integridad científica”, concluye el informe.
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